Esta columna trata sobre la situación de poder hablar sin tapujos en un mundo donde la mentira es lo común, mientras que la verdad y la moral han sido descartadas porque estorban a la gran mayoría de los integrantes de la sociedad, a cambio de las mieles de comodidad, del disfrute y del poder inmediato y sin esfuerzo.
No es el caso de Eduardo Verástegui y por eso yo estoy contigo, celebro tu valentía de defender la verdad en un mundo donde a la mentira se le quiere disfrazar de progresismo. Así las cosas, defender la verdad, cueste lo que cueste, es ir contracorriente, especialmente en política y en los temas erróneos que están "normalizados" en la visión social.
Tu lo dijiste Eduardo y sin degradar al individuo o sin señalarlo despectivamente como una persona transgénero, Wendy Guevara es un vato, un hombre, pues lo dice la ciencia genética, sus cromosomas son XY, así es la verdad. Yo agrego que su conducta es anormal y que el tal Wendy tiene confusión de identidad sexual por muchísimas causas originadas a lo largo de su vida, en especial a muy temprana edad.
Wendy, que dice querer ser madre, no puede ni podrá engendrar un hijo en su vientre, porque esa facultad es única de las mujeres, para los hombres como Wendy, aunque se declare ser transgénero, es absolutamente imposible y tú lo dijiste sin rodeos ni camuflageos de la verdad. Los hombres no ovulan y la relación sexual entre hombres no genera el encuentro de un óvulo con un espermatozoide, requisito necesario para concebir una nueva vida, una nueva persona.
A Wendy no se le debe decir "ELLA", como acostumbran los medios faltos de seriedad e impregnados de la falsa "ideología" progresista, porque ese término es pronombre de mujer y él (Wendy) es hombre.
Wendy Guevara se puede masturbar como hombre, eyacular espermatozoides, depositarlos en una probeta y de ahí almacenarlos y mediante el uso de cierto dispositivo alojarlos en el interior de la vagina de una mujer que se preste o cobre para que se le "use" como vientre de alquiler. Este es el caso de Iván Gabriel Aguilera, hijo biológico de Juan Gabriel (realmente llamado Alberto Aguilera Valadez, ya que el otro es el nombre artístico del afamado compositor y cantante), que fue concebido por medios artificiales de fecundación por Laura Salas, hermana de Jesús Salas, el mejor amigo del artista y con espermatozoides de Juan Gabriel.(información obtenida en Google). Sobra decir que esto es inmoral.
En el caso de Wendy, el bebé que resulte de esta aberración de jugar a sustituir la naturaleza e incluso pretender quitar a Dios para poderme yo, será hijo de su madre, "nunca ese hombre (que no puede ovular), por transgénero que se perciba, podrá ser su madre y él será el padre biológico."
Los críticos de Eduardo Verástegui dicen que es un retrógrado (en realidad es un conservador que defiende los valores éticos y morales universales que han prevalecido inmutables, invariables a lo largo de la historia, siendo siempre los mismos), que "los tiempos están cambiando", pero yo les digo que efectivamente las costumbres cambian, pero la verdad, por incomoda que aparezca, nunca llegará a modificarse, los cambios pueden ser morales o inmorales; éticos o antiéticos, pero la experiencia de la humanidad nos enseña que si optamos por el mal nos destruimos.
La historia está llena de personajes que cambiaron del mal al bien, habiendo hecho mucho bien en el mundo, como fue el caso de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Tristemente también hay quienes pasaron del bien al mal, como los líderes comunistas que buscando el bien cayeron en la trampa de las "ideologías" que nunca tienen sustento científico y los casos anteriores muestran los efectos por el uso responsable o irresponsable de la libertad, convirtiéndola en libertinaje o dictadura.
Por eso, Eduardo, porque tú has cambiado para el bien salvando muchos bebés de la muerte, muchas mujeres y haciendo cine de valores éticos y morales universales e inmutables que inciden en la forma de pensar de los cinéfilos y que convocan a la sociedad a ver y aprender con tus películas, por ser agente de vida, porque te interesas en la política para servir a la sociedad, porque has desarrollado una basta red de relaciones internacionales, porque has celebrado convenios con muchas naciones para la defensa de los niños que pueden ser secuestrados con fines de explotación sexual y cuando los clientes de esta aberración piden carne fresca, los niños que ya no sirven para ese negocio son desmembrados para usar sus órganos para el mercado negro de transplantes, lucha que se inscribe en el Movimiento Internacional de Sonido de Libertad (SOUND of Freedom).
Porque el único "outsider" en la escena pública y política que está comprometido con construir, junto con la sociedad, un México nuevo cimentado en los valores éticos y morales universales. Yo,
Jorge Luis Vargas Romero estoy con Eduardo Verástegui.
Estimado lector, si compartes mi opinión copia este texto, borra mi nombre y pon el tuyo, inundemos las redes con este mensaje.
Seamos constructores del bien común.