El episcopado Mexicano en su mensaje de navidad y año nuevo sostiene que este año ha sido dificil por la violencia que atraviesa el país. «Hoy Belén se asemeja al cielo: en lugar de estrellas tiene ángeles cantores, y en vez de sol contempla al Sol de Justicia».
San Juan Crisóstomo, Homilía de Navidad Queridos hermanos y hermanas: En esta Navidad que reúne a las familias de México alrededor del nacimiento de Jesús, queremos acercarnos a sus hogares con un mensaje de esperanza y cercanía. Como los pastores de Belén, también nosotros hemos escuchado la voz del ángel que nos dice: «No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo» (Lc 2,10).
Sabemos que este año ha sido particularmente difícil para muchos de ustedes. La violencia ha tocado nuestras comunidades y el dolor se ha hecho presente en tantos hogares mexicanos. Sin embargo, como nos dice el profeta Isaías, «el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz» (Is 9,1). Esta luz sigue brillando entre nosotros, es el Emmanuel, Dios con nosotros.
El nacimiento del Niño Jesús nos recuerda que Dios no nos abandona jamás, al contrario, ha querido compartir nuestra vida, nuestras alegrías y nuestras tristezas. Como nos dice San Juan, «Y Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros» (Jn 1,14). No vino con poder y riqueza, sino en la sencillez de un pesebre, para estar cerca de los más humildes.
La gracia y la verdad de Dios se ha manifestado en Jesucristo (Jn 1,17). Esta gracia la vemos hoy en tantos gestos de solidaridad entre vecinos, en el trabajo incansable de quienes construyen la paz, en la generosidad de quienes comparten con los más necesitados, en la valentía de quienes defienden la verdad y la justicia. Este 2025, año del Jubileo de la Redención, el Papa Francisco nos ha invitado a caminar como peregrinos de la esperanza; por ello los exhortamos a caminar juntos hacia los jubileos de 2031-2033, promoviendo las siguientes actitudes: • Abrir nuestros corazones a la esperanza • Fortalecer nuestro caminar como Iglesia que escucha y acompaña• Construir puentes de diálogo donde hay división • Impulsar gestos de paz en nuestras familias y comunidades • Acompañar con amor a quienes más nos necesitan «¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz!» (Is 52,7).
Cada uno de nosotros puede ser ese mensajero que el profeta anuncia, llevando esperanza y consuelo a donde más se necesita.
El pesebre nos enseña que Dios elige caminos sencillos para manifestar su amor, y nos llama a caminar juntos, pastores y fieles, en la construcción de una Iglesia más participativa y misionera. Unidos a toda la Iglesia, y cobijados bajo el manto maternal de Santa María de Guadalupe, los invitamos a «cantar al Señor un canto nuevo» (Sal 97).
Que esta Navidad renueve nuestra esperanza y nos impulse a seguir trabajando por un México más justo y fraterno, donde la paz no sea solo un deseo, sino una realidad que construimos juntos día a día. ¡Feliz Navidad y un 2025 lleno de esperanza! Que el Niño de Belén, llene de paz y esperanza los hogares de todas las familias en México. Con nuestro abrazo paternal y bendición, Los Obispos de México