Eduardo VerásteguiI: Dios, vida, familia y libertad (Parte 1)

Las palabras empleadas en el título de este artículo son el sustento en las que Eduardo Verástegui Córdoba se apoya para poner énfasis en la necesidad de construir una forma de gobernar que incluyendo lo anterior, responda a las necesidades de la sociedad en su conjunto y en sus integrantes, sin descartar a persona alguna.

Empecemos por la primera: Dios, cuya existencia siempre ha sido y seguirá siendo tema de debate, pues hay quienes dicen que no existe y quienes afirmamos lo contrario.

Stephen Hawking, que fue un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico nacido en 1942 y fallecido en 2018, coescritor del libro "Historia del Tiempo", mismo que leí hace muchos años y cuyo contenido no recuerdo puntualmente y por lo mismo según mi memoria, anoto que en él se aborda la teoría del origen del universo basada en el Big Bang (La gran explosión), explicando que el universo se inició en ese momento (del Big Bang) hace unos 15,000 a 20,000 millones de años, que se está expandiendo y en determinado momento el proceso se invertirá hasta llegar a comprimirse nuevamente.

Stephen Hawking afirma que el tiempo empezó a correr a partir de Big Bang, que previamente la materia estaba comprimida en un átomo primigenio y que todo el proceso se dió por la necesidad de liberación de la energía concentrada en ese punto que contenía toda la materia existente. Para la concepción de Hawking, como la materia estaba y siempre ha estado, no hay razón para creer en Dios.

Contrasta con la visión anterior el hecho de que quien propuso inicialmente esa teoría fue el físico y sacerdote católico belga Georges Lemaître siendo el primero en plantear la teoría del Big Bang: Lemaître llegó a ésta combinando observaciones astronómicas y razonamientos teóricos, así como con una filosofía realista.

Se le conoce como el "padre del Big Bang" y como uno de los científicos más importantes del siglo XX. Lemaître fue el primero en hablar del "huevo cósmico" o la "teoría del átomo primigenio". Antes que Stephen Hawking,Lemaître propuso la teoría de la expansión del Universo, que hoy se conoce como las leyes de Hubble. 

Valga el comentario de que al hablar del "huevo cósmico" inicial y liberar la energía, se puede comparar con un huevo fértil que la gallina va calentando para que el embrión se alimente de la clara y la yema y cuando se empolla el producto debe romper el cascarón para salir a la vida, al igual que el "átomo primigenio" se expande saliendo a la creación del universo y la naturaleza.

Regresando al tema, nos encontramos con la situación de que dos personas que comparten la misma visión teórica del origen del universo, uno fue ateo hasta su muerte (aunque sobre esto hay quien afirma que al final de su vida murió creyendo en Dios) y mientras que el otro siempre fue creyente en la existencia de Dios. Yo atribuyo la situación en que Stephen Hawking en sus planteamientos tiene una percepción materialista de la creación en la que no cabe la idea de Dios, mientras que el Padre Lemaître considera, como yo, que existe un mundo espiritual, lo cual no se puede probar o negar, porque su aceptación descansa en la fe y Stephen Hawking, aún sabiendo que fue un hombre bueno, no tenía fe, porque todo lo quería explicar a través de la ciencia.

 Como quiera, tenía fe en sus afirmaciones, porque como científico nunca demostró sus planteamientos de que el átomo primigenio era lo único que existía, simplemente partió de esa visión del origen del universo, sin considerar la existencia del mundo espiritual, que hasta ahora no se puede probar su existencia, pero tampoco se pueden negar los miles de milagros ocurridos en la historia que no tienen explicación científica, ni tampoco los exorcismos de personas que fueron poseídas por espíritus malignos y que han sido registrados como procesos verificados. Stephen Hawking pensaba que antes del "huevo primigenio" no existía nada.

La visión de Hawking cuenta con toda una argumentación teórica y científica en que soportar sus planteamientos y según entiendo casi podría decirse que es irrefutable, pero no asume la existencia del mundo espiritual, en el cual vive Dios inmerso en la eternidad como espíritu puro, perfecto, bello y santo.Aún así, desde el siglo XIII después de Cristo y asumiendo la existencia de un mundo espiritual mencionado en la biblia, Santo Tomás de Aquino, probablemente el filósofo más destacado hasta nuestros días, escribió sus "Cinco Vías" para demostrar la existencia de Dios, lo mismo que para este fin San Agustín de Hipona propone sus cuatro "Argumentos". 

