A ti ciudadano:
La caída de Mexico-Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521, marcó el fin del poderío mexica y el inicio de la conquista de lo que actualmente es nuestro país. Tan pronto el dominio hispánico fue expandiéndose sobre Mesoamérica, fue necesario atender diferentes necesidades e intereses del nuevo poder hegemónico. Por ello, en el año de 1524, llegó un grupo de frailes franciscanos. Fueron llamados los doce apóstoles de México y su tarea era evangelizar a los pueblos originarios de la naciente Nueva España.
Los franciscanos
Para comprender mejor el porque la orden franciscana fue la primera en llegar a la Nueva España, tenemos que conocer un poco sobre su historia. Ésta fue establecida por san Francisco de Asís en el año 1206, en Italia. En 1210 obtuvo la aprobación del papa Inocencio III. Representó un novedoso retorno dentro de la iglesia católica a los valores básicos del cristianismo.
En estricto sentido, los franciscanos son un conjunto de órdenes religiosas mendicantes, todas ellas relacionadas entre sí. Todas pertenecen a la iglesia católica y siguen los ideales de san Francisco de Asís, empezando por el voto de pobreza. Gracias a esta característica, en la Edad Media jugaron un papel importante en la predicación del evangelio en diferentes territorios del Mediterráneo y Europa. Por ello, cuando Castilla venció al reino musulmán de Granada en 1492, esta orden fue la punta de lanza para convertir a sus habitantes al cristianismo.
Es importante recordar que en esta época, el avance del imperio otomano, así como el movimiento protestante de Martín Lutero, habían debilitado el poder católico. Ante ello, fue imperativo reformar a la iglesia, además de garantizar el pronto bautismo y adoctrinamiento en la fe de los habitantes del Nuevo Mundo. Por eso órdenes como la de los franciscanos o los dominicos, fueron muy importantes en esta época.
La llegada de los doce apóstoles de México
Como parte de ese contexto, y ante la necesidad de que los nuevo súbditos de la corona hispánica fuesen cristianizados, Hernán Cortés solicitó ayuda al emperador Carlos I. Éste acordó con el papa Adriano VI, encomendar esta misión a doce frailes franciscanos del convento de San Francisco de Belvís de Monroy, en Cáceres, España. Al ser los encargados de difundir el cristianismo en las nuevas tierras, emulando al mismo Jesucristo, se les llamó «los doce apóstoles de México».
Tras su arribo a Veracruz, el 13 de mayo de 1524, los doce franciscanos marcharon a la Ciudad de México. Allí se encontraron con Cortés, quien se arrodilló y besó los maltrechos hábitos de los frailes. Este gesto, realizado en presencia de diversos nobles mexicas como el otrora tlatoani Cuauhtémoc, provocó una honda impresión. Por eso empezaron a llamar a los religiosos motolinia, una palabra compuesta del náhuatl que se traduce como «es pobre» o el que «se aflige».
Importancia de los doce franciscanos
La importancia que tuvieron los doce franciscanos en México, fue más allá de la evangelización. Las necesidades que surgieron de este proceso, hicieron que estos frailes escribieran la primera gramática y el primer diccionario del náhuatl, convirtiéndola en la lengua franca de la Nueva España. Fundaron conventos, hospitales y colegios. También, sin proponérselo, sus métodos para catequizar a los pueblos mesoamericanos, incentivaron a estos a configurar un cristianismo sincrético, totalmente distinto al del Viejo Mundo. La Virgen de Guadalupe es muestra de ello.
Aunque el proceso de la conquista y la evangelización fue complejo (y a menudo contradictorio) dejo una honda huella en la historia de nuestro país. Por eso, cumplidos 500 años de este suceso, sigue resonando la llegada de esos primeros franciscanos. Aquellos misioneros fueron: Fray Martín de Valencia, fray Francisco de Soto, fray Martín de Jesús, fray Juan de Suárez. Fray Antonio de Ciudad Rodrigo, fray Toribio de Benavente (mejor conocido como Motolinia), fray García de Cisneros, fray Luis de Fuensalida. Fray Juan de Rivas, fray Francisco Jiménez Cantó, fray Andrés de Córdoba y fray Juan de Palos.
Y así fue como en 1524, pocos años después de la caída de la capital tenochca, llegaron a Veracruz los llamados doce apóstoles de México. Se trataba de frailes franciscanos, cuya misión era iniciar la evangelización de los pueblos mesoamericanos sometidos al poder hispánico. 500 años después, los nombres de estos hombres siguen resonando en nuestra historia.
Por Víctor Hugo Estala Banda