La majestuosa área natural que se extiende al poniente de la ciudad de Chihuahua y define los paisajes de atardecer que maravillan a la población, el Cerro del Caballo, también conocido como Mesa de los Caballos, plantea un desafío para nuestra generación: ¿Podremos equilibrar la necesidad urgente de conservar los paisajes, las zonas de captación de agua, la biodiversidad y el desarrollo ordenado de la ciudad, frente a la ambición de una clase social que expande la mancha urbana sin ton ni son? El resultado de este examen definirá el futuro de nuestra ciudad.
Uno de los aspectos clave en esta evaluación es la gestión de los recursos públicos. Como en una prueba de matemáticas básica, si la zona urbanizada sigue creciendo en áreas inclinadas y de altura, también lo hará el gasto en mantenimiento urbano. Sin embargo, la población no crece al mismo ritmo que la mancha urbana: esta se ha multiplicado cinco veces en el tiempo en que la población apenas se ha duplicado. Esto significa que el municipio destina más recursos a los nuevos fraccionamientos, pero el presupuesto sigue siendo el mismo. ¿Cuál es la consecuencia?
En términos simples, otras áreas serán descuidadas. Como ya hemos visto, las periferias ubicadas al norte, oriente y sur caen cada vez más en el abandono, mientras que el "poniente" lujoso y ostentoso acapara los recursos para el mantenimiento de calles llenas de baches, parques secos y una imagen urbana cada vez más deteriorada. Lo mismo ocurre con el gasto en salud, seguridad y otros servicios públicos. En lugar de distribuirse racionalmente, el presupuesto sigue los intereses de las empresas inmobiliarias que se benefician de las autorizaciones municipales.
A cambio de esta expansión descontrolada, la ciudadanía perderá espacios para el senderismo, sufrirá una peor calidad del aire en un contexto de crisis por contaminación atmosférica, tendrá menos zonas de captación de agua en medio de una sequía y saqueo sin precedentes, y verá una disminución de la biodiversidad en un mundo que enfrenta el colapso de los servicios ambientales y el cambio climático. Como los lectores inteligentes podrán notar, esto no aporta ningún beneficio a la mayoría de la población. La única ganancia es monetaria y exclusiva para una minoría que considera que destruir la ciudad es un buen negocio.
Sin embargo, no todo son malas noticias. La Facultad de Zootecnia y Ecología de la UACH ha anunciado el contenido temático del estudio que concluirá en septiembre para la caracterización de la Mesa de los Caballos. Consideramos esto un avance positivo, pues detallará los valores escénicos, hidrológicos, la zonificación y las posibles acciones para su conservación. Este esfuerzo se complementa con el dictamen de la Comisión de Medio Ambiente del Senado de la República, que aprobó un exhorto para que el Gobierno del Estado y el Gobierno Municipal declaren al Cerro del Caballo como área natural protegida.
Por nuestra parte, desde Salvemos los Cerros de Chihuahua hemos interpuesto la demanda 236/2025 en el Juzgado Décimo de Distrito. Esta acción legal, ingresada el histórico 18 de marzo, busca restaurar la legalidad respecto a la protección de la zona forestal decretada en 1936. Dicho decreto protege el Cerro del Caballo y muchos otros cerros más, con un enfoque especial en Valle Escondido, área que ha sido severamente afectada por los fraccionamientos que están deteriorando la calidad de vida de las familias que antes gozaban del espectacular paisaje y ahora presencian con tristeza la destrucción ambiental.
Así mismo, el colectivo ha anunciado que se tomarán medidas de protesta, aunque sin especificar detalles. Como "spoilers", podemos adelantar que incluirán manifestaciones, la liberación de estaciones del Vivebús, lonas, pintas y una serie de denuncias y solicitudes para presionar a las autoridades y exigir que escuchen el clamor ciudadano:
No más fraccionamientos en el Cerro del Caballo.
¿Pasarán las autoridades este examen? ¿Estarán a la altura del desafío ambiental, climático, urbano y social que impone la protección de la Mesa de los Caballos? O, por el contrario, ¿será la ciudadanía quien los mande a aprobar la asignatura pendiente en exámenes extraordinarios?
No se pierda el siguiente capítulo para conocer las respuestas, pues nada está escrito