Es de mencionar que desde Santo Tomás de Aquino ha habido filósofos que se han ocupado en mostrar que el cuestionamiento sobre el conflicto planteado por muchos, afirmando que entre fe y razón no hay compatibilidad, del lado opuesto innumerables científicos destacados de la historia han sido creyentes, afirmando que entre la fe y la razón hay complementariedad y que se ayudan y para llegar a la Verdad, que es Dios. (Léase la encíclica del Papa San Juan Pablo II llamada "Fides et Ratio" que traducido del latín al español se escribe "Fe y Razón"). 

Tanto Santo Tomás de Aquino como San Agustín de Hipona fueron grandes místicos y tuvieron profundas experiencias espirituales, igual que muchos santos en el correr de nuestra historia y lo digo porque se ocuparon de la meditación, reflexión y discernimiento en oración de diálogo con Dios, teniendo experiencia de recibir signos para escucharlo y encontrar su voluntad en su forma particular de vida. Destaco que San Agustín fue un gran pecador de vida licencensiosa y buscador de la Verdad en diferentes corrientes del pensamiento, como el maniqueismo, al cual después lo calificó de herético y combatió, además de otras filosofías o posturas respecto a la doctrina cristiana como los donatistas y el pelagianismo.

Así pues, asumiendo la fe de que Dios existe y de que ha sido el creador del universo, debemos preguntarnos ¿Cuáles son los atributos de Dios? Para dar respuesta a la pregunta y aceptando que Dios es el "ser supremo", debemos desechar el politeísmo, ya que si hubiera varios dioses, cuál de ellos estaría por encima de los otros, pues no podrían ser cada uno "el ser un supremo" porque serían iguales y por lógica no puede haber varios dioses de diferentes rangos hasta llegar al de supremo rango.Además, de conformidad con lo comentado en cuanto al Padre Lemaître, definimos que Dios es espíritu, condición superior a la materia que cae en el desgaste.

Todo el razonamiento me lleva a decir que la materia tuvo un principio determinado por Dios, que existe en la eternidad donde no hay ni tiempo ni materia, concluyendo que el primer acto creativo de Dios fue el tiempo, el espacio y la materia.

Pero, porqué Dios, que existe en la eternidad y que la abarca toda, se tomó la molestia de crear el tiempo, el espacio y la materia, la vida, el universo, la naturaleza y todo lo que existe, compuesto de hiper complejidad pero que funciona a perfección con leyes muy precisas, tanto en el macro cosmos como en el micro cosmos y que al buscar una "Teoría del Todo" que explique simultáneamente el funcionamiento de esos dos componentes de la creación, según los científicos nos encontramos que en el mayor extremo de pequeñez del micro cosmos la materia es energía, la cual es medible, a diferencia de los seres espirituales. Para rematar, al final de su obra creó a la humanidad y le dió al hombre (la humanidad) la facultad de dominar la creación para su beneficio. 

Quién se explica todo esto, que es reflejo de una obra hecha con tanta perfección que solo se entiende fue hecha con amor infinito. Recordemos que los amantes de las artes buscan la perfección, la bondad y la belleza, simplemente escuchemos de Beethoven la hermosura de su Himno a la Alegría o veamos las esculturas y pinturas de Miguel Angel, las catedrales góticas y en general todas las obras valoradas como artísticamente únicas, las cuales han sido una donación del autor a la humanidad, han sido hechas con amor.

Cómo en su soledad, puede Dios hacer ese acto tan perfecto de amor. Yo tengo acuñada una expresión que ha sido refrendada por filósofos y teólogos amigos y que por mi experiencia de vida creo que es certera y refleja lo que en mi larga vida he aprendido:"AMAR ES ENSEÑAR A AMAR". La mejor referencia que tengo de lo dicho son mis padres (y para ellos sus padres y así hasta llegar a los albores de la humanidad).Ellos me amaron incondicionalmente, tanto que me enseñaron a amar y yo voy enseñando a amar a mis hijos y nietos, es una cadena que seguirá hasta el fin del mundo. 

Como vemos, para amar se requieren por lo menos dos personas, ya que una sola no puede aprender a amar, porque no tiene de quien aprender esa virtud de darse, de donarse incondicionalmente para darle su amor. Uno se ama a sí mismo para poder amar a otro, pero si no se tiene a quien amar nunca podrá saber lo que es esto. 

Se dice que el amor es un sentimiento y sí, el "amor" es un sustantivo masculino abstracto y se refiere a un sentimiento que no se puede ver ni tocar, distinto de "amar" que es un verbo, una acción. Esta acción se apoya primero en una decisión que me determina a hacer algo por quien amo: darle algo de mi, como mis energías y mi persona para protegerle, darle algo material que es mío, o sea desprendimiento, etc. 

