¿Cuánta sangre derramada es suficiente para que un gobierno decida actuar? ¿Cuántas fosas clandestinas es necesario descubrir? ¿Cuántas familias desplazadas deben llorar su desarraigo antes de que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana se digne a visitar la zona de guerra en que se ha convertido nuestra sierra?
¿Cuántas balas deben esquivarse? ¿Cuánto miedo es "aceptable" antes de que las familias lo dejen todo y huyan de esta tierra quemada? ¿Cuántos hijos más hay que descolgar de los postes de luz porque los cárteles los han dejado como advertencia en la entrada del pueblo? ¿Cuántos jóvenes más deben ser sacrificados antes de que reconozcamos que no podemos solos?
¿Cuántos coroneles deben morir? ¿Cuántos funcionarios asesinados serán suficientes? ¿Dónde debemos pisar para no caer en las minas que nos desbaratarán el destino? ¿Cuántas emboscadas puede soportar un pueblo antes de que, además, se le obligue a abrazar a su victimario?
Como el primer servidor de los chihuahuenses estoy obligado a dar respuestas, a buscar cada medio posible para aliviar el dolor de las familias chihuahuenses. Por ello, desde el Congreso del Estado de Chihuahua hemos dado un paso crucial al aprobar la iniciativa de la Bancada Naranja para urgir al gobierno federal a incluir en el Plan Nacional de Desarrollo un Tratado Trilateral de Seguridad para América del Norte.
El crimen no conoce fronteras, hoy los grupos delictivos no solo se dedican al trasiego de drogas, la delincuencia transnacional, el tráfico de drogas, de personas y de armas ilegales son desafíos que exigen una cooperación más profunda en materia de seguridad entre los países de América del Norte.
La colaboración entre México, Estados Unidos y Canadá es indispensable para enfrentar este flagelo. Un Tratado Trilateral de Seguridad no solo fortalecería nuestros lazos diplomáticos, sino que ofrecería beneficios concretos en la lucha contra el crimen organizado:
La seguridad en nuestra región es un desafío compartido que requiere soluciones conjuntas. La crisis de violencia en México, el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Canadá, y la creciente sofisticación de los cárteles hacen urgente la necesidad de una estrategia trilateral de seguridad.
Este es el momento para que enviemos un mensaje contundente al centro del país, el 28 de febrero la Presidenta de México debe entregar a la Cámara de Diputados el Plan Nacional de Desarrollo, en el que se debe incluir una solución inmediata al narcoterrorismo que... Por la sangre derramada, por esa generación que no conoce otra cosa que la violencia cotidiana de esta guerra fratricida, que la paz, que la vida de las familias inocentes, sea la prioridad.