BOGOTÁ, Col. (apro).- El director técnico del Atlético Nacional de Medellín, el mexicano Efraín Juárez, dijo luego de ganar el torneo de Copa del futbol colombiano que representar a su país en el extranjero es una gran responsabilidad pero, también, una gran emoción, por siempre aspira a poner el nombre de México en lo más alto.
En declaraciones a Telemedellín luego del partido como visitante ante el América de Cali, que le dio la Copa a su equipo, Juárez dijo saber que muchos mexicanos se han convertido en hinchas del Nacional y siguen sus partidos.
“Soy orgullosamente mexicano –aseguró— y amo a mi país, amo a mi gente”.
Señaló que, por tanto, el hecho de haber ganado el torneo de Copa del futbol colombiano es una contribución a poner el nombre de México en alto en el extranjero, “pero vamos paso a paso”.
Su sueño, añadió, es llevar al Nacional a sumar otro título, el de Liga, que disputará esta semana ante el Deportes Tolima en dos juegos de ida y vuelta.
“Tenemos una final importantísima contra un gran rival y el sueño es levantar las dos Copas (la que ya tiene el Nacional y la de Liga)”, aseguró el técnico mexicano de tan solo 36 años de edad y quien tuvo una larga carrera como jugador en los Pumas, el América, el Monterrey y la selección mexicana, y también en el extranjero, el Zaragoza de España, el Celtic de Escocia, el Vancouver en Canadá y el Valerenga de Noruega.
Luego fue auxiliar del entrenador noruego Ronny Deila en el New York City Football Club, en la liga estadunidense; en el Standard de Lieja y en el Club Brujas, ambos en Bélgica.
A partir de agosto pasado, Juárez se hizo cargo del Nacional, en lo que ha sido su primer trabajo como técnico titular, y llegó al equipo a las finales de Copa y de Liga. Ya ganó la primera ante el América de Cali y esta semana disputará la de Liga ante el Tolima.
El Nacional visitará al Tolima en Ibagué el próximo miércoles y el domingo 22 de diciembre recibirá a su rival en Medellín, donde espera coronarse como campeón de Liga.
Tras el parrido del domingo ante el América de Cali, el Nacional debió recibir la Copa en los vestidores ya que un grupo de hinchas americanistas protagonizó desmanes que obligaron a suspender el partido al minuto 85 y que derivaron en peleas y enfrentamientos con la policía.
Los desórdenes dejaron una treintena de personas heridas y tres policías lesionados. Incluso, el plantel visitante debió salir del estadio en tanquetas de la policía para evitar agresiones de la hinchada local.
Como varios países latinoamericanos, Colombia enfrenta el problema de la violencia en los estadios, con barras que han provocado altas multas a los equipos e, incluso, la prohibición de jugar con público.
Con información de proceso.com.mx