La tarde del 11 de agosto de 2022 enlutó a nuestro Chihuahua, el 11 de agosto de 2022, el día conocido como el “Jueves negro de Ciudad Juárez”, nos mostró la crudeza del problema que enfrentamos. Un día que quedará marcado en la memoria de los juarenses como una de las jornadas más violentas y desoladoras de nuestra historia reciente. Las calles de la ciudad se convirtieron en un campo de guerra, con ataques simultáneos en distintos puntos, incendios provocados, asesinatos indiscriminados, comercios incendiados, trabajadores ejecutados en sus centros laborales y familias enteras sumidas en el miedo, mientras los criminales sembraban el terror con total impunidad.
Las víctimas de este trágico día no quedarán en el olvido. Los trabajadores de una estación de radio que fueron brutalmente asesinados mientras realizaban su labor; Carlos Holguín, un hombre con discapacidad auditiva, que trabajaba el primer turno en la maquila y por las tardes salía a repartir comida en su moto, recibió tres disparos, una joven juarense de 18 años que llenaba una solicitud de empleo para una tienda de conveniencia. Esa tarde se llevó la vida de personas inocentes. Ciudad Juárez lloró a cada una de estas víctimas mientras exigía justicia y acciones concretas para frenar esta barbarie.
Estos actos no fueron simples delitos; fueron actos de narcoterrorismo en su máxima expresión. Los cárteles no solo buscan controlar el tráfico de drogas, sino imponer su dominio absoluto mediante la violencia sistemática, utilizando el terror como herramienta para someter a la población y a las autoridades. El "jueves negro" dejó claro que no estamos enfrentando simples bandas delictivas, sino grupos terroristas que han declarado la guerra a los ciudadanos de bien.
¿Cómo se juzgaron estos actos? Fueron juzgados como daños. Los actos que fueron realizados indudablemente para atemorizar a la población, para extorsionar a la autoridad, para obligar al gobierno a detener el traslado de reos fueron minimizados, un insulto a las familias que padecieron el terror, a quienes perdieron a un ser querido, un insulto a Ciudad Juárez.
Desde ese 2022, como diputado y primer servidor de los chihuahuenses, he impulsado con firmeza la necesidad de tipificar el delito de narcoterrorismo en el estado de Chihuahua.
Es momento de llamar a las cosas por su nombre, con sus consecuencias jurídicas. No podemos seguir permitiendo que estos criminales operen bajo la sombra de leyes laxas que no reflejan la magnitud de sus atrocidades. Es imperativo que el marco jurídico reconozca la verdadera naturaleza de esta amenaza y establezca penas ejemplares para quienes buscan desestabilizar nuestro estado y arrebatar la tranquilidad de nuestras familias.
La seguridad de los chihuahuenses debe ser nuestra máxima prioridad. No podemos seguir tolerando que el miedo gobierne nuestras calles mientras el Estado permanece inmóvil. La tipificación del delito de narcoterrorismo es un paso crucial para combatir esta amenaza con toda la fuerza de la ley y devolverle la paz a nuestros ciudadanos.
Es momento de actuar con determinación y valentía. Chihuahua no se rendirá ante el narcoterrorismo. Es un acto de justicia para las miles de familias que han perdido un ser querido en medio del fuego cruzado, para las ciudades a las que les han arrebatado la paz, que han sido rehenes de los violentos.
La lucha contra el narcoterrorismo no admite dilaciones ni excusas. Es una batalla que debemos librar por nuestras familias, por nuestros hijos, por el futuro de nuestro Norte Patria para que nunca más el miedo reine sobre nuestras calles.