Septiembre, sin duda ha sido un mes de grandes cambios estructurales, políticos e institucionales en México. Hace un par de semanas, después de haber hecho lo propio la Cámara de Diputados, el Senado de la República aprobó la reforma al Poder Judicial, seguido de las Legislaturas Locales, que en un tiempo récord hicieron posible que el 15 de septiembre, MORENA y sus aliados, le regalaron al Presidente la cereza del pastel para publicar la reforma constitucional, que no es otra cosa que, el desmantelamiento de un sistema y eliminación de cualquier equilibrio entre el poder público.
Por si no fuera poco, la semana pasada, la Cámara de Diputados, aprobó otra de las reformas presentadas por el aún Presidente, concerniente a la Guardia Nacional que, en síntesis, pretende imponer un modelo totalmente militar, que dependerá de la SEDENA y que, en ese carácter, formará parte del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
¿No se supone que la izquierda está en contra de militarizar un país? Lamentable que las y los políticos ideólogos, aquellos con una trayectoria respetable en la lucha de los gobiernos de izquierda, no levantaran la voz, no se manifestaran, no exigieran y no se atrevieran a revelarse en contra de la unísona instrucción de su líder supremo.
Ya hicieron cenizas un Poder, ya militarizaron un país, ahora van por una última encomienda, la desaparición de organismos autónomos. Entre ellos el INAE, la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, el CONEVAL y la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
Faltan nueve días para que concluya su encomienda el Presidente, días cruciales para el país, donde la guerra del crimen organizado no cesa, pero afirma que su política de abrazos y no balazos funcionó. Se va sin resolver la verdad histórica que tanto les prometió a los padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos; sin mejorar las condiciones económicas del país; sin eliminar las brechas de desigualdad; sin voltear a ver el campo; sin mejorar el sistema de salud y de educación.
México resiste.