Cuando Ovidio Guzmán López fue acorralado por el Ejército mexicano, el 17 de octubre de 2019, en una casa marcada con el número 2403 de la calle José Muro Pico, en el Desarrollo Urbano Tres Ríos, en Culiacán, Sinaloa, supo que las cosas no marchaban bien. Su buena estrella y la confianza en su círculo más cercano se habían esfumado.
El entonces capo de la droga de 29 años también estaba en la mira de las autoridades estadunidenses y eso causó tensión al interior de la escisión criminal del Cártel de Sinaloa, conocida como Los Chapitos o Los Menores. Las reuniones con Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López eran cada vez más constantes. El futuro de la organización peligraba. Lo cierto es que el seguimiento por parte de la justicia estadunidense no era nuevo para Ovidio, pues desde que tenía 23 años ya le estaban “pisando los talones”. Él era escurridizo, ágil para evadir a los uniformados; fue por sus hazañas en el mundo del hampa que recibió el mote de el Ratón.
En septiembre de 2013 el Departamento de Estado de Estados Unidos refirió que los cuatro principales responsables del tráfico de drogas hacia su país eran: Ismael Zambada García, el Mayo, en ese entonces de 64 años; Ismael Zambada Imperial, el Mayito Gordo o Good Guy, de 30 años; Ismael Zambada Sicarios, el Mayito Flaco o Caballero, de 32 años; e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el Chapito o Luis, en ese entonces de 31 años. A la lista también se incluyó a Ovidio Guzmán López, el Ratón o Ratón Nuevo, hoy de 34 años; y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, el Alfredillo o Alfredito, actualmente de 38 años.
El descubrimiento de la casa de tres niveles en una de las zonas más privilegiadas de Culiacán no fue fortuito. La vivienda de Ovidio “ya traía cola”, como se dice en el argot criminal. Desde hace varios años las autoridades estadunidenses habían tratado de persuadir a los presidentes mexicanos Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) para realizar una operación de inteligencia con el fin de desarticular al Cártel de Sinaloa.
Fue hasta que la administración de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, logró con la voluntad política de su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), impulsar la “Operación Mongoose”, pero con una variante: se realizaría en territorio extranjero y sería nombrada “Operación Mongoose Azteca”. Si bien ésta ya tenía radares desplegados por toda la nación e interceptaban comunicaciones por radio y vuelos con matrículas y destinos sospechosos, éste sería el primer gran plan de inteligencia que realizarían en conjunto ambos mandatarios.
Luego de la primera captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán, las autoridades norteamericanas presionaron aún más al gobierno de México para realizar la aprehensión del hijo del otrora líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, el Chapo. Bajo esa premisa, un funcionario de alto nivel de la Embajada de Estados Unidos en México adscrito a la división de Operaciones Aéreas, citó a varios miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para cursar con urgencia el entrenamiento Mongoose, el 1 de septiembre de 2022, el cual culminaría con éxito el 5 de enero de 2023, con la segunda y última captura del Ratón.
Desde principios de 2022 un teniente coronel de la Sedena ya sostenía amplia comunicación con el funcionario de alto nivel estadunidense sobre la aplicación de Mongoose y su herramienta clave para la detección e intervención de comunicaciones entre grupos de la delincuencia organizada, mejor conocida como AMOSS (Sistema de Vigilancia de Operaciones Aéreas y Marítimas, por sus siglas en inglés), a la que sólo tienen acceso analistas y operadores mexicanos certificados por el Departamento de Estado y ubicados en centros de inteligencia estratégica en Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Ciudad de México y Jalisco.
Los documentos, reuniones y comunicaciones que se presentan en esta investigación están corroborados por fuentes de primer nivel de los dos países y constan en archivos clasificados por el Departamento de Seguridad Nacional y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, a los que también se tuvo acceso.
Recolección de inteligencia
Según una presentación del Centro Nacional de Operaciones de Seguridad Aéreas de Estados Unidos y expuesta por primera vez al gobierno de López Obrador en enero de 2020, reveló que la Operación Mongoose es una “plataforma de recolección de inteligencia que logra captar señales de radio e, incluso, toma de imágenes con cámaras electroópticas”. El propósito del plan (aún vigente) era “extender las operaciones fronterizas y proveer entendimiento a fondo de las organizaciones criminales”, esto incluía “estructura, control, mando, redes de comunicación e intenciones” de los cárteles de la droga.
De acuerdo con el documento, Mongoose es capaz de detectar, identificar y localizar redes de comunicaciones, sus usuarios y el equipo asociado a éste. Para que la operación –que culminó con la captura de Guzmán López en el poblado de Jesús María– se realizara con éxito, el gobierno estadunidense requirió personal con entrenamiento especializado en señales de radio con experiencia extensa en operaciones extranjeras y entrenamiento militar; así como un grupo que describieron como “sumamente ágil, con capacidad de desplegarse a necesidades emergentes”.
Según consta en los archivos clasificados, la Operación Mongoose Azteca requirió dos pilotos, dos analistas aéreos de señales, dos analistas de señales en tierra, un coordinador de misión y un mecánico o técnico de aviación. La operación mantuvo en vigilancia al hijo del Chapo desde agosto de 2022, según las comunicaciones de radio interferidas a las que se tuvo acceso; aunque pudo haber sido meses antes, cuando en mayo de ese mismo año los primeros indicios de la misión daban cuenta de la presencia de gente de Los Chapitos en La Paz, en Baja California Sur.
En la primera fase de la Operación Mongoose Azteca, la Sedena tuvo una tarea específica con la ayuda de la herramienta AMOSS...
Fragmento del texto publicado en la edición 0017 de la revista Proceso, correspondiente a noviembre de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.
Con información de proceso.com.mx