En materia política todo es relativo según el cristal con que se mira, y varía de acuerdo a la posición en la que se encuentre el ciudadano o posible votante, eso es una ley inmutable que constituye la piedra angular de las decisiones que en esta materia se adoptan.
Dicho lo anterior conviene analizar porque me refiero al hecho incuestionable de estos nuevos tiempos en los que la narrativa supera la realidad; en efecto hagamos un recuento de nuestra historia política administrativa inmediata, sin propagandistas oficiales de por medio, y sin opositores rabiosos a quienes con razón o sin ella critican todas las acciones del actual régimen político nacional; es decir, tratemos de situarnos en una realidad objetiva hasta donde nos sea posible.
La presidencia de la República como institución por razón natural, histórica y legal prevalece sobre los otros dos poderes, pues es en dicho ámbito de competencia en el que el ciudadano interactúa para la realización de todas sus actividades, sin dejar de precisar que en algunos casos también lleva a cabo procesos de naturaleza administrativa con los otros niveles de gobierno como son: los Ejecutivos Estatales, los Presidentes Municipales; ahora bien no perdamos de vista que en términos generales las políticas público-administrativas en cuanto a su ejecución las lleva a cabo la administración centralizada federal así como la administración descentralizada y en menor proporción las empresas de participación estatal; de tal suerte que para el ciudadano común el gobierno lo constituye preponderantemente el poder ejecutivo federal, y el gobernado no está obligado a saber derecho administrativo para distinguir funciones, facultades y atribuciones dentro de los tres niveles de gobierno. (los políticos sí, aunque no lo hagan).
Por otra parte no perdamos de vista, que los titulares de los medios de comunicación masiva nacional, siembran en el imaginario colectivo la nota cuya fuente proviene precisamente del titular del ejecutivo federal, en especial los que surgen del poder centralizado, por lo que la noticia más fresca con la que despierta o termina el día el común denominador del pueblo bueno y sabio es con la nota nacional, y si a ello le agregamos que su titular sale diariamente a secuestrar la referida narrativa nacional, y a marcar la agenda pública, sin lugar a dudas logra posicionar en el imaginario colectivo su punto de vista, sea correcto o no; porque al final del día eso no es lo importante, lo verdaderamente trascendente es que su opinión prevalece sobre las de sus adversarios u opositores, de tal manera que al final de la semana el ciudadano común ha recibido por lo menos 5 (cinco) notas de una misma fuente como lo es la Presidencia de la Republica, y en contra partida sus adversarios, u opositores habrán logrado subir una o dos notas en el mejor de los casos.
Lo anterior resulta tan cierto, que en el choque de poderes que estamos viviendo actualmente en nuestro país tuvo que nacer la mañanera del Poder Judicial de la Federación para intentar equilibrar la agenda publica nacional, e incluso en la pasada campaña política entre el bloque opositor y la candidata oficialista, en su momento se intento generar una mañanera opositora, lo que definitivamente no tuvo el resultado deseado desde el punto de vista electoral; y siendo sinceros, tampoco ha tenido el resultado mediático la referida mañanera del Poder Judicial de la Federación; sin que con ello se demerite el esfuerzo que hoy por hoy están haciendo los integrantes de ese poder por lograr su supervivencia política y administrativa, la cual por cierto no veo por donde puedan resistir el embate aplastante del aparato del estado mexicano a partir de la artificial mayoría calificada que les otorgo el Propio Poder Judicial de la Federación a través del Tribunal Electoral.
