Ante el desorden observado en la gestión pública hispanoamericana y creo que al revisar especialmente el caso de la historia completa de Argentina, me pregunto ¿Cuál debe ser la forma de gobernar ese rico país?
¿Izquierda o derecha?
¿Populismo o racionalismo?
¿Criterios conservadores o liberales o neoliberales o neomarxistas?
Yo repudio cualquier criterio que se derive de ideologías, pues ninguna ha llegado a mostrar su efectividad en la construcción de una sociedad en armonía y además que aún persista, en la que se viva la justicia personal y social y con avance progresivo en su desarrollo integral, llegando a construir cadenas de etapas sucesivas siempre preferibles por toda la sociedad a las etapas previas. Como esto nunca se ha dado, ya que la terca realidad ha mostrado que los gobiernos apoyados en proyectos ideológicos han fracasado, es evidente que la sociedad debe buscar nuevas formas para proyectar su desarrollo, las que al implementarlas requerirán irse ajustando siempre sobre la marcha con mecanismos de control de la gestión pública, la empresarial, la social y la de protección y restauración ambiental, pues la tecnología administrativa ha aprendido que el control es una planeación y la planeación es un control anticipado, de manera que ambas acciones van de la mano indisolublemente vinculadas, a riesgo de caer en desórdenes y caos, como la experiencia histórica lo ha mostrado. Con esto quiero decir que la planeación y el control son dos caras de la misma moneda.
Es, con todo respeto a los vínculos sagrados, como un matrimonio y para llevarlo a sus fines hasta que la muerte los separe no es cuento de ideologías, sino, como dice el Papa Francisco, un trabajo artesanal que dura toda la vida. Tengo la experiencia de estar casado, llevando hasta ahora más de 54 años de vínculo y diariamente mi esposa y yo debemos aprender nuevas formas de tolerancia, respeto, entrega, servicio, cortejo, conquista, renuncia y muchas actitudes más. El camino lo hemos construido sobre cimientos que van más allá de lo que ordinariamente entendemos con vivir el arte de amar, para aprender a no caer en la rutina y la monotonía que se deriva de un amor construido en una relación de "ganar - ganar", que con el paso de los años se llega al aburrimiento que se deriva de vivir siempre lo mismo, de no introducir constantemente novedades en esa forma de amar, siendo necesario ir a la plenitud del amor, viviendo una relación de "donar - donar", entregar el ser diariamente y siempre buscando que sea en forma diferente. No es posible construir un matrimonio así partiendo de una ideología, sino partiendo de una forma de vivir y propongo la que nosotros hemos intentado vivir: el matrimonio cristiano, poniendo a Cristo y su Plenitud Divina entre nosotros.
Por lo anterior, para construir una sociedad en armonía propongo seguir la Doctrina Social Cristiana, acompañada del vínculo inseparable de la planeación y el control a corto, mediano y largo plazos. Esta Doctrina no se basa en ideologías, sino en principios, directrices de acción y compromiso social de hacerla forma de vida y de gestión pública. El desarrollo integral de una sociedad debe ser también un trabajo artesanal en el que todos los artesanos aportan en la construcción de una sociedad en la que el vínculo de unión es la Patria y en nuestro caso todos nos reconocemos mexicanos y eso nos hace vivir en un vínculo fraternal.
Las ideologías dividen opiniones, los partidos parten y separan, además de que los ganadores imponen su visión a los perdedores, lo cual es injusto. Esto significa que la democracia debe ser participativa y es la primera obligación de los gobiernos crear todos los medios requeridos para que la sociedad se organice en grupos según sus intereses, mediante los cuales pueda canalizar sus energías en la construcción del bien común en la unidad y aceptando la diversidad. No es tarea del Estado abrogarse las facultades de definir cuál es el bien común y cómo ir alcanzándolo, además de que las estructuras de gobierno deben incluir todas las visiones de los grupos sociales. La forma como actualmente están llegando a ocupar los cargos del Poder Ejecutivo, del Legislativo y del Judicial con la reforma que se va a implementar hace que un grupo minoritario monopolice el poder y gobierne, lo cual es totalmente excluyente de los que no comulgan con sus políticas y formas de gobierno.