Aquí vemos que aunque se ame a una persona sin esperar reciprocidad, los actos propios de la conjugación del verbo amar son tan nobles que es natural que la persona amada busque también amar a quien la ama; esto es, salir de sí misma y convertirse en donación para la otra persona. Así, podemos afirmar que amar es salir de sí mismo y entregarse a los demás, amándose todos entre todos, haciendo de nuestra sociedad una entrincada red de donaciones mutuas.

Ahora bien, mi cuestionamiento es cómo fue que Dios, antes de la creación, siendo único en espíritu, experimentó el amor sin tener a quien amar. Eso no es posible y por lo mismo, los cristianos afirmamos que aunque Dios es único e indivisible, en su esencia hay por lo menos dos personas que se aman mutuamente con una fuerza infinita. Nuestros teólogos, en un intento de explicar lo anterior, dicen que desde antes de la creación, inmersos en la eternidad, el Padre engendra al Hijo en un acto de infinita y eterna donación o desprendimiento de sí mismo, mientras que el Hijo engendra al Padre en una acto infinito de reciprocidad y donación infinita de eterno agradecimiento o gratitud.

En todas las familias siempre hay una persona, en mi caso una tía abuela, que nos quería a mi y a mis hermanos con tanta delicadeza y ternura, que cada vez que la recuerdo me digo que mi tía Pepa era un amor, como decir que ella era solo amor, el amor personificado, porque todo lo que hacía en su vida era amando a la vida, a sus hijos, a nosotros sus sobrinos nietos, a mis padres que veía con adoración.

 Si alguien me pidiera que le dé un ejemplo de personificación del amor, contestaría que mi tía Pepa. Pues llevando este ejemplo al seno de Dios, puedo afirmar que el amor que se tienen el Padre y el Hijo es tan grande, tan infinito, recíproco y complementario, que se personifica en el 

Espíritu Santo, que es una de las revelaciones que nos enseñó el Hijo encarnado en Jesús. El amor existente en el seno de la Santísima Trinidad es todo donación y es tan desbordante que le impulsa a salir de sí, para crear solo por amor y es así cómo explicamos el origen de la creación y por supuesto de la vida. Porque Dios (tres en uno) sólo puede dar vida y nunca muerte. Si "Dios fuera único en su esencia", no tendría la experiencia de amar que le da el ser Trinidad, porque no tendría a quien amar y por lo tanto no podría salir de sí mismo para crear, pues eso es amar.

Ahora bien, si Eduardo Verástegui propone como divisa en primer término a Dios, significa hacer de su vida, a semejanza de Dios, una actividad constante de conjugación del verbo amar, hacer las cosas con el deseo de salir de sí mismo y darse a los demás y no es retórica, porque para hacer una obra fina, bella, buena y artística cinematográficamente, tuvo que salir de sí mismo, dejar su viejo yo y empezar a trabajar como un hombre nuevo al servicio de los asistentes a sus películas y por medio de ellos influir positivamente en la sociedad.

Como a los valores sociales se les ha sustituido por antivalores, su esfuerzo creativo se orienta a la recuperación de los valores éticos y morales universales y hacerlos nuevamente una forma de vida en su persona y trabajar para que se adopten nuevamente en nuestra sociedad. El creé en un Dios que ama incondicionalmente y que trata de imitar cotidianamente. Lo digo porque profesamos la misma religión, o sea las mismas formas enseñadas y prácticas determinadas por Dios para (re)ligarnos con Él.

Como resultado de su conversión o metanoia, palabra griega de la que se deriva metamorfosis, dejó el ambiente de la farándula y le prometió a Dios no volver a hacer cine en el que se denigren los valores, esperando el papel adecuado a protagonizar en un cine nuevo, pero como la oferta nunca llegó, decidió hacer su propia empresa productora de cine, llamada Metanoia Films (metamorfosis del cine para divulgar valores humanos) y jugarse sus recursos y carrera artística a cambio de hacer la voluntad de Dios. Así salieron películas como Bella, Little Boy, Inesperado, Sound of Freedom y Cabrini, además de varios cortometrajes.

Con el planteamiento de poner a Dios en el centro de su vida, Eduardo Verástegui se ha lanzado a buscar formar un partido político pero siguiendo las reglas que el sistema plantea, ya que de conformidad con la constitución y la ley electoral vigente quiso participar como candidato independiente a la presidencia de la república, habiéndose topado con trampas en el proceso de recolección de firmas para lograr juntar el número mínimo requerido para quedar registrado en la contienda y aparecer en la boleta electoral, por lo que como no le dejan otro camino que formar un partido político, se ha lanzado a lograrlo y por eso yo estoy con él.

Poder Ciudadano Mandante, S.C.

Jorge Luis Vargas Romero

Consejero General Nacional