Anotado lo anterior analicemos de donde surgen los 36 millones de votos con los que pretenden justificar su actuar político administrativo los partidarios del oficialismo mexicano:
En ese orden de ideas es conveniente señalar algunas variantes creadas con mucha inteligencia política y con una gran capacidad electoral, que es finalmente lo que interesa para obtener el poder y conservarse en él. (los sofistas)
El primer factor es sin lugar a dudas la narrativa de que los programas sociales provienen del Ex presidente Andrés Manuel López Obrador, y vaya que ese fue y a sido el gran éxito de él, sin lugar a dudas puedo afirmarles estimados amigos que una parte muy importante de la población y particularmente de la población de mayor edad esperan cada entrega de este apoyo dándole gracias al citado expresidente, cuando en la realidad es un derecho que se encuentra consignado en la Constitución General de la Republica, que además en justicia se inicia en el periodo del Ex Presidente Vicente Fox Quezada según su propio dicho, sin que nadie o muy pocos lo recuerden por la sencilla y simple razón de que la narrativa nacional la gano de manera muy inteligente Andrés Manuel López Obrador y sembró en el pueblo de México que la paternidad de este programa es de su autoría; es decir obtuvo algo que a los políticos en funciones les resulta muy difícil: “la credibilidad”; lograr una sinergia con la población es una tarea casi imposible para el político común, sin embargo el Ex Presidente obtuvo un hermanamiento con ellos, lo veían sencillo, humilde, empático, sincero, con un lenguaje lógico asimilable, y lo más importante logro victimizarse ante el pueblo de México y en particular con ese segmento de la población de la tercera edad, a grado tal que el partido del Ex presidente cuenta con una base electoral cautiva e inamovible, a quienes no les interesa ningún indicador negativo en materia de seguridad, de educación, de salud, de crecimiento económico, de perdida del poder adquisitivo, de inflación, de terminación de la división de poderes, de supremacía constitucional, de desaparición de los órganos autónomos, de obras faraónicas e inútiles, ni la cancelación de una aeropuerto de primer mundo; es más, nos les interesa ni les cambia su sentido del voto los innumerables actos comprobados de corrupción de los integrantes del régimen político actual, ni mucho menos la impunidad que campea en todo el territorio nacional; no señores, ¡se acepte o no!; lo que se sembró en ellos es gratitud para el Ex Presidente Andrés Manuel López Obrador, no para el gobierno de la Republica, ni para el gobierno en turno, ni mucho menos para los anteriores gobiernos, con la pertinente aclaración que el día de las elecciones son los primeros que van y depositan su voto, con lo que el régimen tiene en el futuro reciente asegurada una base electoral funcional, o por lo menos una base muy importante de votos cautivos.
Ahora bien, debe mencionarse además de los apoyos otorgados a las personas de la tercera edad, que estos permean a otra parte de la población, como son los hijos de estos adultos mayores, puesto que en muchas ocasiones se aligera la carga financiera de los descendientes al recibir los padres un pequeño apoyo, por lo que eso facilita el posicionamiento de la narrativa del régimen sobre sus opositores.
Otro factor importante que se da para afirmar que la narrativa supera la realidad es que se genera tal optimismo desde el atrio presidencial que al ser repetido permanentemente logra permear el imaginario colectivo en favor del régimen en turno, al mencionar como futuro inmediato la resolución de los grandes problemas nacionales, “en seis meses resuelvo los problemas de inseguridad” “vamos a crear una maga farmacia para terminar con el desabasto de medicamentos”, “que tan difícil es sacar petróleo es cuestión de hacer un agujero en la tierra, no tiene ciencia” “vamos a tener un sistema de salud como el de Dinamarca” “la gasolina va a costar 10 pesos” “yo tengo otros datos” “la culpa la tiene Calderón” “¿pero cuánto gana Loret?” “todo el poder judicial es corrupto” “hay nepotismo en el poder judicial” (lo cual desafortunadamente era cierto) “forman parte de la oligarquía rapaz” y así una interminable lista de frases huecas sin sentido, que ofenden hasta la mas modesta inteligencia, sin embargo esa narrativa le ha ganado a la comunidad intelectual del país, a la desdibujada oposición partidista, al mermado empresariado nacional y en general inexplicablemente se ha logrado lo impensable en otro régimen político: “una apatía cuyas consecuencias no ha medido el pueblo de México”, espero estar equivocado; la perdida de derechos, la destrucción de las instituciones, la extinción de la división de poderes, y la consolidación de un partido-estado no sea la antesala de una dictadura en la que se suprima la propiedad privada, la libre empresa, y en general nuestras libertades, (las cuales ya van suprimiéndose poco a poco) pues la narrativa va ganando sobre la razón; deseo sinceramente estar equivocado y pensar ingenuamente que estas autoridades son el reflejo del pueblo bueno y sabio al que tanto recurren lo oficialistas.
