Hoy estaba pensando "Merecemos más", más aire limpio, más áreas naturales, más respeto por el territorio y el tejido social. Quisiera con nuestra lucha colectiva dejar a las futuras generaciones una herencia de derechos humanos, de dignidad y de rebeldía, aunque cada día vemos atropellos, abusos, destrucción, contaminación y muchas otras formas en la que los ricos y poderosos imponen la injusticia y la violencia.
Pensé en hablar de cómo se han aprobado fraccionamientos que destruyen los cerros de forma ilegal, de cómo se va perdiendo lo que hace bella nuestra ciudad y que encima estos espacios son los responsables de captar agua, el hogar de la flora y la fauna y los sitios donde se purifica el aire que respiramos. Pero me detuve a pensar. También hay otros fraccionamientos en otros territorios que reflejan violencia y abuso:
La guerra en el llamado "medio oriente" crece día con día, amenaza con convertirse en una guerra mundial. Los fraccionamientos que en la franja de Gaza y en Cisjordania anunciaron la invasión terrestre y los bombardeos de Palestina: Este es el reflejo de la humanidad, el abandono por parte de los ricos y poderosos del mundo a las infancias y poblaciones que sufren el yugo militar y teocrático del zionismo, el ilegítimo estado de "Israel".
Quisiera tener la fuerza para detener esa guerra y resarcir las vidas y los derechos de tantas niñas y niños atrapados en el exterminio israelí. Pero no puedo. Veo como el odio crece día con día. Quisiera igualmente que este tema no se convierta en un pretexto para el antisemitismo. Pero todos los factores y tendencias parecen indicar que la división y el enfrentamiento entre hermanos seguirá creciendo en todas partes del mundo ¿Qué puedo, qué podemos hacer entonces?
Cómo dice el poeta palestino Refaat Alareer: "Si debo de morir, tú debes de vivir para contar mi historia (...) si debo de morir, que esto sirva de inspiración, que esto se convierta en un cuento". Eso es lo que debemos de hacer, seguir contando, seguir alzando la voz, seguir con la esperanza, que las vidas que se pierdan sirvan para el amor y no para el odio. Por eso voy a hacer lo siguiente: Conta la historia de Samer.
Samer Makki es el padre de 3 hijos. El más pequeño sufre de una atrofia cerebral. Se encuentra atrapado en una zona de guerra en Gaza, Palestina. A pesar de sus esfuerzos no ha podido brindarle a su familia el tratamiento necesario, y en medio de la desesperación pide apoyo a través de la conocida y segura plataforma "Gofund.Me", para poder salir de Gaza y darle la salud que se merece a su familia.
¿Te sientes identificado con esta historia? Alguien que vivía feliz, que le echaba ganas a la vida, fue atrapado en una guerra y aquí sí puedes hacer algo para cambiar el mundo, aunque sea para una sola familia, aunque sea para un solo pequeñín de 2 años de edad que necesita un tratamiento pero se encuentra en medio del exterminio más brutal del siglo XXI. Yo sí me siento identificado y sí considero que podemos hacer algo, aunque sea el esfuerzo, aunque sea un donativo mínimo.
Te invito pues a que conozcas la historia de Samer y si es tu voluntad, apoyes con una pequeña donación. De antemano te agradezco muchísimo por mantener viva la esperanza de un mundo sin odio para las niñas y los niños de todos los países.