La Habana (EFE).- La sucesión de dos ciclones, dos sismos y dos apagones totales en apenas un mes en Cuba ha originado una inusual ola de ayuda humanitaria internacional que ha empezado a llegar a una isla ya de antes sumida en una grave crisis económica, alimentaria y energética.
En las últimas semanas distintos Gobiernos, de México a Japón, de Rusia a Venezuela, han anunciado sus compromisos de ayuda urgente para Cuba, ya sea en solitario o en el marco de acciones coordinadas por organismos multilaterales y ONG.
Entre las primeras estuvieron la de la Unión Europea, que junto a Naciones Unidas envió 94 toneladas de medicamentos, insumos médicos y otros suministros de primera necesidad, y la de Venezuela, que comprometió una donación de 300 toneladas de ayuda humanitaria.
Les siguieron otros, como las nueve toneladas de España, los 160.000 dólares de material de primera necesidad de Japón, los 600.000 dólares de Noruega a través del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia de la ONU y las 40 toneladas de leche en polvo de Eslovaquia a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Liu Junfeng, vicepresidente de la Agencia Nacional de Cooperación Internacional para el Desarrollo de China (CIDCA), visitó La Habana la semana pasada y se entrevistó con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien agradeció la “importante ayuda” del país asiático.
Varias ONG han desvelado también sus planes, como las 24 toneladas de ayuda humanitaria de la Cruz Roja Internacional, que llegaron la semana pasada. Asimismo, distintos colectivos de solidaridad con Cuba en el extranjero han hecho contribuciones.
Naciones Unidas, por su parte, está actualizando el plan de acción que presentó tras el primer ciclón -Óscar, a mediados de octubre- para incluir el segundo -Rafael, a principios de noviembre- y los dos sismos, de magnitud 6 y 6,8, registrados en el sureste el 17 de noviembre.
El borrador se está cerrando estos días, pero a modo de referencia el original buscaba movilizar 33 millones de dólares para paliar los estragos de Óscar.
Varios países han dado además un salto cualitativo en este tipo de donaciones al incluir el ámbito energético en la ayuda. Cuba, que sufre prolongados apagones diarios, había incluido este punto en sus informes oficiosos de necesidades a distintas instancias internacionales, según ha podido saber EFE.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, justificó por “razones humanitarias” el envío de combustible a Cuba a raíz de las informaciones de que enviaba 400.000 barriles de crudo a la isla tras el apagón que dejó a oscuras todo el país por días en octubre.
Por su parte, el vicepresidente de la china CIDCA se reunió en su reciente visita a La Habana con el ministro cubano de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, y en su encuentro con Díaz-Canel abordó la cooperación en las “áreas alimentaria y energética”, según la Cancillería cubana.
Mención aparte para Moscú. El vice primer ministro ruso Dmitri Chernyshenko, de visita a principios de noviembre en La Habana, anunció como “ayuda de emergencia” el envío a Cuba de 80.000 toneladas de diésel y de equipos para el sistema energético nacional cubano por 62 millones de dólares.
Varios expertos y diplomáticos extranjeros en La Habana consultados por EFE coinciden en apuntar que Cuba se encontraba ya antes de este mes negro en una situación crítica a nivel económico, energético y alimentario tras un deterioro de años.
Los apagones, sismos y ciclones vienen a evidenciar -y también a agravar- problemas de larga data en la isla, incluso “estructurales”, argumentan estos observadores, que hablan en condición de anonimato para no afectar las relaciones bilaterales de sus países con Cuba.
Algunos no dudan en calificar el contexto actual de “crisis humanitaria”, mientras que otros consideran que aún no se dan las condiciones (por tipo de afectaciones críticas, su escala, alcance y consecuencias) para emplear esta denominación, aunque hablan de un escenario de múltiples crisis superpuestas que se retroalimentan.
La pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y políticas económicas y monetarias fallidas han llevado a Cuba a una grave crisis en los últimos cuatro años, con decrecimiento, fuerte inflación, elevado déficit público, escasez de básicos (alimentos, medicamentos, combustible) y prolongados apagones diarios.
El Gobierno cubano prevé una contracción del producto interno bruto (PIB) este ejercicio, tras la caída del 1,9 % del año pasado.
Con información de EFE.