Para acreditar lo anterior les recuerdo como se justifico la cancelación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México de Texcoco, aduciendo que era un mar de corrupción, que los gobiernos anteriores estaban coludidos con la oligarquía de este país y así logro sin mayor problema llevar a cabo esa acción en contra de toda lógica financiera y administrativa, sin que se haya castigado a nadie por la supuesta corrupción y sin que se terminara con la sobre saturación del actual aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México; sin embargo la narrativa fue mas fuerte que la realidad y hoy sufrimos y padecemos las consecuencias de ese capricho, sin que en lo electoral haya habido ninguna consecuencia, pues el partido del Presidente logro refrendar el Gobierno de la capital de la Republica, con lo cual se confirma que la narrativa supera a la realidad.
Pocos actores políticos han sido tan hábiles como el Ex Presidente Andrés Manuel López Obrador para capitalizar en su favor el mal humor social, es decir la construcción de una narrativa que se convierta en una verdad aunque analizada al caso concreto esta carezca de objetividad, en el caso específico es evidente que la impunidad en este país se debe en gran medida a la excesiva carga que tienen los ministerios públicos sobre todo del fuero común, sin embargo el poder judicial resulto victima en la narrativa publica, al haber exacerbado el mal humor social en contra de este poder por casos excepcionales, donde un juez soltó a algún delincuente sexual, o porque algún juzgador le corrigió la plana a la Fiscalía General de la República y un capo del crimen organizado logro su libertad, contribuyendo con ese tipo de conductas a generar un malestar social en contra del poder judicial en general, sin distinguir que los juzgadores federales son o eran el último refugio para corregir los errores o abusos tanto de los poderes judiciales de los estados, como de cualquier autoridad sea administrativa, legislativa o judicial, pero la narrativa presidencial durante seis largos años se encargo de poner al Poder Judicial de la Federación contra las cuerdas y logro deslegitimar su labor a partir de verdades a medias; y, si a esto agregamos que los integrantes de este poder siempre desdeñaron el tema político porque suponían que estaban al margen del mismo, o porque nunca pensaron que una corriente política los usaría como botín político o porque se supusieron muy independientes, lo cual solo ellos sabrán, aunque personalmente creo que siempre vieron a la clase política, a los partidos y a las corrientes ideológicas chiquitas y orejonas desde su vitrina jurisdiccional, pues no recuerdo ningún funcionario (Juez de Distrito, Magistrado Unitario o de Circuito u Ministro) perteneciente al Poder Judicial de la Federación, involucrarse en temas de naturaleza política, ni apoyar las causas sociales, razón por la cual su lucha por legitima y justa que es, la han venida dando prácticamente solos en la calle, porque ni los obreros, ni los campesinos ni el pueblo en general sienten empatía por su causa, (lo cual es lamentable) porque la lucha del Poder Judicial de la Federación es la causa de México, es nuestra causa, es la causa de todos; reciban mi solidaridad ante la aplastante derrota que están sufriendo como poder independiente de la Republica, espero eso les sirva en un futuro para que entiendan que su histórica apatía de la cosa pública-política-electoral los coloco en una situación de franca desventaja ante una narrativa falsa, mentirosa e irreal pero creíble en el imaginario colectivo.
Imposible dejar de afirmar que la destrucción de este poder nos afecta a todos; -aunque no queramos verlo- porque también todos y cada uno de los integrantes de este poder eran pueblo, con toga y birrete, pero pueblo finalmente, aunque lo entendieron muy tarde.
La misma suerte están corriendo los órganos autónomos federales de este país, por las mismas razones; todo en perjuicio suyo, aunque usted no lo crea.
Con respeto quedo a sus órdenes
Lic. Ángel Jesús Figueroa