El Cerro Coronel, de la ciudad de Chihuahua, recibe ese nombre por un militar de la época colonial, de apellido Y Zubiate, debido a que este cacique se apoderó de una de las primeras minas explotadas en la capital del Estado, denominada "La Feria" la cual fue descubierta luego de la derrota militar de los pueblos originarios "Yoli" también conocidos como los "Conchos", quienes realizaron una serie de insurrecciones durante el siglo XVII.
El punto geoestratégico de esta elevación, que en algún momento según Willhelm B. Griffen, investigador de la universidad de Arizona, en su libro "Asimilación Indígena en el área franciscana de la Nueva Vizcaya" fue llamado "Tabayahopa" y que según el historiador chihuahuense Zacarías Márquez Terrazas, el Cerro fue uno de los puntos centrales de la orientación y definición territorial de Chihuahua en el mestizaje y colonización, descrito como un cerro "hirsuto y con una roja agujerada", la cual, según M. Ponce de León recibe el Toponimio de Guaguachic, posible origen de la palabra Chihuahua, Cerro con roca agujerada.
En la época moderna, ya no fueron los minerales ni los puntos militares estratégicos los que posicionaron el valor del Cerro Coronel, sino las telecomunicaciones con sus antenas de televisión y radio, así como la imagen icónica que aparece en el escudo del Estado de Chihuahua y que ha sido usada como pizarra de propaganda política, más recientemente con la consigna de presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero. Hoy en día es valorado sobre todo como un mirador, tanto por las familias que van a hacer deporte y sano esparcimiento, como por los visitantes habituales de la cantidad al aire libre en que se convierte.
Sin embargo, un negocio más oscuro es la venta ilegal de terrenos, los cuales se encuentran en su mayoría en una zona de riesgo, sin que el municipio de Chihuahua se digne ya sea a reubicar esas familias o a regularizar su posesión, debido a que muchas de esas personas sufrieron fraude y estafa al comprar terrenos en propiedad federal del INSUS o en zona no urbanizable, ya sea de valor ambiental o zona de riesgo por derrumbe, deslave o deslizamiento.
Desde 2018 existe un estudio técnico justificativo para declarar el Cerro Coronel como área natural protegida, en 2024 se formalizó como propuesta en el plan de desarrollo urbano municipal, lo que está en sintonía con los diversos exhortos, propuestas y compromisos que las autoridades han generado con la sociedad civil y sus organizaciones como Salvemos los Cerros, sin que hasta la recha se haya formalizado la declaratoria o tomado acciones contundentes para resolver este conflicto socio-ambiental.
Es preciso que por humanidad, compasión, responsabilidad y respeto, nos unamos para poder dar una solución digna al tema del Cerro Coronel, tanto al mirador, que deje de ser un bar clandestino, como al área natural que sea protegida finalmente, pero sobre todo a las familias indígenas y mestizas que habitan en sus faldas por la inacción e impunidad que durante décadas se ha promovido desde las esferas del gobierno, donde persiste una situación indigna de vida, una incertidumbre con respecto a la falta de reubicación o regularización.
Lanzo esta pregunta ¿Quién tiene las agallas para entrarle a resolver este problema, proteger el cerro y dignificar a la gente que vive en asentamientos como la Adición Rubén Jaramillo, sin respeto a sus necesidades básicas y servicios públicos urbanos? Lanzo este reto e invitación, para que dejemos de lado todos los colores partidistas, religiosos o de cualquier tipo y le entremos a hacer justicia socio-ambiental por el Cerro Coronel Guaguachic y sus asentamientos humanos.