Investigación y texto de José Luis Muñoz Pérez
Esta efeméride refiere un infanticidio múltiple que vive en la memoria de millones de personas, Cristianos y no, y que está plasmado en infinidad de obras de arte de poderosa trascendencia en el imaginario colectivo, pero cuya veracidad histórica es ampliamente cuestionada y lo más probable es que nunca ocurrió.
De cualquier modo, hoy 28 de diciembre se conmemora El Día de los Santos Inocentes.
La fé cristiana cree que el Rey de Judea Herodes I, “El Grande”, al enterarse que había nacido un niño destinado a ser el Rey de los Judíos, se sintió amenazado y ordenó asesinar a todos los bebes menores de 2 años de la comarca de Belén, para impedir que “el futuro rey” viviera y le arrebatara el trono.
El sustento de la versión se encuentra en el Evangelio de Mateo en el Nuevo Testamento.
Dice así:
Mateo 2: 1-23
1Jesús nació en Belén de Judea en los tiempos del rey Herodes. En aquel tiempo, unos sabios que venían desde el oriente llegaron a Jerusalén
2y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente, y venimos a adorarlo.»
3Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él.
4Convocó entonces a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
5Ellos le dijeron: «En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
6“Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
porque de ti saldrá un guía
que apacentará a mi pueblo Israel.”»
(Miqueas 5:2)
7Luego, Herodes llamó en secreto a los sabios para saber de ellos el tiempo preciso en que había aparecido la estrella.
8Los envió a Belén, y les dijo: «Vayan y averigüen con sumo cuidado acerca del niño, y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya a adorarlo.»
(Belén se ubica a 9 kilómetros de Jerusalén)
El Apóstol Mateo, quien en realidad se llamaba Levy. Se unió a Jesús siendo Recaudador de Impuestos y se le atribuye uno de los 4 evangelios, que quizá escribió o recopiló en el año 80 del primer siglo de nuestra era. Murió decapitado.
9Después de escuchar al rey, los sabios se fueron. La estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.
10Al ver la estrella, se regocijaron mucho.
11Cuando entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y, postrándose ante él, lo adoraron. Luego, abrieron sus tesoros y le ofrecieron oro, incienso y mirra.
12Pero como en sueños se les advirtió que no volvieran a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
13Después de que los sabios partieron, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes buscará al niño para matarlo.»
14Cuando él despertó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,
15y se quedó allá hasta la muerte de Herodes. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta:
«De Egipto llamé a mi Hijo.» (Oseas 11:1)
16Cuando Herodes vio que los sabios lo habían engañado, se encolerizó y, calculando el tiempo indicado por los sabios, mandó matar a todos los niños menores de dos años que vivían en Belén y en sus alrededores.
De ya, surge un primer problema: No hay duda histórica de que Herodes El Grande murió en el año 4 antes de Cristo. Luego entonces, o Herodes ya había muerto cuando nació el niño Jesús, lo que obligaría a descartar toda la narración de Mateo, o el nacimiento de Jesús sucedió años antes de la fecha inicial de lo que hoy conocemos como la era cristiana. Es decir - aunque parezca absurdo- que Jesús haya nacido en otro año, antes de Cristo, (él mismo), o según entendemos hoy, de nuestra era en la cultura occidental. O bien, planteado de otra forma, antes de la muerte de Herodes.
Otro dato relevante que también aparece en el Nuevo Testamento, pero en el Evangelio de Lucas, se opone al aportado por Mateo. Lucas no menciona a Herodes, pero vincula el nacimiento de Cristo con el llamado "censo de Quirino". Según su relato, María y José tuvieron que viajar desde Galilea hasta Belén para poder registrarse en un censo:
Lucas, el Evangelista
Dice así:
Lucas 2.1- Por aquellos días, Augusto César - el primer emperador romano- decretó que se levantara un censo en todo el Imperio.
2 Este primer censo se efectuó cuando Quirino gobernaba en Siria, que incluía Judea.
3 Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo.
