En unos días, los congresos locales en su carácter de Constituyente Permanente discutirán la reforma al poder judicial. Como tu representante y legisladora del Congreso Local de Chihuahua aquí te adelanto mis argumentos para votar A FAVOR de esta reforma con la que forjaremos un México más democrático:
1) México se ha transformado en un país donde la interpretación de un solo juez puede tener un peso comparable al de cientos de diputados y senadores trabajando en conjunto. Y es que el poder judicial ha utilizado el discurso de los “derechos humanos” no esencialmente para proteger al débil o excluido, sino a la elite. Alegando violaciones a derechos humanos, el poder económico ha conseguido ganar casos para disminuir su carga fiscal, conservar concesiones, impedir el progreso de obras públicas e incluso acallar debates públicos importantes. Un ejemplo nacional ocurrió con la suspensión de la reforma eléctrica; uno local fue la suspensión de la entrega de libros de texto en Chihuahua. Y lo más preocupante es que esto ocurre mientras sancionar a los jueces, incluso por interpretaciones jurídicas extremadamente irracionales, es prácticamente imposible.
2) Los miembros del poder judicial han mostrado resistencia a cumplir con el artículo 127, fracción II, de la Constitución, que estipula que ningún servidor público debe recibir una remuneración superior a la del presidente de la República. A través de interpretaciones jurídicas sin justificación ni razonabilidad, han vulnerado esta norma y se han situado repetidamente por encima de la Constitución en este aspecto.
3) De los tres poderes, el judicial es el que enfrenta los mayores problemas de nepotismo, como lo demostró hace algunos años el estudio de Felipe Borrego, exconsejero de la judicatura federal. Según ese análisis, en circuitos judiciales como el de Jalisco, casi el 80% de sus miembros tenían relaciones de parentesco. En el poder judicial, se habla de la “carrera judicial” de sus integrantes; pero en la mayoría de los casos ha resultado ser pura ensoñación.
4) El poder judicial y cierto sector académico han alimentado el mito de considerar al derecho como un conocimiento neutral y totalmente técnico, sin reconocer los elementos contextuales, políticos e ideológicos que lo alimentan y le dan significado. El derecho ha sido visto por el poder judicial como una variable tecnocrática distante de los ciudadanos, de sus intereses y necesidades: lo jurídico solo ha estado en dominio de los juristas y jueces, pero no de la sociedad y sus mayorías. Por eso, la reforma busca darle legitimidad ciudadana al poder judicial.
5) El artículo 39 de nuestra Constitución señala que la soberanía reside esencial y originalmente en el pueblo, que todo poder público dimana del pueblo y se instituye en beneficio de éste, y que en todo momento el pueblo tiene el derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno; el precepto nos confirma, entre otras cosas, que el derecho y las instituciones tienen o deben tener origen en el pueblo, y que sus fines son los de mirar por el beneficio del pueblo. En la práctica, la actual composición de la Corte refleja los intereses de los presidentes anteriores y de los partidos PRI y PAN, que tenían la mayoría calificada en el Senado para nombrar a los ministros antes de 2018, de manera similar a como antes de 1994 los nombramientos dependían exclusivamente del presidente y del PRI. Muchos de los ministros actuales fueron designados gracias a figuras como Felipe Calderón, Margarita Zavala, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Humberto Castillejos y Enrique Peña Nieto, entre otros. ¿Dónde está la independencia? ¿Dónde está la imparcialidad?
Hace tres meses la gente salió a votar por un Plan C. El pueblo mandó un mensaje. El pueblo votó por un poder judicial con legitimación social. Basta de querer ganar con la falsa máscara de la independencia. Requerimos un poder judicial sensible y que rinda cuentas; no uno defensor de élites, de la comentocracia y de la oligarquía. Por una justicia que no sea un privilegio, sino un derecho; por una justicia igualitaria; por una justicia democrática: votaré a favor de la reforma judicial.
Por: Jael Argüelles.