Así pues, la propuesta es construir un sistema político, de gestión y administración de los recursos públicos que se originan a partir de los esfuerzos productivos de la sociedad, de desempeño de la empresa siempre privada y de la sociedad en general, privilegiado a la vida desde su concepción hasta su término natural, a la familia, a las organizaciones de la sociedad civil (en ese orden de prioridad), que se respeta a la propiedad privada pero asignándole responsabilidades sociales concertadas vía impuestos y los mecanismos idóneos para impulsar el desarrollo integral, que se favorezca la generación de la riqueza desde la base de los sectores de menores ingresos, que el sector público deje de ser empresario y en vez de ello se oriente a favorecer el desarrollo de las empresas (especialmente las de origen familiar que pasan por generaciones cultivando el esfuerzo productivo), que se impulse la educación no ideologizada y que sea respaldo al sistema de valores que inculcan los padres a sus hijos en respeto a la patria potestad, que se tengan programas de salud universal competitivos y de calidad, vivienda y desarrollo urbano entre todos los renglones necesarios para que las familias tengan los medios para su progreso permanente conforme a la dignidad humana de sus componentes.
Me desalienta el populismo con sus dádivas de origen social sin que prevalezca el criterio de rentabilidad, pues terminan en gastos a fondo perdido. Me frustra el gigantismo gubernamental improductivo, aspiro a que los programas públicos no vean la inmediatez y se enfoquen con criterios de preparar las condiciones requeridas aplicables para lograr el bienestar de las generaciones venideras a partir de la primera después de cinco generaciones. He visto como las empresas familiares han surgido de unas primeras familias que vivieron con múltiples sacrificios en trabajo, austeridad y ahorro invertido en su crecimiento atreviéndose a correr riesgos de perder parte e incluso todo el capital acumulado con el ahorro y el esfuerzo colectivo familiar. Imitemos a la naturaleza, que evoluciona mucho más lento, el crecimiento no debe correr prisa, sino avanzar a paso firme y minimizando los riesgos y el endeudamiento impagable, porque al acelerarlo se generan contaminantes a mayor velocidad que la capacidad de degradarse en el entorno y deterioro del medio ambiente. Los problemas de contaminación y agotamiento de los recursos naturales son de sobra conocidos. Podría seguir expresando deseos para nuestra sociedad, ya que me asusta la tragedia que viven México y Argentina y para muestra lea lo que considere suficiente de los siguientes artículos que muestran la gravedad de la situación prevaleciente en ese último país, mismos de los que acompaño sus títulos y al final incluyo por si usted gusta abrirlos y leerlos:
Quién es el responsable de la enorme deuda de Argentina (la más grande de América Latina).
Javier Milei: las dos caras del ajustazo del presidente en Argentina.
Al revisar la información antes mostrada, concluimos que los argentinos están pagando las deudas que debieron pagar las administraciones pasadas, pero además de que no lo hicieron sus gobiernos siguieron irresponsablemente endeudando al país. Y lo mismo ha pasado con México, pues su deuda pública pasó de 10.7 billones (millones de millones) de pesos a 17 billones de pesos en dos meses menos de seis años, ya que la administración de López Obrador no duró los seis años completos de un sexenio, sino por la determinación de alinear las elecciones federales su periodo se acortó en dos meses (datos oficiales publicados por la SHCP. No son otros datos, a los que López Obrador acostumbraba referirse, sino que estos si son los oficiales.
Sin aplicar medidas de control al ejercicio de los recursos y presupuestos públicos, se posterga el problema y a quienes les toque pagar las deudas, también les tocará pagar la deuda pública federal acumulada, con sacrificios en reducción del consumo de bienes básicos, vivienda digna, educación de mala calidad, baja en la producción, inflación y devaluaciones constantes, etc., etc
Lo mismo sucedió con los países diezmados por la segunda guerra mundial. Hubo pobreza en Italia, Alemania, España, Francia y otros.
Debo resaltar que las deudas se pagan y si no se pagan te embargan.
Jorge Luis Vargas Romero
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