4 También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, (la Ciudad donde nació el rey David más de mil años antes 1040- 996 aC)
5 para inscribirse junto con María, que estaba comprometida para casarse con él. Ella se encontraba embarazada
6 y mientras estaban allí se le cumplió el tiempo.
7 Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.
(Ojo: Lucas habla de que Jesús fue el hijo primogénito de María, por lo tanto no el único, lo cual no atañe al tema que hoy nos ocupa, pero es noticia destacable).
La afirmación de Lucas respecto al censo nos duplica el problema: hay una diferencia de mínimo 10 años entre las fechas del nacimiento de Jesús que manejan Mateo y Lucas, pues las dos noticias, el reinado de Herodes y el censo de Quirino, son incompatibles desde un punto de vista cronológico. Agregado aparte es el dato de los 2 años entre la fecha de nacimiento del niño y el tiempo en que se presentaron los magos ante Herodes, razón por la cual la supuesta orden del Rey de Judea habría sido asesinar a todos los niños de la comarca de Belén de dos años de edad o menos.
El brillante investigador de la Universidad de Madrid Javier Alonso López sospecha que se puede explicar la mención del censo como un recurso del evangelista Lucas para justificar la presencia de José y María lejos de su lugar de residencia en Galilea, específicamente en Nazaret, y su viaje hasta Belén, a 155 kilómetros de distancia, estando Ella embarazada, para hacer que se cumplieran las palabras del profeta Miqueas, que aseguraba que el Mesías habría de nacer en la ciudad natal de su ancestro el rey David:
«Pero tú, Belén de Efratah, aunque pequeña para figurar en los clanes de Judá,
de ti me saldrá quien ha de ser dominador de Israel,
cuyo origen viene de antaño, desde los días antiguos». (Miqueas 5.1)
El profeta Miqueas , de origen campesino, vivió de 740 a 697
No existe prueba o dato alguno, en ninguna de las referencias históricas, de que el censo exigiera a los súbditos a trasladarse al lugar de procedencia de la familia paterna para cumplir con el decreto del emperador. Así pues, José no estaba obligado a acudir a Belén a ser censado junto con su familia. Nada tenían que hacer allí, salvo un propósito del evangelista de hacerlo coincidir con el lugar de nacimiento de David.
El censo efectivamente existió, como lo relata el historiador judío Flavio Josefo, en su detallada obra Las Antigüedades de los Judíos, -XVII.355 y XVIII.1.2.26.102 - y en su Guerra Judía - VII.253,- lo que también se confirma en otras fuentes, que nos permiten establecer cómo fecha precisa el año 6 d. C.
¿Cómo resolver entonces la fecha verdadera del nacimiento de Jesús?
Javier Alonso López se aplicó a detectar el origen del problema cronológico
En primer lugar establece que la fecha de 25 de diciembre, día que seguramente no corresponde al nacimiento de Jesús, fue impuesta en el año 354 por el Papa Liberio, poco después de implantarse en el Imperio Romano la religión Cristiana en 325 d. C. , y los hizo en correspondencia con los festejos que los romanos dedicaban al Sol Invicto, dios pagano de gran popularidad en la época, al que dedicaban grandes fiestas, con el fin de facilitar la aceptación del nuevo culto.
“Al fin y al cabo- dice Alonso López - ¿qué mejor fecha para conmemorar el nacimiento del “verdadero sol” que era Jesús?
Eso no fue problema, pero ¿el año?.
Durante 2 siglos el tema fue controversial y se fue agudizando entre las iglesias de Oriente y Occidente. En 1526 el Papa Juan I encargó resolver el conflicto al monje Dionisio llamado El Exiguo, por su diminuta estatura y con fama de ser “el abbad más erudito de Roma”, experto en cálculos astronómicos, herramienta necesaria para determinar la fecha exacta de la Pascua judía, puesto que los meses judíos son lunares y la fiesta se celebraba el día 14 del mes judío de Nisán. Esto es parte del origen del problema, pues los años lunares son más breves que los solares, y si no se establece una equivalencia exacta entre ambos, con los años se va creando un asincronismo cada vez mayor, tal como estaba sucediendo en aquel momento.
