AP.- Con la extradición de Osiel Cárdenas, exlíder del Cártel del Golfo y Los Zetas, a México se le reactivarán siete procesos penales federales por su probable responsabilidad en delitos contra la salud, delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita, acopio, portación y posesión de armas de fuego, y cohecho, por lo que se estima que el exlíder podría enfrentar una pena aproximada de hasta 730 años de prisión.
Cárdenas Guillén, quien fuera el líder del otrora poderoso y temido Cártel del Golfo, fue devuelto el lunes a México tras estar 14 años en una prisión en Estados Unidos, lo cual fue confirmado por el área de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Por su parte, un funcionario federal mexicano, no autorizado a ser identificado, informó que Cárdenas fue entregado a autoridades mexicanas en la frontera entre ambos países y enviado al penal de máxima seguridad de “El Altiplano”, en el Estado de México.
La Fiscalía General de la República (FGR) tiene tres órdenes de aprehensión pendientes contra el exlíder por los delitos de homicidio calificado, delincuencia organizada y contra la salud, informaron autoridades federales mexicanas en un comunicado.
Cárdenas fue excarcelado en agosto en Estados Unidos, pero quedó bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas estadounidense. No se supo más hasta que fue entregado a las autoridades mexicanas el lunes.
Conocido por su brutalidad, el exlíder del Cártel del Golfo fue extraditado en 2007 a Estados Unidos, donde en 2010 fue sentenciado a 25 años de prisión, aunque no se ha informado por qué sólo cumplió 14 años.
Apodado “El Mata Amigos”, Cárdenas asumió el control del Cártel del Golfo a finales de la década de 1990.
Entre otras cosas, se le conoce por haber fundado Los Zetas, un grupo integrado inicialmente por exsoldados de las fuerzas especiales que desertaron del Ejército mexicano y que ha sido considerada la organización más sangrienta que ha habido en México.
Fue señalado por una serie de masacres —incluidas contra migrantes— en diversas partes del país durante varios años, hasta que quedó prácticamente desmantelado.
Cárdenas usó a Los Zetas como el brazo armado del Cártel del Golfo. Sin embargo, tras su captura, el grupo de exsoldados comenzó a incrementar su poder hasta desatarse una disputa interna que llevó a una ruptura entre ambos organismos, y finalmente ellos se convirtieron en un cártel.
Con información de Latinus