BOGOTÁ (apro).- El presidente colombiano Gustavo Petro deploró este miércoles la represión desatada por Nicolás Maduro en Venezuela y descartó asistir a la toma de posesión del chavista este 10 de enero, pues las elecciones en las que este se declaró vencedor, en julio pasado, “no fueron libres” ni transparente.
“No podemos reconocer las elecciones que no fueron libres y esperamos que estas puedan realizarse pronto sin bloqueos ni intimidaciones internas”, señaló Petro en un mensaje en cuenta de X.
Esta declaración, que va más allá de las moderadas críticas que había expresado Petro sobre los comicios en Venezuela, se produce luego de que en las últimas horas el gobierno de Maduro desató una abatida contra dirigentes opositores que están siendo secuestrados por agentes de seguridad con los rostros cubiertos, y a sólo dos días de que el chavista rinda protesta para un tercer periodo de gobierno.
El presidente colombiano denunció que su amigo Enrique Márquez, “destacado progresista venezolano, ha sido detenido”, al igual que Carlos Correa, “destacado defensor de derechos humanos” en Venezuela.
“Esto, y otros hechos, impiden mi asistencia personal al acto de posesión de Nicolás Maduro”, escribió el mandatario.
La postura de Petro está en sintonía con las críticas contra Maduro que han expresado otros presidentes progresistas de la región, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y el chileno Gabriel Boric.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que también forma parte de la izquierda que ha llegado al poder mediante elecciones libres, ha optado en cambio por apelar a la Doctrina Estrada, que establece la libre determinación de los pueblos y la no injerencia en asuntos internos de otros países.
Petro señaló que no va a romper relaciones con Venezuela y sostuvo que “cualquier desavenencia entre los gobiernos no debe serlo entre nuestros pueblos”.
El gobierno colombiano, agregó, entiende que los dos pueblos “están ligados por sangre, cultura e historia, y que cerrar fronteras, evitar el relacionamiento diplomático y separar nuestros pueblos a la fuerza es de una brutalidad enorme”.
Eso llevaría a que la frontera común se manejada por las mafias, y se provocaría el hambre de millones de colombianos y venezolanos y su éxodo, así como la violación sistemática de sus derechos humanos.
A pesar de que Colombia “no romperá relaciones diplomáticas con Venezuela, ni intervendrá en los asuntos internos de ese país, sin invitación”, Petro solicitó al gobierno del vecino país respetar los derechos humanos.
Dijo que “las fuerzas progresistas de Colombia mantendrán su relación de colaboración y amistad con todas las fuerzas progresistas de Venezuela en procura de una gran dialogo político y social que lleve a la paz a toda la región y prevenga la violencia”.
El presidente colombiano solicitó al régimen chavista la libertad de todas las personas detenidas por razones políticas.
Con información de Proceso.