Inicia un nuevo sexenio con Claudia Sheinbaum como Presidenta de México, y este será la consolidación de un sistema universal de salud para los mexicanos, en contraposición a la descentralización que planearon los regímenes panistas y priístas, y que nunca buscó la universalidad, mucho menos prevención.
El primero de septiembre la Dra. Claudia Sheinbaum subrayó la relevancia de la salud y la educación como derechos fundamentales de la sociedad. Enfatizó que no son privilegios ni mercancías. Este nuevo gobierno sabe que el principal legado que dejó la administración pasada es el objetivo de la gratuidad en los servicios, incluidos suministro de medicamentos, materiales de curación y exámenes clínicos. Y también sabe que se requiere mayor calidad, eficacia y prontitud en la atención.
De ahí que una de las primeras estrategias será la visita de médicos casa por casa, principalmente a los adultos mayores de México para detectar, prevenir y atender enfermedades. Este programa contribuirá a dar respuesta a las necesidades de atención de las personas adultas mayores y de quienes tienen alguna discapacidad, ya que no tendrán que ir a los centros hospitalarios, sino que la atención irá al lugar donde viven. Estará destinado a quienes están inscritos al Programa Pensión para el Bienestar, que superan los 65 años de edad y a quienes reciben la Pensión para Personas con Discapacidad, por lo que beneficiará a 13.6 millones de personas que viven en 12 millones de viviendas. Para su operación se contratará a más de 20 mil profesionales de la salud.
La prevención será el enfoque, por eso la Presidenta también colocó en la agenda la transformación de las primarias públicas en espacios para brindar en éstas servicios que abarcan desde la salud bucal y exámenes de la vista, hasta cuidar la salud mental de alumnas y alumnos, así como fomentar intensivamente la prevención de las adicciones. También se hizo el acuerdo de instaurar un programa extenso para reducir obesidad, hipertensión y diabetes en centros de trabajo y espacios públicos.
En cuanto a los compromisos de salud enfocados a las mujeres, la Presidenta mencionó un total de cuatro, siendo el principal un programa de cuidados para los primeros mil días de vida. Con éste, se dará acompañamiento a mujeres embarazadas para que puedan acudir a sus visitas prenatales, además de que se les brindarán suplementos gratuitos. A su vez, los recién nacidos serán sometidos a tamizajes para la prevención y detección de alteraciones de la vista, la audición y otros problemas de salud.
Otra política visionaria serán las nuevas Farmacias para el Bienestar, robusteciendo los programas sociales que buscan acercar la salud a personas en condiciones desfavorables o en marginación, las cuales se ubicarán a un costado de los bancos del Bienestar. También será fundamental la implementación de un sistema de muestras de laboratorio en la mayoría de los centros de salud, lo que facilitará el diagnóstico médico.
El objetivo principal continuará siendo reforzar el IMSS-Bienestar con mayor suministro de medicamentos, mejora en la infraestructura y un incremento de personal médico. El problema es que en Chihuahua, la Gobernadora se ha negado a aceptar el convenio con el Gobierno federal, y en su lugar ha optado por la estrategía mercadotécnica de “MediChihuahua”.
La doctora también informó que 16 unidades del IMSS-Bienestar, siete del IMSS y cuatro del ISSSTE, las cuales recibieron mantenimiento durante el Gobierno de López Obrador, serán inauguradas en los próximos meses. Además, seguirán las contrataciones de médicos y más inversión para nuevos equipos de salud y creación de hospitales.
Se avizoran nuevos tiempos para el sector salud donde las decisiones serán basadas en sustentos científicos y no en políticos ni intereses económicos, y se tendrán buenos resultados. Hay confianza en muchos sectores involucrados la salud, ojalá así sea y que haya éxito en este sexenio.