“Por si esto fuera poco, para realizar sus cálculos Dionisio tenía que lidiar también, por una parte, con los calendarios lunares y, por otra, con un calendario solar Juliano que no era tan perfecto como el actual Gregoriano. Además, existían diferentes formas de computar el inicio de los años (podía ser, entre otras posibilidades, ab urbe condita, es decir, desde la fundación de Roma en 753 a. C., o bien desde el inicio de reinado de Diocleciano en 284 d. C. o incluso desde la creación del mundo según la Biblia en 3760 a,C.
“Los cálculos de Dionisio le llevaron a una fecha coincidente con los últimos días del año 753 desde la fundación de Roma como el del nacimiento de Jesús.
Pero su aportación no quedó ahí. Incómodo ante la perspectiva de fechar el nacimiento de Jesucristo tomando como referencia la fundación pagana de una ciudad o el reinado de un emperador que había perseguido a los cristianos, Dionisio propuso reiniciar un conteo de los años a partir del nacimiento del Salvador. Y así, el natalicio de Jesús quedó establecido en el 25 de diciembre del 753 ab urbe condita, y el 1 de enero del año siguiente sería el inicio de una nueva forma de contar: el año 1.
“Pero la fecha propuesta por Dionisio, basada en criterios astronómicos, no encajaba con las consideraciones históricas sobre las fechas de reinado de Herodes o del censo de Quirino. Caía cuatro años después de la muerte de Herodes y seis años antes del censo de Quirino. ¿Cómo era posible que Dionisio, famoso por su erudición, cometiera semejante error?
No le importó demasiado.
Sea como fuere, la propuesta de Dionisio acabó por ser aceptada durante los siglos siguientes por todas las iglesias cristianas, y ha acabado por ser universalmente admitida como base cronológica en todo el mundo occidental. Pero ahora sabemos que, sin duda, Jesús nació aproximadamente en el año 3753 desde “la creación del mundo”, según la Biblia, que fue el trigésimo tercer año de reinado de Herodes en Judea, y también el vigésimo año del imperio del emperador Octaviano Augusto en Roma y el 747 ab urbe condita es decir, el año 7 a. C.
EL NAZARENO
Otro problema, tampoco menor, es la afirmación del versículo 23, capítulo 2 de Mateo, que afirma que José se estableció en Nazaret a su regreso de Egipto “para que se cumpliera lo que fue dicho por los profetas, que el niño habría de ser llamado nazareno”.
Mateo 2:
19Después de que murió Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto,
20 y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a Israel, porque los que querían matar al niño han muerto ya.»
21Entonces José se levantó y llevó al niño y a su madre de regreso a Israel.
22Cuando supo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo temor de ir allá, pero en sueños fue advertido y se dirigió a la región de Galilea.
23 Allí se estableció en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por los profetas, que el niño habría de ser llamado nazareno.
Todas las otras noticias nos indican que Nazaret era realmente la ciudad de donde procedían tanto María como José. En su casa de Nazaret fue donde María recibió la visita del ángel y donde María y José se conocieron y se comprometieron. También fue en Nazaret donde José recibió en sueños la visita del ángel que le dijo que debía casarse con María a pesar de que ya estaba embarazada (Lucas 1: 26-35) y que el hijo que esperaba era obra del Espíritu Santo. No regresó La Sagrada Familia a Nazaret por temor a Arquelao, hijo de Herodes, como afirma Mateo, sino porque era su ciudad de origen y donde residían. Es este otro elemento que pone en duda la veracidad de lo escrito por Mateo.
