CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Durante 2023 de cada tres jóvenes pertenecientes a la comunidad LGBTQ+ uno de ellos intentó quitarse la vida, mientras que los adolescentes de entre los 13 y 17 años reportaron las tasas más altas de depresión, ansiedad y autolesión, en comparación con los mayores de edad.
De acuerdo con la “Encuesta Nacional sobre la Salud Mental de las Juventudes LGBTQ+ en México 2024”, realizada por The Trevor Project México, a estos problemas se suma la dificultad que enfrentan los jóvenes de dicho sector para acceder a la atención psicológica.
La encuesta se basa en entrevistas realizadas en línea a más de 10 mil personas de entre 13 y 27 años, de los cuales 91% dijo querer recibir atención psicológica en algún momento, pero sólo 59% pudo acceder a ella.
Las tres principales razones por las que los jóvenes LGBTQ+ que pensaron en suicidarse no tuvieron atención psicológica cuando lo necesitaron son los problemas financieros (63%), tener que pedirle permiso a sus padres para recibir la atención (37%) y el temor a que no tomen el tema en serio (36%).
Más de la mitad de los entrevistados (67%) consideró seriamente el suicidio, principalmente personas trans y no binaries; el 45% lo intentó.
“De las juventudes LGBTQ+ que intentaron suicidarse el año pasado, 77% expresó que la motivación del intento de suicidio se relacionaba con su situación familiar y 60%, con el ambiente escolar”, advierte el estudio.
Más de 55% de los entrevistados ha experimentado discriminación debido a su identidad de género u orientación sexual en el último año y 28% ha sido víctima de amenazas o violencia física.
“Tener acceso a espacios afirmativos, como un hogar, es un factor de protección contra la depresión, ansiedad y suicidio para juventudes LGBTQ+”, indica el estudio.
Terapias de conversión
De acuerdo con el informe, uno de cada cinco jóvenes entrevistados dijo haber sido amenazado con ser llevado a una “terapia de conversión” y 9% fue sometido a ella.
“Casi tres de cada cinco participantes (59%) reportaron haber experimentado intentos informales por parte de otra persona de suprimir o reprimir su identidad LGBTQ+.
“Las juventudes LGBTQ+ a las que amenazaron con llevarlas a una “terapia” de conversión o las sometieron a ella reportaron tasas más altas de intentos de suicidio en el último año (49% y 50%, respectivamente), en comparación con quienes no experimentaron esta situación (27%)”.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG) son intervenciones dañinas que se basan en la idea falsa de que la orientación sexual o la identidad de género puede o debe curarse; infligen dolor y sufrimiento severos y resultan en daños psicológicos y físicos de larga duración y ocurren en todas las regiones del mundo.
Proceso informó (No. I) que en México más de medio millón de personas han sido víctimas de este tipo de prácticas, también conocidas como ECOSIG, y que ahora se les disfraza como tratamientos contra las adicciones.
El estudio de The Trevor Project señala que la mayoría de los intentos por someter a los jóvenes a estas prácticas (32%) provino de sus madres y 18% de sus padres.
El 31% de las juventudes que fueron amenazadas con ser sometidas a ECOSIG afirmaron que aún están cuestionándose su propia orientación sexual; 26% se identificó como lesbianas y 25% como pansexuales.
Mientras que en función de la identidad de género las tasas más altas de amenazas o sometimientos a ECOSIG las sufrieron hombres trans (36%); seguidos de mujeres trans (28%) y personas no binaries, agénero, de género fluido o queer (24%).
Con estos resultados, The Trevor Project destacó que en México las juventudes LGBTQ+ enfrentan una crisis de salud mental, debido a las condiciones adversas que enfrentan, como discriminación, violencia, rechazo familiar y barreras para acceder a servicios de salud mental inclusivos y de calidad.
Por eso el reporte destacó la importancia de fomentar espacios de apoyo y aceptación en el entorno familiar y social para las juventudes LGBTQ+, garantizar el acceso a servicios de salud mental inclusivos y asequibles, y prohibir las terapias de conversión.
También subrayó la relevancia de adoptar un enfoque que tenga en cuenta las diferentes realidades y necesidades de los grupos más vulnerables dentro de la comunidad LGBTQ+, como las personas trans, no binaries y de diferentes orígenes étnicos o raciales.
Apenas en abril último, luego de cinco años de permanecer estancada, el Senado aprobó la reforma para castigar a escala nacional de dos a seis años de prisión y multa de mil a dos mil veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) a quien realice ECOSIG.
Con información de proceso.com.mx