Veracruz.- Fue un viernes de fiesta en el barrio del Zotuco, en Misantla: música de banda, carnitas, refrescos, tamales, tacos, misantecos y el ingrediente más importante tras 14 meses de secuestro: la propuesta de boda.
El marino mercante Arturo Zacarías Meza, su familia y su novia Evelyn Tinoco, ponían fin a 430 días sombríos, de angustia, que estallaron contra lágrimas de alegría por el reencuentro, tras su secuestro por rebeldes hutíes de Yemen en el Mar Rojo, ocurrido el 19 de noviembre del 2023.
Los 19 grados centígrados que se resentían a la intemperie en El Zotuco, subieron con los intensos abrazos de su papá Arturo Zacarías Ortega, su mamá María Teresa Meza Jaen, su hermano José de Jesús Zacarías Meza y Evelyn, su prometida, a quien le propuso matrimonio.
“Hoy es un día maravilloso, mi hijo volvió a nacer y junto con él nosotros, toda la familia”, exclamaba doña Maritere con efusiva sonrisa, mientras la lona grande con la fotografía del marino mercante exhibía: “Tu familia te ama… Vive tranquilo y confiado porque con Dios a tu lado no tienes qué temer”.
Una playera con la imagen de la Virgen de Guadalupe y el rosario blanco que doña Maritere colocó a Arturo, afianzó el catolicismo que el marino soltó frente a todos: “gracias Madre mía”, seguido de un beso a su playera y el colgante de su cuello. Aunque también reflejó lo jarocho: “los veracruzanos somos cabrones y no nos rajamos”.
Atrás quedó aquel domingo cuando, entre la 1 y la 1:30 del mediodía, el conflicto bélico entre Palestina e Israel provocó que los rebeldes Hutíes secuestraran el barco donde viajaban 25 tripulantes a bordo, el buque Galaxy Leader, que navegaba por el mar Rojo y se dirigía desde la India a Turquía, con bandera de Bahamas.
Pero, debido al alto al fuego en la Franja de Gaza, en la tregua del conflicto entre Israel y Palestina, fueron liberados los 25 tripulantes en Mascate, Omán.
Este viernes, Arturo Zacarías Meza fue recibido en el aeropuerto internacional “Heriberto Jara Corona”, de puerto de Veracruz, entre aplausos, porras, cartulinas de bienvenida, flores, llanto y la mirada atónita de viajeros que, por un momento, preguntaban si se trataba de algún actor o cantante.
Arturo narra el pasaje de su secuestro, justo el día de su descanso, y asegura que los hutíes descendieron en un helicóptero y con armas largas los inmovilizaron, les exigieron buscar sus camarotes y evitar oponerse. Así se hizo.
"Cuando ellos llegaron al puente de mando, el capitán dio la orden de que nos rindiéramos, que no hiciéramos nada y que cooperáramos con ellos, gracias a Dios estamos vivos y no nos hicieron nada más, porque ellos llevaban la orden de dispararnos", dijo.
Arturo asegura que "lo único que me mantuvo vivo fue la esperanza de volver a verlos, solamente pensar en ellos, pensar en un futuro, aunque yo no supiera cuándo iba a ser, voy a estar con ellos de regreso".
Con 31 años de edad y egresado de la Escuela Náutica Mercante Cap. Alt. Fernando Siliceo y Torres, ubicada en el municipio de Veracruz, el ingeniero naval compartía el cautiverio con otro veracruzano, Marcos Gómez Jerez, originario del puerto jarocho, quien también se encuentra en su hogar.
Casi a las 17 horas, cuando Zacarías Meza llegó a su natal Misantla, ubicado al norte de Veracruz, un espeso grupo de ciclistas, vecinos, familiares y periodistas del lugar lo acompañó hasta la segunda privada de Zotuco número 2. Ahí lo esperaban porras, música, aplausos, gritos y lágrimas.
Arturo recibió y besó una imagen de la Virgen de Guadalupe que le obsequió el grupo de Ciclistas de Misantla, quienes le aseguraron que no dejaron de orar y pedir por su liberación.
“Estoy inmensamente feliz por estar de nuevo en casa”, dijo para luego asegurar que tiene planes de volver a embarcarse, porque “esto solo fue un trago amargo. Para mí regresar a casa es volver a nacer, abrazar a mis padres y estar con mi novia”.
La banda “La Iniciativa”, de la comunidad Díaz Mirón, no paraba de amenizar, mientras el marino resolvía qué comer primero: tamales, carnitas o los tacos misantecos, que son sus preferidos.
La alegría era evidente: “Arturo Zacarías Meza, bienvenido a casa, Misantla te recibe con los brazos abiertos”, se leía en una larga manta que no dejaba de mirar el ingeniero.
Mientras, su madre, Maritere, confirmaba: “él es muy de tacos, le gustan mucho, lo esperamos con unos tamalitos misantecos y un marranito en carnitas. Va a ver fiesta en Misantla, claro que sí”.
Hasta el sacerdote que acudió a la recepción y que agradeció en oración por su regreso, evidenciaba su alegría y recordaba que hoy, sábado 25 de enero, a mediodía, oficiará una misa en la parroquia principal de Misantla.
Con información de Latinus.