El alcalde demócrata de Nueva York, Eric Adams, recibió entre críticas este jueves al futuro "zar" de fronteras de Donald Trump, Tom Homan, quien ha prometido deportar a millones de migrantes indocumentados de Estados Unidos.
La reunión hace temer que las asociaciones que defienden a los migrantes en la mayor ciudad del país se vean obligadas a dar una vuelta de tuerca.
En una rueda de prensa tras la reunión con Homan, Adams afirmó que seguirá "protegiendo los derechos de los inmigrantes que trabajan duro".
Pero "no seremos un refugio seguro para quienes cometen delitos violentos", afirmó el alcalde, elegido en 2021, que procede del ala derecha del Partido Demócrata.
Visiblemente molesto, Adams, cuya popularidad ha caído en picada desde su asunción y que ha sido imputado en un caso de corrupción, acusó al inicio de su rueda de prensa a los periodistas de "tergiversar" sus palabras.
"Tenemos el mismo deseo (con Homan) de perseguir a quienes cometen actos violentos", insistió Adams, al ser cuestionado sobre el hecho de que el plan de Trump iba mucho más allá de la deportación de inmigrantes ilegales condenados por delitos violentos.
Grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes y miembros de izquierdas del Partido Demócrata se manifestaron contra la reunión frente a la alcaldía.
Uno de ellos, el interventor municipal Brad Lander, calificó de "indignante que el alcalde de la mayor ciudad de inmigrantes que el mundo ha conocido, hogar de la Estatua de la Libertad, se reúna hoy con el zar xenófobo de Donald Trump encargado de las fronteras".
Nueva York, con una población de 8.5 millones de habitantes, más del 30% de los cuales nacieron fuera de Estados Unidos, alberga a unos 500,000 inmigrantes indocumentados, potencialmente en el punto de mira de la nueva administración Trump, según estimaciones.
La megalópolis vive desde la primavera de 2022 una afluencia de migrantes sin precedentes, con unas 200,000 nuevas llegadas desde la frontera con México, lo que ha puesto a prueba su capacidad de acogida.
Durante meses, la ciudad requisó con urgencia decenas de hoteles y creó centros de acogida para albergar a los migrantes. Esta semana, Adams anunció que pronto cerraría un enorme campamento de tiendas de campaña símbolo de esta crisis migratoria, instalado en las afueras de la ciudad, en un antiguo aeródromo.
Con información de El Economista.