Por otra parte, Flavio Josefo, quien vivió en el siglo I después de Cristo, del año 37 al 100 y menciona a Jesús “a quien llamaban Mesias” y escribe ampliamente sobre Herodes, no menciona en lo absoluto el supuesto infanticidio múltiple de los llamado Inocentes, ni que Herodes haya dado una orden de ejecutarlo, ni tampoco la visita de los magos.
Los historiadores y analistas toman esa ausencia como una prueba clara de que, simplemente, la supuesta matanza no existió, sobre todo porque Flavio Josefo repudia sistemáticamente a Herodes y las muchas atrocidades que cometió, y puso el mayor empeño en citar, uno por uno, todos los crímenes imputables al monarca y lo presentó como un ser patológicamente celoso de su poder. Varios de sus familiares fueron asesinados por orden suya, ya que paranoicamente sospechaba que trataban de desplazarlo del trono. Nos cuenta Flavio Josefo, por ejemplo, que Herodes hizo ahogar a su cuñado Aristóbulo cuando éste alcanzó gran popularidad (Antigüedades Judías, 15 y 54-56), que asesinó a su suegro Hircano II (15, y 174-178), a otro cuñado, Costobar (15 y 247-251) y a su mujer Marianne (15, y 222-239); también que en los últimos años de su vida hizo asesinar a sus hijos Alejandro y Aristóbulo (16 y130-135), y cinco días antes de su propia muerte, a otro hijo, Antípatro (17 y 145); y que finalmente, ordenó, ante su muerte, que fueran ejecutados unos notables del reino para que las gentes de Judea, lo quisieran o no, lloraran luego de su fallecimiento, aunque no fuese por el (17 y 173-175). Josefo no dejaría de mencionar un hecho tan detestable como el infanticidio múltiple, siendo prueba rotunda de la abyección de Herodes.
Varios autores hacen notar la similitud entre este supuesto crimen múltiple y el consignado en el Antiguo Testamento, Éxodo 1; 22, sobre el nacimiento de Moisés, y la profecía de que liberaría a su pueblo, donde el faraón ordena la muerte de todos los niños varones hebreos de su reino:
22 Entonces el Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo de hebreo que nazca, y a toda hija preservad la vida.
Por supuesto, se salvó Moises, que estaba destinado por Dios a salvar a su pueblo.
Así pues, la versión de la supuesta orden de Herodes que únicamente es mencionada por Mateo y por nadie más, tendría la intencionalidad específica del evangelista de equiparar a Herodes con el Faraón y a Jesús con Moises, y dejar claro que por mucho que se empeñen los poderosos de la tierra, no pueden oponerse a los planes de Dios para salvar a los hombres.
El propósito de Mateo es evidente, pues dice también en el pasaje que con el martirio de estos niños se cumple un oráculo de Jeremías y con ello construye el marco histórico adecuado y equiparable de una profecía (Jeremías 31.15)
MATEO 2: 17-18
17Se cumplió así lo dicho por el profeta Jeremías:
18«Se oye una voz en Ramá;
gran llanto y gemido:
es Raquel, que llora a sus hijos,
y no quiere ser consolada, porque ya no existen.»
Este versículo, trasladado al Nuevo Testamento, identifica a Raquel con el pueblo de Belén. Raquel era la esposa favorita del patriarca Jacob, murió cerca de Belén y ahí fue sepultada. Y así, los hijos de Raquel “son los niños asesinados en Belén por orden de Herodes”.
Otro elemento adicional es el de la pertenencia de Jesús a la estirpe de David, via genética por la rama de José, quién según el dogma como es de todos sabido no fue su verdadero padre, lo cual desvirtúa el hecho, que no sería así, si se consignara que la estirpe de David-Jesús fuera via materna.
Efectivamente, el predicador Yoshua bar Joseph ( Jesús hijo de José, en arameo) en numerosas ocasiones recibe el nombre de Iesous ho nazarenos, o bien ho Nazoraios, es decir, como todos sabemos se le conoció en vida y se le conoce históricamente como El Nazareno, el gentilicio de Nazaret, por lo que es más factible que sea ese su verdadero lugar de nacimiento.
