Un poco de libros

Está tan mal la situación en el país: la deuda externa, la inseguridad, la violencia, la corrupción y la estupidez de un montón de gente —que, o no se da cuenta (los tontos útiles), o no se quiere dar cuenta (los hipócritas, casi todos están trabajando en gobiernos morenistas), o no se puede dar cuenta (los imbéciles, que son la gran mayoría, el populacho)—, que esta semana mejor me voy a hacer el disimulado, o el tarugo, como si las cosas marcharan vientos en popa, y les cuento un poquito de qué leí este diciembre.

Vaya primero una aclaración: podría estar triste, pero no lo estoy. No lo estoy porque, aunque no leí lo que pude y quería haber leído, lo poquito que leí fue magnífico y sirvió para lo que sirve leer, aligerar el espíritu y echar a volar el alma, tomando prestados las manos, los ojos, los oídos, el aliento, del autor.

Segundo, no leí porque me la pasé escribiendo, o revisando viejos textos, y eso siempre resulta estimulante. Por cierto, dice el Adolfo que va a pensar con toda seriedad si me publican él y su novia, Laura, mi próxima novela, porque están proyectando fundar una editorial. ¡No puedo decirles lo feliz y orgulloso que me siento! Que dos chamacos que, juntos, apenas suman cincuenta años de edad, estén ocupándose en ese tipo de cosas resulta —me voy a repetir—, estimulante por donde se le mire. Podrían estar perdiendo el tiempo en un montón de babosadas, pero no, están viendo como crear una empresa vinculada con el saber y la cultura. En fin, enhorabuena por ellos.

Vale, a lo que íbamos, lo primero que leí el pasado mes de diciembre fue un ensayo maravilloso de Jorge Volpi, La invención de todas las cosas.[1] No hallo palabras. Hace unos cuantos años escribí: “En más de un sentido, la última obra de Jorge Volpi es “una novela criminal”[2] —ése es el título de la “novela” que le mereció ganar a su autor el premio Alfaguara de este año— […] ¿Por qué lo digo? Porque me decepcionó horrores […] Conste que no tiene nada que ver con su hechura, lo he escrito muchas veces, para mí, Volpi es, hoy por hoy, el mejor escritor mexicano de nuestro tiempo; me molesta, me exaspera, me enerva —eso sí—, que un escrito que no es novela, se titule pomposamente de ese modo y haya ganado el primer lugar en un prestigiado concurso de ese género, precisamente”.[3] Lo repito: Jorge Volpi es uno de los mejores escritores mexicanos contemporáneos, pero, como todo el mundo, no todo lo que escribe es necesariamente bueno; pues si en Una novela criminal me quedó a deber, en La invención de todas las cosas, lo pagó con creces. Si no ha leído el ensayo, hágalo ahora, es una recopilación de acontecimientos históricos que van del génesis a la física moderna, vertebrados por una sola idea: el mundo es una ficción.

Luego leí Los alemanes, de Sergio del Molino;[4] que sea el premio Alfaguara 2024 no es garantía de nada, ya lo vimos con Volpi, pero definitivamente vale la pena. Es una reflexión con varios matices sobre el amor filiar, la lealtad, la dignidad, la culpa; entreverada con una historia verídica, en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, llegaron a Cádiz dos barcos con más de seiscientos alemanes provenientes del Camerún; se habían entregado en la frontera de Guinea a la autoridad colonial; ello, porque España era un país neutral: “Con una intriga que crece página a página, Los alemanes trata uno de los episodios más vergonzosos y menos expurgados de la historia de España: cómo los nazis refugiados aquí en un retiro dorado activaron el neonazismo en Alemania. Con sutileza alumbra el infierno que puede llegar a ser, en ocasiones, la familia, y deja en el aire dos preguntas incómodas: ¿Cuándo caducan las culpas de los padres? ¿Llega hasta los hijos la obligación de redimirlas?”.[5] Fantástica.

Por último, leí la última obra de Arturo Pérez-Reverte, La isla de la mujer dormida;[6] buenísima. A ver, hablando de calidad, de contenidos, los dos primeros textos son maravillosos; ésta es sólo una novela de impecable manufactura y bastante entretenida; además, se aprende un poquito sobre algunos aspectos singulares de la Guerra Civil española. Si tiene tiempo, léala.

Ya ve, desconectarse de la realidad puede ser bastante complicado; pero entre estar inmerso en el mundo idiota de Facebook, TikTok o MORENA, o perderse en el cálido y a veces inquietante refugio de las letras y atisbar otros mundos, expurgar otros universos, cruzar cielos y mares sin moverse del sofá, esta última experiencia resulta inigualable. Lo dicho en otro lado: Feliz 2025 y que Dios nos agarre confesados.

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Luis Villegas Montes

luvimo6608@gmail.com    luvimo6614@hotmail.com
 

[1] VOLPI, Jorge. La invención de todas las cosas. Alfaguara, México, 2024.

[2] VOLPI, Jorge. Una novela criminal. Alfaguara. México. 2018.

[3] Visible en el sitio: https://elcirculorojo.com.mx/archivos/una-novela-criminal-1a-de-2-partes-luis-villegas/ Consultado el 11 de enero de 2025 a las 18.00 hrs.

[4] DEL MOLINO, Sergio. Los alemanes. Alfaguara, México, 2024.

[5] Visible en el sitio: https://www.lecturalia.com/libro/112082/los-alemanes Consultado el 11 de enero de 2025 a las 18.25 hrs.

[6] PÉREZ-REVERTE, Arturo. La isla de la mujer dormida. Alfaguara, México, 2024.

Tips al momento

Martín Batres

Esta mañana en la rueda de prensa presidencial, al hablar de la compra consolidada de medicamentos y otros aspectos para dar paso a otras intervenciones, el secretario de Salud, David Kershenobich, también dijo que participaría el director del ISSSTE, Martín Batres, así, Martín y no Martí.

El secretario de Salud dijo que Martín Batres, estaría mostrándonos  los avances tan importantes que tiene el ISSSTE.

Lo anterior provocó un gran silencio en la sala de prensa, que advirtió y puso en alerta al funcionario Federal, en el sentido de que algo pasaba.

Cuando ocupó su lugar a un lado de del pódium presidencial, se pudo ver que Martí Batres, lo abordó en corto, seguramente, para hacerle la aclaración sobre su nombre.

Lo anterior causó extrañeza, porque resulta por lo menos raro que, el titular de Salud no conozca el nombre de uno de sus funcionarios, quien es el director del Issste y que hasta hace poco, era el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, así el lapsus mañanero.

Tips al momento

Martín Batres

Esta mañana en la rueda de prensa presidencial, al hablar de la compra consolidada de medicamentos y otros aspectos para dar paso a otras intervenciones, el secretario de Salud, David Kershenobich, también dijo que participaría el director del ISSSTE, Martín Batres, así, Martín y no Martí.

El secretario de Salud dijo que Martín Batres, estaría mostrándonos  los avances tan importantes que tiene el ISSSTE.

Lo anterior provocó un gran silencio en la sala de prensa, que advirtió y puso en alerta al funcionario Federal, en el sentido de que algo pasaba.

Cuando ocupó su lugar a un lado de del pódium presidencial, se pudo ver que Martí Batres, lo abordó en corto, seguramente, para hacerle la aclaración sobre su nombre.

Lo anterior causó extrañeza, porque resulta por lo menos raro que, el titular de Salud no conozca el nombre de uno de sus funcionarios, quien es el director del Issste y que hasta hace poco, era el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, así el lapsus mañanero.

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