¿Ruth y qué opinas de que por primera ves tengamos una mujer presidente? La gente ha estado preguntando esto desde que la Doctora Claudia Sheinbaum ganó la presidencia de nuestro país, y francamente si es hombre o mujer me tiene muy sin cuidado, no quiero un gobernante por los cromosomas que tiene, sino por las neuronas que usa, y desafortunadamente desde que la señora tomó protesta me ha dejado un deprimente y amargo sabor de boca en cada video donde la veo hablando, pues ha mencionado más al que sabemos que es su padrino, el ex presidente López Obrador, que a sí misma.
Empezó su mandato besando la mano de un hombre, diciéndonos que le digamos “presidenta”, pero adulando a hombres que la acomodaron en la silla, muy de vestido blanco y tocones, pero inclinándose con su cuerpo y sus palabras al patriarcado.
No, no llegamos todas, no llegó una mujer, llegó una marioneta a la silla presidencial, llegó una vocera del régimen dictatorial que elegimos el 2de junio, un régimen que busca la muerte de nuestra nación en todas las formas posibles, y que sigue obedeciendo a una familia política, la familia López.
No, no llegamos todas porque para eso se requiere que hay llegado de perdida una, y la Dra. Claudia Sheimbaum no llegó, la pusieron, tan es así que no puede dejar pasar una mañanera sin mencionar a su dueño y señor, no puede dejar pasar un evento público sin decir que el ex presidente López Obrador fue el mejor de todos los presidentes que ha tenido México, no se que tanto par aquel nos lo creamos o para que ella no lo olvide, y ni con todos sus títulos académicos y su feminismo, ha dado una sola propuesta de gobernabilidad que hay verdaderamente surgido de ella para mejorar esta nación.
No, no llegó una mujer, el “patriarcado opresor” nos demuestra cada día a través de nuestra Presidenta quién sigue a cargo, y no es ella, son los hombres que la hacen hablar como ellos, decidir lo que ellos deciden, y gobernar como ellos le manden.
Cuando más avances parecía haber en nuestro país en cuanto a la supuesta equidad de género, llega una mujer sumisa a recordarnos a todas que “sin un hombre que apadrine el camino no se puede”, o que si estamos en una posición de eminencia tenemos que seguir agradeciendo y agachándonos ante nuestros “padrinos mágicos”. Llega una mujer sumisa a portar la banda presidencial a enseñarnos cómo besar la mano de un jefe y como lambisconear a otro para poder hacer como que ejercemos el poder y luego hacernos creer que llegamos todas.
Y no, no llegamos todas, llegó la que se somete a las corrientadas de los patriarcas opresores, llegó la que se somete a las políticas públicas sin humanidad, llegó la que se somete a los ideales de destrucción de cuarta, a la que dice que todo está bien aunque no sepa ni qué es estar bien; porque a las que no nos sometemos, ni siquiera nos ha dado oído, como por ejemplo a las madres buscadora, a las mujeres del Poder Judicial, a las mujeres y niñas enfermas, a las que peleamos por la vida y la familia, a las que profesamos una fe diferente a las de chamanes y brujas que le hacen limpias para hacerse pasar por muy tradicional.
El patriarcado opresor lo hizo de nuevo en nuestra nación, sigue dominando aún a la que porta la banda presidencial, y será o muy ingenua o muy tonta quien no lo quiera ver.
Vamos México, eres el águila que devora serpientes.