Tampoco hay razón alguna para que la sagrada familia permaneciera en Belén 2 años después del censo, motivo único por el que habría ido ahí, cuando su lugar de residencia era Nazaret.
Pareciera entonces que el dato del nacimiento de Jesús en Belén no tiene razón lógica y es forzado por el evangelista para hacerlo coincidir con la profecía y la promesa de Dios a David:
"Cuando tu vida llegue a su fin y vayas a descansar entre tus antepasados, yo pondré en el trono a uno de tus propios descendientes, y afirmaré su Reino. Será él quien construya una casa en mi honor, y yo afirmaré su trono real para siempre..." Samuel 7.12-16,
El profeta Samuel, de gran relevancia , fue juez, líder militar, vidente, profeta, hacedor de reyes, oficial sacerdotal, desempeñó un papel fundamental en la transición del antiguo Israel de los jueces a la monarquía. Vivió del año 1,100 al 1014.
Aunque el versículo anterior pudiera referirse al Rey Salomón, descendiente de David y auténtico constructor de un famoso templo, también el nacimiento de Jesús en Belén sería un reforzamiento a su vinculación con la profecía. Ciertamente la frase afirmaré su trono real para siempre, obviamente tendría más referencia a Jesús, pues su reino cristiano ha sido mucho más perdurable que lo que fue el terrenal reinado de Salomón.
Pero aunque la exegesis bíblica y la hermenéutica nos indican que lo más probable es que Jesús no naciera en Belén y que no hubo tal orden de Herodes de cometer la masacre de niños inocentes, e incluso que no hay más confirmación de la visita de los magos, que como quedó claro sólo Mateo menciona en los evangelios canónicos ( pues como es ley en la ciencia historiográfica moderna testis unus, testis nullus, un solo testimonio no sirve) la versión de la masacre de inocentes ciertamente coincide sin defecto con la larga lista de crueldades que cometió Herodes I, pero de ninguna manera la prueba.
Muy distinto es el relato del asesinato de Juan el Bautista, cometido por ordenes de Herodes Antipas, nieto del llamado Herodes El Grande. Es un hecho históricamente confirmado. Los tres Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) coinciden en que Juan el Bautista fue decapitado por orden de Herodes Antipas, entonces tetrarca de Judea. Según Mateo 14, Herodes encarceló a Juan porque el predicador había criticado su matrimonio con la antigua esposa de su hermano, Herodías.
Vale la pena un paréntesis.
En el también llamado Protoevangelio de Santiago se narra que Herodes buscaba al hijo del sacerdote Zacarías, al que suponía el potencial rey al que se refirieron los magos. Pero el niño había sido escondido por su madre Isabel en una cueva. Según este libro apócrifo, el futuro Juan el Bautista habría sido la causa real de la inquina de Herodes.
Y Herodes buscaba a Juan, y envió sus servidores a Zacarías, diciendo: ¿Dónde has escondido a tu hijo? Y él repuso: Soy servidor de Dios, permanezco constantemente en el templo del Señor, e ignoro dónde mi hijo está. Y los servidores se marcharon del templo, y anunciaron todo esto a Herodes. Y Herodes, irritado, dijo: Su hijo debe un día reinar sobre Israel.
Herodes murió sin encontrar a Juan y, por supuesto, Juan nunca reinó, como tampoco Jesús fue Rey de los Judíos.
Regresando al tema que nos ocupa, la Iglesia Católica y en general las Iglesias cristianas han instituido las tres tradiciones, el nacimiento de Jesús en Belén , la visita de los magos y la masacre de los inocentes, fijando un constructo mental asumido y transmitido a través de los siglos, arraigado en la creencia de los fieles y radicado en nuestra colectiva memoria visual a través del arte.
