A ti ciudadano:
La toma de posesión presidencial es el símbolo por excelencia del traspaso pacífico de poderes en Estados Unidos. Incluso después de elecciones disputadas (o cuando la unión entre los estados estaba en peligro) los presidentes siempre han reservado este día para presentarse ante la ciudadanía y jurar "preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos".
Las numerosas tradiciones del Inauguration Day [Día de la inauguración o Día de la investidura] contribuyen a reforzar ese papel simbólico. Normalmente, el día comienza con el viaje del presidente electo al Capitolio junto con el presidente saliente y los líderes del Congreso para prestar juramento y pronunciar un discurso de investidura ante la multitud congregada ante la sede del Legislativo. A continuación, el nuevo Presidente encabeza un desfile de regreso a la Casa Blanca y remata el día asistiendo a varios bailes de investidura que se celebran por toda la capital del país.
La primera toma de posesión
La Constitución de Estados Unidos estipula que un presidente debe jurar su cargo antes del inicio de su mandato. Incluso los presidentes que son reelegidos vuelven a jurar el cargo al comienzo de cada mandato de cuatro años, una tradición que comenzó con el primer presidente del país, George Washington, cuya investidura también marcó la pauta para algunos de los rituales más importantes de la jornada.
El primer traspaso de poderes pacífico
Aunque Washington sorprendió al mundo al dimitir tras dos mandatos (renunciando a la presidencia en favor del vicepresidente John Adams en 1797), la primera prueba real del traspaso pacífico de poderes se produjo con la toma de posesión en 1801 de Thomas Jefferson, tercer presidente de la nación.
Las tensiones entre Adams y Jefferson se habían agudizado tras unas amargas elecciones, y se agravaron durante el periodo de transición, cuando Adams nombró a una serie de jueces en un intento de obstaculizar a su sucesor. El día de la toma de posesión, sin embargo, Adams se hizo a un lado y Jefferson pronunció un discurso conciliador, prometiendo proteger los derechos de aquellos que no le habían votado y pidiendo a los estadounidenses "unirse con un solo corazón y una sola mente".
Origen y evolución de las tradiciones inaugurales
La mayoría de las otras tradiciones inaugurales que hoy son icónicas también se remontan a Thomas Jefferson. En 1801 fue el primer presidente investido en el Capitolio de Washington D.C., aún en construcción. Invitó a la Banda de los Marines de EE. UU. a tocar en la ceremonia y les dio el sobrenombre de "The President's Own".
Tras ganar la reelección cuatro años más tarde, Jefferson inspiró el desfile inaugural cuando un grupo espontáneo de personas se alineó en las calles para verle llegar a caballo a la Casa Blanca, que abrió al público para la primera jornada de puertas abiertas.
Desde entonces, los desfiles inaugurales han sido cada vez más elaborados, con carrozas, actuaciones musicales y tribunas desde las que los presidentes observan el desfile, que dura horas. En 1977, Jimmy Carter inició la tradición moderna de que los presidentes regresen a pie a la Casa Blanca desde el Capitolio. Como explica la Asociación Histórica de la Casa Blanca, Carter pretendía señalar a los estadounidenses que sería un presidente "disponible para todos los ciudadanos".
Inauguraciones en tiempos de crisis
Este año, habrá un importante cambio en la tradición, el acto oficial del juramento del cargo se hará en el interior del Capitolio debido a la amenaza de temperaturas extremadamente bajas en Washington DC. Pero los ritos de toma de posesión ya habían resistido crisis nacionales en el pasado, y a veces han evolucionado para adaptarse al momento.
Sin ir más lejos, la toma de posesión de Joe Biden en 2023 fue un poco diferente. Hubo restricciones de seguridad debidas tanto a la pandemia como a las amenazas de actos violentos, ya que dos semanas antes se había producido un violento asalto del Capitolio por parte de algunos ciudadanos.
En 1861, siete estados del Sur acababan de separarse de la Unión en protesta por la elección del norteño antiesclavista Abraham Lincoln. Según la Biblioteca del Congreso, "el Gobierno federal estaba en guardia contra la insurrección y un posible atentado contra Lincoln. Los cañones, preparados y cargados, se alineaban en la avenida Pennsylvania, y los francotiradores de los tejados vigilaban a la multitud de simpatizantes mientras la comitiva presidencial se dirigía hacia el Capitolio".
No obstante, Lincoln juró el cargo ante la multitud y pronunció un discurso inaugural en el que apeló a los "mejores ángeles" de sus compatriotas para que "no fueran enemigos, sino amigos".
En el pasado, varios vicepresidentes de EE. UU. prestaron juramento de urgencia en lugar de participar en una toma de posesión cuando sus predecesores murieron en el cargo. En 1881, Chester A. Arthur juró el cargo en su casa de Nueva York tras el asesinato de James Garfield. Los presidentes Theodore Roosevelt y Calvin Coolidge también tuvieron ceremonias de juramento privadas, mientras que Lyndon B. Johnson prestó juramento a bordo del Air Force One tras el asesinato de John F. Kennedy en 1963.
Nota: El 20 de enero de 1941, Franklin D. Roosevelt fue investido presidente de Estados Unidos por tercera vez, un hecho sin precedentes. Roosevelt fue el único presidente estadounidense que ejerció más de dos mandatos antes de que se impusiera la limitación de mandatos en 1951. Según la tradición, prestaba juramento de nuevo en cada mandato.
Por Víctor Hugo Estala Banda