-La falta de tecnología y presupuesto impide al organismo responsable medir los niveles en acuíferos, lo que afecta su capacidad para calcular la recarga y disponibilidad anual del recurso. Esta deficiencia compromete el diseño de estrategias frente a sequías, limita la evaluación del impacto del bombeo y dificulta garantizar el uso sostenible de las reservas subterráneas
Tomado Emeequis
A pesar de que la temporada de estiaje en México para 2025 durará aproximadamente seis meses, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ignora los niveles del vital elemento en acuíferos subterráneos a nivel nacional.
Documentos oficiales en poder de Emeequis revelan que la Conagua no puede calcular la recarga y la disponibilidad media anual de los mismos.
El organismo federal carece de la tecnología para la medición de las aguas subterráneas en pozos profundos a nivel nacional.
“Se requiere la medición periódica de los niveles del agua subterránea (profundidad respecto al nivel del terreno y elevación sobre el nivel medio del mar) en 15,135 pozos piloto ubicados en 439 acuíferos del país, teniéndose un déficit de 239 mediciones, las cuales son necesarias para determinar las condiciones de niveles del agua subterránea en los pozos que conforman las redes de medición piezométrica y en su caso, formular balances hidrológicos subterráneos que son la base de la actualización de la disponibilidad media anual”, reconoce la Conagua.
Descripción de las carencias para medir aguas profundas
La medición de la profundidad del nivel estático en pozos piloto se realiza a través de una sonda eléctrica manual, la cual consiste de un cable graduado de acero inoxidable, el cual se introduce en el pozo, misma que lleva en la punta un electrodo de acero inoxidable que al entrar en contacto con el agua se cierra el circuito y manda una señal sonora y se enciende un foco rojo LED, llegar al nivel del agua se toma la lectura de la profundidad en el cable.
La medición de conductividad eléctrica o salinidad que se realiza con las sondas es similar, la diferencia radica en que es necesario introducir la sonda en una solución previo a introducirla al pozo, para poder obtener la lectura de conductividad o salinidad.
No se cuenta con presupuesto para adquirir sondas eléctricas manuales –con una longitud de profundidad del orden de 100, 150, 250 y 300 metros– y sondas para medir la conductividad eléctrica o salinidad del orden de longitud de 250 metros.
En más del 50% del territorio predominan los climas secos y semisecos y los acuíferos son la fuente que sostiene el riego de dos millones de hectáreas, suministran el 70% del volumen de agua que requieren las ciudades para uso público-urbano, en donde se concentran alrededor de 60 millones de habitantes, abastecen a la mayoría de las instalaciones industriales y satisfacen casi la totalidad de las demandas de agua en zonas rurales.
En México existen acuífero en diferentes ambientes geológicos: como medios granulares, rocas fracturadas, metamórficas, terrenos cársticos (regiones geográficas donde el subsuelo está formado por rocas solubles como calizas, dolomitas, mármol, yeso y sal), así como en zonas montañosas y zonas costeras. La extensión, nivel de explotación y uso del agua varía en cada caso, por lo que cada acuífero requiere ser monitoreado en sus niveles de agua subterránea.
Se necesita conocer el comportamiento de los niveles de agua en acuíferos a nivel nacional, calcular la recarga y la disponibilidad media anual de los mismos, evaluar impactos de bombeo, aplicar modelos numéricos de flujo, así como programas de uso sustentable y protección del acuífero para la toma de decisiones en el caso de ordenamientos (vedas, reservas y reglamentos).
La Conagua, al desconocer los niveles de agua en los acuíferos, no puede preparar una estrategia a corto, mediano y largo plazo en caso de un estiaje prolongado por el cambio climático, porque no cuenta con la información necesaria para saber la disponibilidad y la calidad del agua.
“(…) los efectos que tendría sería el desconocimiento de la situación de explotación de los acuíferos (subexplotado, en equilibrio o sobreexplotado), la magnitud de los abatimientos anuales de los niveles y se afectará la publicación de la actualización de la disponibilidad media (…) se desconocería la magnitud de los espesores de agua dulce en los acuíferos y las variaciones de la conductividad o salinidad, la profundidad de las aguas subterráneas especialmente en acuíferos costeros y en aquellos ubicados en cuencas cerradas”, admite el organismo federal.
Sin estos datos, se dificultará el diseño de la profundidad de nuevos pozos para la extracción de agua dulce. La falta de información de niveles de agua subterránea y de espesor de agua dulce en los acuíferos no permitirá contar con el sustento técnico suficiente para definir acciones tendientes a reducir, en su caso, la sobreexplotación ni alcanzar la estabilización y garantizar el uso sustentable de estos acuíferos, lo que puede aumentar el riesgo de no estar preparados ante las sequías durante el tiempo de estiaje.
Los actuales sondas de medición de la Conagua son inservibles, “un total de 41 sondas eléctricas en malas condiciones mecánicas, algunas sin cable, que no llegan a la profundidad estimada a veces porque el cable esta corto, aunado a que los electrodos que van en la punta del cable de medición ya no funcionan para cerrar el circuito y mandar la señal. Cabe señalar que dichas sondas ya cumplieron con su vida útil de 10 años, y por lo tanto, es necesario sustituirlas”.
Así la Conagua con el Segundo Piso de la Cuarta Transformación con Claudia Sheinbaum no cuenta con la información de los niveles de agua en acuíferos para básica para calcular la recarga y la disponibilidad media anual de los mismos, es decir, que tiene información para diseñar una estrategia y estar preparados ante sequías prolongadas.
Con información de massinformacion.com.mx