Son cientos las obras escultóricas y pictóricas inspiradas tanto en el nacimiento de Jesús fuera de su casa como en la historia de los Reyes Magos y en la masacre de inocentes, muchas de una enorme calidad estética. Son, sin duda, tres de los motivos más prolíficos del arte sacro de todos los tiempos.
LOS MAGOS
Otro elemento de gran trascendencia en la tradición es el de Los Reyes Magos. Mateo habla de sabios, identificados como “magos”, concepto moderno muy distinto al del evangelio, ya que usa el término “magoi”, en griego, que era el idioma del Nuevo Testamento; pues “mago” -en plural magoi- era el astrónomo, el sabio que practicaba el conocimiento de que el destino está en las estrellas. El término griego deriva del persa Magi. Los magi eran una casta sacerdotal , que desempeñaban la relevante función de ser guardianes y custodios de ritos y saberes religiosos de los Medas, residentes de Media, en el norte de la antigua Persia, hoy Irán, antes del Zoroastrismo. Los magos a que se refiere Mateo eran pues, seguramente, sabios que venían de Persia, de grandes conocimientos astronómicos, astrológicos y místicos. Obviamente, con enorme distancia conceptual de los actualmente llamados magos, que no pasan de ser prestidigitadores de espectáculo o personajes de ficción.
Tampoco menciona Mateo que fueran reyes, ni que fueran 3 y mucho menos menciona sus nombres.
Los exégetas antiguos optaron por fijar en 3 el número de sabios a los que se refiere Mateo, seguramente basados en los 3 regalos que se mencionan: oro, incienso y mirra, suponiendo que habrían llevado uno cada uno. Es posible que la mención de Mateo sea una alusión a la visión del profeta Isaias (60:6) de las naciones que rendirían tributo a Jerusalén:
«Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová»
Ojo, Isaias se refería a un tributo a Jerusalén, no a Jesús, ni a Belén.
En el siglo III el teólogo Orígenes indicó en definitiva que los Reyes Magos eran tres, número que acabó por imponerse y que fue confirmado oficialmente por la Iglesia en el siglo V, aunque en algunas tradiciones cristianas de oriente, sobre todo en las siríacas, se llega a hablar de 12 magos y en relatos menores hasta de 60.
Por lo que hace a los nombres quien los refiere como Melchor, Gaspar ( o Jaspar, o Kasapar) es el Evangelio Apócrifo Armenio de la Infancia de Jesús, que supuestamente data del siglo VI, quizá basado en una versión siríaca poco más antigua, hoy desconocida. Pero en la tradición siria se les identifica como Larvandad, Hormisdas y Gushnasaph y otras fuentes armenias les llaman Kagba y Badadilma, a los únicos dos.
Sin embargo, la iglesia católica, que no reconoce como bíblico el Evangelio Armenio, sino lo cataloga como Apócrifo, sí acepta los nombres de los magos que ahí se mencionan, como también del mismo libro surgen los nombres de los padres de Maria, Ana y Joaquín, que no aparecen en la Biblia; igual el episodio de la Presentación de la Virgen niña en el templo, la presencia de un asno y un buey en el pesebre; las historias del Buen Ladrón (Dimas) y del Mal Ladrón (Gestas); la historia de Verónica (recogida inclusive en la devoción piadosa del Via Crucis, de tradición católica); el nombre de Longinos, el centurión que atravesó el costado de Jesús en la cruz; y la primera sugerencia explícita de la virginidad perpetua de María, entre otros temas de enorme presencia y arraigo en las creencias y las tradiciones cristianas.
Es preciso establecer que Apócrifo, aunque en la actualidad se usa frecuentemente como sinónimo de falso, etimológicamente proviene del griego apókruphos, que significa "escondido" u "oculto". En la literatura cristiana de los siglos II-IV, se refería a textos que se leían en privado y no en lugares públicos de la Iglesia. En la actualidad la iglesia Católica no les otorga el carácter canónico, pero tampoco los deshecha ni prohíbe como en algún tiempo, pues hoy considera que contienen información valiosa.
