Durante la protesta solicitaron el desarme de los grupos criminales que operan en varias regiones de Chiapas, cuya presencia aseguran, ha provocado el reclutamiento forzoso hombres y jóvenes.
Miles de católicos de la Diócesis de esta ciudad realizaron una peregrinación para exigir el desarme y desarticulación de los grupos criminales que operan en Chiapas; exigieron justicia por el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez y pidieron que no haya una “simulación mediática” de la paz.
Los fieles que provienen de las siete regiones ubicadas en los 48 municipios que comprende la diócesis demandaron que el asesinato de Marcelo Pérez, ocurrido del 20 de octubre, no quede en la impunidad y se “agilicen la investigación para encontrar a los verdaderos culpables materiales e intelectuales”.
Esta es la tercera marcha de los feligreses de la región de Los Altos, desde que asumió la gubernatura el morenista Eduardo Ramírez Aguilar. En su caminata de varios kilómetros por la ciudad, solicitaron el desarme de los grupos criminales que operan en varias regiones de Chiapas, cuya presencia aseguran, ha provocado el reclutamiento forzoso hombres y jóvenes, y el desplazamiento forzado de miles de familias.
“Gobierno, define tu postura: estás con el pueblo o con el crimen”, “queremos solución, no simulación”, “fuera cárteles de Chiapas”, “alto a la narcopolítica”, “alto a los desplazamientos forzados”, “alto a los proyectos de muerte”, “justicia para el padre Marcelo” y “el padre Marcelo vive, la lucha sigue y sigue”, fueron algunas de las consignas que corearon los peregrinos provenientes de 57 parroquias de la diócesis.
La peregrinación con motivo del cierre del Año Jubilar jTatic Samuel Ruiz, fallecido el 23 de enero de 2011, y este sábado 25 se cumplieron 65 años de su ordenación episcopal, estuvo acompañada por el nuncio apostólico en México, Joseph Spiteri y los obispos de la diócesis, Rodrigo Aguilar Martínez y Luis Manuel López Alfaro, quienes se unieron en las últimas cuadras para después pasar para la celebración de la misa a un costado de la catedral.
Al dar lectura a un comunicado, la agrupación Pueblo Creyente, pidió al Estado mexicano, el reconocimiento público a las víctimas del desplazamiento forzado por la violencia criminal que ha afectado a Chiapas desde hace tres años y medio.
“Es una pena reconocer que se siguen cometiendo abusos de despojar a los pueblos originarios de sus tierras; de contaminar nuestra casa común; como pueblo creyente estamos llamados a rezar por esos nuestros hermanos y hermanas que están equivocados y les decimos que no pueden seguir viviendo con las manos manchadas de sangre. Pidan perdón a Dios”, manifestaron.
Los fieles demandaron que se establezcan las condiciones para el retorno de los desplazados, “Así como su atención integral, que incluye la garantía de un retorno seguro y permanente, libre de violencias”, asentaron en un pronunciamiento que fue leído en la plaza central.
“Urge que el gobierno ponga un alto al crimen organizado”, rogaron los católicos que llegaron desde temprano procedentes de las 57 parroquias.
Desde hace varios años han pedido a los tres niveles de gobierno que trabaje por la seguridad de Chiapas. “Que caminen en las comunidades, como lo hicieron durante las campañas electorales, para que conozcan verdaderamente las necesidades que se viven y las atiendan oportuna y eficazmente”, refirieron.
Durante la misa oficiada por el nuncio apostólico, el Pueblo Creyente, recordó todo el trabajo pastoral realizado de 1960 a 2000 por el obispo Samuel Ruiz García y la persecución que sufrió por defender los derechos de los indígenas.
El nuncio apostólico recordó en la homilía las palabras del Papa Francisco durante su visita a San Cristóbal de las Casas el 15 de febrero de 2016, sobre las injusticias en contra de los pueblos originarios.
En conferencia de prensa, el vicario de Justicia y Paz, Miguel Montoya Moreno, informó que una comisión trabaja en el tema de las familias que se han desplazado de sus comunidades para saber el número exacto de personas que dejaron sus hogares, “aunque también hay personas que pertenecen a la diócesis de Tuxtla, concretamente de la región Frailesca”, dijo.
Señaló que, en la diócesis, están preocupados porque los criminales siguen armados en varios municipios, como ocurre en esta ciudad de San Cristóbal de las Casas, y que nos niños aún no tengan clases en las escuelas. “En las zonas de conflicto hay mucho armamento”.
“Demasiado manejo de armas. No vamos a ir muy lejos: San Cristóbal de las Casas. En ese sentido si nos preocupa a nosotros el manejo de armas. En la zona de la frontera tenemos información de nuestros hermanos que se encuentran en las comunidades, los niños no se encuentran en las clases, porque no hay profesores en las comunidades”, reveló el prelado. Proceso