"No hay tal cosa como los lonches gratis (There is no such thing as free lunches)" es el mantra neoliberal que fundamenta la negativa a otorgar servicios gratuitos a la población por parte del Estado, pues justifica el hecho de que cualquier contribución tendrá un costo, aunque sea aparentemente gratuita. Sin embargo, podemos "revertir" el significado de esta frase para referirnos a otro concepto propio de la jerga neoliberal: Las "externalidades".
¿A que se refiere una externalidad? Al pago socializado de un proceso que aporta ganancias privadas. Dicho de otro modo, es cuando alguien más paga tu lonche gratis, pero no porque seas un ciudadano necesitado, sino porque eres una empresa explotadora que obtiene ganancias, por ejemplo, de la privatización de algún bien o servicio.
Pongamos de ejemplo al aire. Un bien tan necesario que es imposible pensar en que alguien lucre con la escasez de este, pues supondría la muerte para quien no pueda pagar el oxigeno que respira. Pero pensemos dos veces, pues el sentido común no suele ser el mejor consejero para los análisis críticos, pues actualmente la calidad atmosférica es vista como una externalidad por parte de la industria.
A pesar de que la consecuencia directa de esta situación sea el establecimiento de facto de una zona de sacrificio en la ciudad de Chihuahua, las ganancias industriales de, por ejemplo, los bancos de materiales y cementeras que operan en la Sierra Nombre de Dios operan bajo una moral que les permite justificar la contaminación del aire si lo que obtienen son grandes beneficios económicos privados.
Recientemente se dio a conocer en medio de una protesta ciudadana y popular en las puertas de una conocida empresa cementera los resultados de un estudio realizado por el Centro de Investigaciones de Materiales Avanzados la presencia de peligrosas sustancias en el polvo respirable que aparece diario acumulándose en las casas y pulmones de las familias vecinas de la Sierra Nombre de Dios.
El Silicato de Calcio está presente en el aire que respiramos, el responsable de las conocidas "enfermedades de los mineros". Así mismo, la cristobalita respirable, sustancia que recibe su nombre gracias al Cerro de San Cristobal en el Estado de Hidalgo, peligroso carcinógeno, está presente en los resultados de los análisis del CIMAV, situación que por si sola debería ser alarmante.
Aunado a esto, el único plan de movilidad que presentan las autoridades municipales y estatales incluye la promoción a los vehículos privados con más y más vialidades, lo que saturará el aire fresco cada vez más, pero para los gobernantes que solo piensan en dinero esto es tan solo una externalidad, pues se acostumbraron a los lonches gratuitos que en realidad representan un despojo al medio ambiente sano y a los derechos de la ciudadanía.
Mientras persista esta situación mediocre de esperar obtener ganancias de forma gratuita por medio del extractivismo y la contaminación, la calidad del aire seguirá en descenso, por lo que es necesario que la ciudadanía nos organicemos y movilicemos en defensa de una vida digna, sobre todo para los adultos mayores y las infancias, quienes son más vulnerables a este crimen que literalmente nos está dejando sin aire para respirar.