Entre paréntesis, el culto a los abuelos de Jesús se desarrolló en Oriente antes que en Occidente y a lo largo de los siglos la Iglesia los ha recordado en diferentes fechas. En 1481, el Papa Sixto IV introdujo la fiesta de Santa Ana en el Breviario Romano, fijando la fecha de la memoria litúrgica en el 26 de julio, admitida como día de su muerte. En 1584, Gregorio XIII introdujo la celebración litúrgica de Santa Ana en el Misal Romano, extendiéndola a toda la Iglesia. En 1510 fue Julio II quien introdujo la memoria de San Joaquín en el calendario litúrgico, el 20 de marzo, y fue trasladado varias veces a lo largo de los siguientes siglos. Con la reforma litúrgica que siguió al Concilio Vaticano II en 1969, los padres de María fueron "reunidos" en una sola celebración el 26 de julio. Como dijimos, todo este reconocimiento procede de información no canónica.
Las representaciones populares de la Navidad comprimen la historia para hacer que parezca que los Reyes Magos se presentaron en Belén en días inmediatos al nacimiento del niño, pero si atendemos a la supuesta información que estos sabios le proporcionaron a Herodes, el niño habría nacido aproximadamente 2 años antes de que ellos llegaran a Judea.
Por cierto, en los inicios del cristianismo los 3 reyes magos eran blancos y todos se representaban como de la misma raza o nacionalidad, seguramente Persa, como está dicho. Tenían igual fisionomía e iban vestidos con el característico traje persa: bonete frigio y estrechos pantalones con faldilla.
Aunque en el arte hay algún antecedente aislado, no fue hasta el siglo XV, cuando comienzan las conquistas portuguesas en África y Asia, que Baltasar pasa a ser permanentemente negro y Gaspar a representar a Asia. Esta diversidad se consolida simbólicamente para representar la universalidad del cristianismo y transmitir el mensaje de que Jesús es adorado en todo el mundo.
Tiene esta idea algún vínculo indirecto con la versión original. Recordemos que en el calendario ritual actual se identifica al Dia de los Reyes Magos como el de la Epifanía, es decir la manifestación, aparición o revelación de un ser o entidad divina ante uno o varios humanos. De hecho, el diccionario de la RAE menciona como segunda acepción la “Festividad que celebra la Iglesia católica el día 6 de enero, en conmemoración de la adoración de los Reyes Magos”. Se refiere esta epifanía al acceso que tienen los magos al Niño Dios, al ser personas que no pertenecen al pueblo elegido de Israel, sino sacerdotes que representan a los gentiles , al mundo pagano y a sus conocimientos, en este caso de orden astronómico, que son los que los conducen a Él. Es pues el Niño Dios revelándose ante lo profano.
Es también a partir del Evangelio Apócrifo Armenio que se les da calidad de Reyes. Se afirma en él que procedían de Europa, Arabia y la India, que eran hermanos entre sí y reyes respectivamente de diferentes países.
Quizá también se ocurre la idea de identificarlos como reyes a partir de una cita del Libro de Isaías (60, 3:6), que refiriéndose a Israel, reza:
"Los pueblos acudirán a tu luz, los Reyes al resplandor de tu aurora (...)
traerán oro e incienso.
El profeta Isaías vivió aproximadamente entre el 760 y el 701
De ahí, Quinto Séptimo Tertuliano, un padre de la Iglesia y un prolífico escritor durante la segunda parte del siglo II y primera parte del siglo III, aventuró la propuesta de que los magos de Oriente sean considerados también reyes.
Por cierto, hubo una época en la que los reyes magos se identificaban con algunos monarcas del momento, principalmente europeos. De hecho, Carlos V va a aparecer representado como rey Gaspar en muchas imágenes de las iglesias, al igual que Fernando el Católico y varios más.
Los cristianos veneran a los Santos Inocentes como los primeros mártires sacrificados por los enemigos de Cristo.
