Una cuenta regresiva ha iniciado y a escasas dos semanas de que Donal Trump inicie su ejercicio presidencial, el ambiente para millones de paisanos indocumentados se les pone color de hormiga prieta ante la posibilidad de ser repatriados a México.
Y a estos compatriotas no les quedará más remedio que regresar a la patria obligados y orillados a rehacer su vida, tras una temporada larga o corta en los United States. Para las autoridades Federales, Estatales y Municipales lo que les queda casi obligado a trabajar coordinadamente entendiendo y asumiendo de que, en esta ocasión, no se trata de cacarear las acciones, sino de ser eficientes, rápidos en los procesos de recepción y envío a sus estados de origen, siempre y cuando los paisanos acepten ser transportados o con todo su derecho se queden en la frontera para reiniciar un nuevo viaje a reconquistar de nuevo el sueño americano.
No va a ser simple este proceso, no se trata de decir “bienvenidos” otorgarles una tarjeta del bienestar para su regreso ya que esta sería la salida simple. Se trata de levantar un censo que incluya cuantos datos sean posibles para al menos generar un esquema del flujo, origen y destino de estos deportados.
No podemos olvidar que una gran parte de los ya señalados han tenido o tienen problemas con las autoridades allá y vendrán acá a hacer lo que aprendieron con el Tío Sam y no es necesariamente hablar inglés, son algunos criminales, pandilleros o simples conciudadanos que fueron detenidos embriagándose y por ende aparecen en estas listas de non-gratos. Habrá que saber también que familiares legales les quedan allá o si tienen hijos ciudadanos estadounidenses. Esta labor debe de ser atendida a la brevedad posible, como también debe de ser su repatriación a sus estados de origen ya que se corre el peligro de que se queden en la frontera y se conviertan en otro problema complejo de atender.
Ahora si bien estamos hablando de puros mexas, no se descarta aún, sobre todo cuando Doña Claudia dejó entrever hace unos días que pudiéramos recibir deportados de otras nacionalidades, siempre y cuando sus respectivos países paguen su traslado a su nación. O sea, es buen propósito, pero conociendo estos países van a fingir demencia y nos vamos a tener que quedar con sus ciudadanos un buen rato corriendo el peligro de que los mismos deportados exijan documentación para laborar temporalmente en el país.
Insisto esto será un proceso lento, dudo mucho que de la noche a la mañana Donaldo nos envíe a medio millón de paisanos deportados de golpe y porrazo. Pero de qué van a llegar por tandas diarias, eso sí será una nueva realidad para la fronteriza ciudad Juárez. Por cierto, ha pasado desapercibido no el bagaje del próximo embajador de los Estados Unidos a México que es más bien un “Rambo” disfrazado de diplomático. Mr. Ronald Jonhson fue Marine boina verde por más de 20 años, ex agente de la CIA, experto en inteligencia incluso fue profesor de la Universidad Nacional de Inteligencia, o sea un perfecto hijo de… su progenitora.
Pues este embajador todo terreno, es entre otras cosas un “Diplomático” que a su paso por el Salvador se le conoce ya como uno de los artífices de las políticas duras y anti derechos humanos que permitió meter en orden a las pandillas en aquel centroamericano país. Nayib Bukele ha declarado que su relación con Johnson es muy personal y de amplia amistad y jamás ha negado la ayuda, consejos y estrategias desarrolladas por el otrora embajador a grado tal que, lo condecoró a su término de gestión con la Orden Nacional José Matías Delgado en el grado Gran Cruz de Plata.
Todo mundo conoce a este coronel experto en inteligencia y capaz de hacer cumplir sus estrategias armando equipos con autoridades para parar en seco lo que sea. Una realidad es que, este año que concluyó en San Salvador tan solo se registraron 117 asesinatos en todo el año, o séase que la mano dura funciona.
¿Será este el próximo paso a seguir en México?, ¿o de nuevo vamos a salir con nuestra batea de babas?
Así las cosas.
Federico Guevara