Por un momento, imagina cómo cada decisión que tomas tiene el poder de dar un giro significativo a tu vida. Desde las decisiones más cotidianas, como qué desayunar, hasta las más trascendentales, como los pensamientos que eliges albergar en tu mente. Cada una de ellas puede acercarte o alejarte de tu esencia, de esa paz interior que siempre ha estado contigo.
Recuerda un día en el que enfrentaste una decisión difícil. Quizá algo inesperado sucedió y te sentiste sin control sobre la situación. Es natural reaccionar desde el miedo, la frustración o lo que ya conoces. Pero, ¿te has preguntado qué podría pasar si eligieras responder desde el amor y la confianza en lugar de reaccionar automáticamente?
La belleza de la vida radica en que siempre tienes la capacidad de reinterpretar lo que te sucede. Tienes el poder de decidir cómo responder a cada reto que la vida te presenta. Imagínate lo que sería si, en lugar de quedarte atrapado en patrones de reacción, eligieras una perspectiva más amplia, más compasiva y más alineada con tu verdadero ser.
No se trata de perseguir la decisión "perfecta". Se trata de confiar en que, independientemente del camino que elijas, tienes la capacidad de transformar esa elección en una oportunidad para crecer. A menudo, las lecciones más valiosas surgen de los caminos más inesperados.
En cada momento de tu vida, puedes optar por el amor en lugar del miedo, la paz en lugar de la agitación, y la aceptación en lugar de la resistencia. ¿Cómo cambiaría tu vida si comenzaras a tomar decisiones desde esta conciencia? El cambio no requiere grandes gestos heroicos; se trata de pequeños actos de intención y presencia.
Hoy te invito a reflexionar sobre las decisiones que tomes. ¿Desde dónde las eliges? ¿Te están conectando con la paz y el amor que deseas experimentar? Este ejercicio de introspección puede ser transformador si lo haces con sinceridad y sin juicio hacia ti mismo.
Por último, regálate el poder del auto-perdón. El perdón no es un acto de debilidad; es un acto de amor y responsabilidad contigo mismo. Libérate de las cadenas del resentimiento y déjate ir del pasado. No te aferres a historias que ya no te sirven. Las decisiones que tomaste antes fueron las mejores que podías hacer en ese momento con la información y las herramientas que tenías. Hoy, tienes la oportunidad de actuar desde un lugar diferente.
Recuerda: cada nuevo día trae consigo la oportunidad de empezar de nuevo. Cada momento es una invitación a elegir desde el amor, la compasión y la paz.
Con todo mi amor,
Érika Rosas