Cuenca (Ecuador) (EFE).- “Los fenómenos migratorios tienen mucho que ver con regímenes autoritarios”, declaró a EFE Roberto Suárez, secretario general de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), en el marco del XV Encuentro Empresarial Iberoamericano, que se celebra en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, donde el jueves también comienza la XXIX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica.
El secretario general de la OIE, que representa a cincuenta millones de empresas en 144 países, subrayó que cuando los procesos migratorios son “ordenados y regulares”, resultan en “fuentes de productividad y riqueza”.
“Muchas profesiones no se cubrirían sin la población migrante”, consideró Suárez, quien advirtió de que la integración de los migrantes debe “gestionarse adecuadamente” para evitar “inestabilidad social”.
La OIE, “una organización muy antigua” con “104 años de historia”, nació en un contexto en el que “el sector empresarial necesitaba organizarse”. En su origen era una organización “fundamentalmente europea”, pero hoy tiene una presencia global, destacó.
Al abordar el tema de la inteligencia artificial (IA), Suárez afirmó que esta tecnología ha “revolucionado todos los protocolos y tiempos de capacitación”, y ha generado “una incertidumbre sin precedentes”.
En comparación con el nacimiento de internet, Roberto Suárez dijo que en aquellos tiempos “había cierta capacidad de adaptación”, pero ahora el principal desafío es “la incertidumbre”, lo cual incluye “la destrucción de puestos de trabajo y la creación de otros”.
“Las consecuencias que la inteligencia artificial tiene en el mundo de trabajo (aún) no ha sido medida”, consideró el dirigente de la OIE.
“Lo que más preocupa -agregó- no es la destrucción de empleos, sino las transiciones” que exigen esta transformación, considerando que “la sociedad no está preparada” debido a la falta de “una infraestructura adecuada”.
En cuanto al rol de la OIE, Suárez destacó que “la mayor contribución” de esta organización es impulsar “cambios en las políticas” y ejercer su “capacidad de influencia” para motivar a las autoridades a “cambiar sus regulaciones y mejorar sus instituciones”.
Para él, el apoyo de los Gobiernos es crucial para “generar cambios de mentalidad” y desarrollar “sistemas de reconocimiento de competencias y cualificaciones más eficientes”.
Respecto a la informalidad laboral en América Latina, señaló que es “inaceptable que más del 50 % de la población ocupada esté en el sector informal”.
Al respecto, consideró que el “sector privado debe asumir un papel mucho más ambicioso en la lucha contra la corrupción”, y promover la “remoción de regulaciones innecesarias y obsoletas”.
Al abordar el tema de las ‘startups’ en América Latina, destacó que “el número de estas empresas se ha disparado”, lo cual consideró “una buena señal”, aunque reconoció que “necesitan ser sostenibles”.
El representante de la OIE identificó la seguridad como “un problema específico de la región iberoamericana”, especialmente en países como México, donde “afecta a la retención de talento”.
Suárez también habló de la “libertad de asociación” y la importancia de defender la “democracia”. A su juicio, en Iberoamérica existen “instituciones democráticas, aunque frágiles”, lo cual consideró una ventaja comparativa frente a otras regiones donde la democracia es aún más limitada.
Al referirse al papel y los desafíos de los empleadores, Suárez opinó que “el mundo del trabajo está cambiando profundamente”, y enfatizó que conceptos como “tiempo de trabajo”, “lugar de trabajo” y “capacidad de ser empleable” han evolucionado.
En la actualidad, “lo más importante para un individuo es la capacidad de ser empleable”, dijo.
Los “ciclos de cambio de competencias requeridas” en las empresas han disminuido, de “cinco años a tres”, indicó el dirigente de la Organización Internacional de Empleadores, quien concluyó que hoy resulta “imposible para las empresas prever las competencias necesarias” más allá de un corto plazo.
Con información de EFE.