Periodistas ucranianos han revelado casos espeluznantes de violencia en una unidad de las Fuerzas Armadas de Ucrania, ejecutados por los comandantes contra sus subordinados mientras el país sigue en conflicto con Rusia.
Las víctimas de estos crímenes fueron soldados de la 211.ª brigada de puentes flotantes de la Fuerza de Apoyo, basada en la provincia de Ternópol, en el este del país.
Los militares que se negaban a pagar a sus superiores por infracciones disciplinarias eran golpeados y humillados, eran encerrados en jaulas y les amenazaban, según una publicación de Ukraínskaya Pravda (UP) que cita a antiguos investigadores internos, víctimas y testigos.
Los jefes de brigada sabían de los abusos en la unidad a partir de inspecciones llevadas a cabo en primavera de 2024. Sin embargo, en vez de castigar a los culpables, las víctimas y los oficiales que investigaron los casos fueron transferidos a otra unidad, mientras que los responsables de los abusos recibieron un ascenso.
Empresa familiar
La 211.ª brigada tiene cierto privilegio entre los militares ucranianos y muchos sueñan con formar parte de ella. Sus integrantes realizan trabajos de ingeniería, como la instalación de puentes de barcas o la preparación de posiciones defensivas, y no participan en combates, por lo que tienen menos riesgos de morir o resultar heridos.
Por una extraña coincidencia, al menos una docena de familias se encuentran entre el personal de la brigada, repartidas entre varias de sus estructuras, al parecer, para evitar conflictos de intereses, señala el medio.
Entre las familias se distinguen los Pastuj. El padre, Valeri, es jefe de plana mayor y comandante adjunto de la brigada. Su hijo Vladislav ya no sirve en la 211.ª brigada pero anteriormente era subordinado de su padre, en violación de la Ley de Prevención de la Corrupción, que prohíbe la subordinación directa de parientes cercanos. Era comandante de sección en el primer batallón de la brigada.
Una solicitud del servicio de orden militar presentada en primavera de 2024 reveló la falta de elaboración de informes sobre los soldados detectados bajo intoxicación alcohólica en el segundo batallón de la brigada, entonces encabezado por el teniente coronel Valeri Pastuj, aunque esos casos habían sido registrados por exámenes médicos. Desde entonces Valeri Pastuj fue ascendido a jefe de plana mayor y comandante adjunto de brigada.
Las fuentes del medio explicaron que la no elaboración de los informes permitió a los militares infractores eludir la responsabilidad administrativa y seguir recibiendo premios.
Un oficial anteriormente encargado de inspecciones internas, Timoféi Ostafiichuk, contó al medio que los soldados a los que entrevistó pagaban entre 5.000 y 20.000 grivnas (entre 120 y 475 dólares) a la persona que los pillaba intoxicados.
"También descubrí muchos hechos ilegales, incluidas palizas a los soldados si bebían alcohol pero no pagaban dinero. El acoso a los soldados era llevado a cabo principalmente por el hijo del jefe de plana mayor Pastuj y el ahijado del brigadier Poberezhniuk, Vladislav Pastuj, entonces teniente mayor y ahora capitán, que era comandante de sección en el primer batallón", relató.
Pastuj amenazaba a aquellos que se negaban a pagar con utilizar sus nexos para transferirlos a infantería y enviarlos a la "carnicería", según contó un sargento de la misma brigada.
Atado a una cruz
Cinco antiguos oficiales y sargentos de la brigada dijeron que Vladislav Pastuj extorsionaba y abusaba de soldados durante sus viajes a las provincias de Donetsk, Járkov y Dnepropetrovsk donde las tropas de su brigada construían fortificaciones.
Los interlocutores proporcionaron quejas escritas de las víctimas de abusos así como algunas fotos y videos grabados por el comandante, parte de los cuales han sido publicados por el medio. En una de las imágenes, Pastuj posa al lado de un soldado atado a una cruz.
En una de las quejas publicadas por el medio, un soldado denunció que Pastuj retenía a soldados en una jaula con fines de extorsión y los liberaba una vez aceptaban enviar dinero a una tarjeta bancaria.
Responsabilidades
Después de la investigación interna, ni la Fiscalía ni la Oficina Estatal de Investigación abrieron diligencias penales por los abusos de los militares, afirman las fuentes.
Vladislav Pastuj fue transferido a otra unidad militar. Su padre fue castigado con una multa administrativa de 34.000 grivnas (800 dólares) y pagó casi 140.000 (3.320 dólares) en la etapa prejudicial por no denunciar los casos de consumo de alcohol y seguir otorgando premios.
Mientras tanto, el 1 de noviembre el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, concedió al comandante de brigada Poberezhniuk la Orden de Bogdán Khmelnitski "por el valor personal en la defensa de la soberanía estatal y la integridad territorial de Ucrania, el cumplimiento desinteresado del deber militar". Durante las celebraciones del Día de las Fuerzas Armadas, Zelenski entregó personalmente al jefe militar una bandera de combate.
La Secretaría del Defensor del Pueblo, en respuesta a una solicitud de UP, comunicó que en los 11 primeros meses del año recibió 3.807 quejas de militares por violaciones de sus derechos. El medio señala que Zelenski lleva varios años hablando de su intención de crear el cargo de defensor del pueblo con el fin de proteger los derechos de los militares, pero sus promesas han quedado en eso.
Reacciones
Después de la revelación hecha por UP, el portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Dmitri Lazutkin, comentó que el organismo no estaba al tanto de las infracciones en la 211.ª brigada y prometió que se llevará a cabo una investigación.
Por su parte, el diputado de la Rada Suprema (Parlameno), Alexéi Goncharenko, señaló en su canal de Telegram que uno de los videos de los abusos comenzó a circular en las redes en septiembre y que ese mismo mes una comisión especial del Legislativo remitió materiales sobre el caso al Ministerio de Defensa.
Yulia Yatsik, miembro de esa comisión, contó a Novini.Live —citando videomateriales, testimonios y grabaciones— que las palizas y torturas dejaron lesiones serias en algunos de los soldados. "Estamos hablando de laceraciones de órganos internos [...] fracturas de huesos del cráneo, de la nariz, lesiones físicas importantes", detalló.
La publicación generó una oleada de reacciones en redes sociales. Parte de ellas justifican las medidas aplicadas a los soldados, argumentando que los borrachos representan una amenaza para sus compañeros de armas.
La redactora jefa de UP, Sevguil Musáyeva, comentó que este tipo de comentarios procede principalmente de militares que llaman 'avatares' a los soldados con alcoholismo. La periodista señaló que el problema de alcoholismo sí está presente en las filas militares, considerando la movilización indiscriminada llevada a cabo por los centros de reclutamiento militar.
"Movilizan a cualquiera, a personas con adicción al alcohol, pueden movilizar a personas con adicción a las drogas", explicó. Al respecto, Musáyeva manifestó que se trata de "una enfermedad, y es una enfermedad psicológica" que "requiere tratamiento, no violencia".
Tras darse a conocer el escándalo de los abusos, tanto el ministro de Defensa, Rustem Umerov, como el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Alexánder Syrski, han ordenado abrir investigaciones en la 211.ª brigada.
Con información de actualidad.rt.com