Antes de ver una breve muestra del abundante arte generado en torno a la supuesta masacre, no podemos dejar de mencionar que el Dia de los Inocentes, teniendo un trágico origen sea histórico o no, ha devenido en la costumbre de usar principalmente en España y en Iberoamérica la fecha del 28 de diciembre para hacer bromas.
Es sin duda una especie de empalme o fusión con la usanza Europea y especialmente anglo-sajona del April Fool´s Day, (día de los tontos) o del francés Le poisson d´avril ( textualmente el pescado de abril), o Pesce d'aprile (en italiano), que se conmemoran precisamente en abril, conocidos por dar a la gente vía libre para gastar bromas , una oportunidad anual para embaucar o pescar a los más crédulos y hacerles creer las cosas más extravagantes que las víctimas deben aguantar.
El origen de esta tradición pudiera radicar en las fiestas medievales de primavera que acostumbraban burlarse irreverentemente de la situación de los clérigos jóvenes en las iglesias, ridiculizar a la nobleza por parte de los plebeyos sin sufrir consecuencias e incluso intercambiar posiciones entre amos y esclavos durante unas horas. De modo similar a las Saturnales romanas, se escogía a alguno de los sirvientes de mas bajo rango de una casa para invertir el orden social y dar órdenes, frecuentemente absurdas, como si fueran ellos los verdaderos señores. En Francia y Suiza se nombraba obispo por un día a un niño y se conocía como "fiesta del obispillo”. Igualmente clérigos y sacerdotes –habitualmente subdiáconos, el rango más bajo del sacerdocio– se vestían de manera carnavalesca, a veces incluso disfrazados de mujeres, y elegían un Obispo o Papa de los locos para que gobernara. Se bailaba en la nave central de la iglesia y se sacrificaba y comía carne en torno al altar; además, se jugaba a los dados e incluso se realizaban impiedades más graves. Desde el punto de vista cristiano, esta fiesta de clara influencia pagana, simbolizaba el disparate del rey Herodes al querer asesinar a Jesús. Aunque en el siglo XV se intentaron regular o prohibir este tipo de prácticas, pervivieron de muy diversas maneras hasta llegar a nuestro Día de los Inocentes, actualizadamente concentrado en hacer bromas.
Otra teoría sobre la celebración jocosa se remonta a un nieto de Herodes: Herodes Antipas II, rey de Calcis. Este regente -que es recordado por su vida de excesos- decidió celebrar su trigésimo aniversario honrando a su abuelo (y la matanza de niños) con una semana de festividades. Sin embargo, ese día decidió emitir órdenes de captura y castigo para todos sus ministros, quienes no pudieron huir por la eficiencia de la guardia real. Ya presos, los atemorizados ministros fueron obligados a asistir a la celebración y algunos recibieron un sello del monarca que los declaraba "inocentes", mientras reía a carcajadas.
Igualmente, en nuestra actualidad, diversos medios de comunicación publican noticias falsas, increíbles, y terminan tildando de Inocentes a quienes las leen. Esta modalidad parece tener su origen en la Inglaterra del siglo XIX.
Ahora sí, veamos la pequeña gran galería de obras inspiradas en los supuestos atribuidos al detestable Herodes I y en la Adoración de los Magos al Niño Jesús.
Herodes ordenando la matanza de inocentes, representado en el altar de San Jacobo (1287), de la catedral de Pistoia.
https://acrobat.adobe.com/id/urn:aaid:sc:VA6C2:6578fa3c-532f-404e-bee9-f8ba3563365c
https://urantiapedia.org/es/Bible/Armenian_Infancy_Gospel
El Apóstol Mateo, quien en realidad se llamaba Levy. Se unió a Jesús siendo Recaudador de Impuestos y se le atribuye uno de los 4 evangelios, que quizá escribió o recopiló en el año 80 del primer siglo de nuestra era. Murió decapitado.