Los Juegos Olímpicos de París 2024 han expuesto una dura realidad para México. A pesar de que la competencia aún no ha terminado, los resultados hasta ahora reflejan la falta de apoyo y una gestión deficiente en el ámbito deportivo. Las críticas hacia Ana Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), se han intensificado, revelando no solo una defensa basada en argumentos débiles, sino también una notable desconexión en el manejo del deporte nacional.
El medallero mexicano en estos juegos ha sido decepcionante, con apenas tres medallas hasta ahora, y una de ellas en una disciplina con grandes expectativas. Ana Guevara ha señalado que México "lleva menos cuatro medallas" en comparación con lo esperado. Sin embargo, esta afirmación ha sido descalificada por la presidenta del Comité Olímpico Mexicano, María José Alcalá, quien respondió con contundencia: "No puedes perder lo que no construiste."
Este comentario de Alcalá destaca una verdad fundamental: el papel de un servidor público, como lo es Guevara, es mejorar lo que recibe o, al menos, mantener el trabajo hecho anteriormente. Echar la culpa a los demás no soluciona nada ni contribuye a una gestión efectiva. Las palabras de Alcalá resuenan con razón, dado que la responsabilidad recae sobre quien lidera la Conade.
Guevara ha atribuido la falta de medallas a los atletas, insinuando que han "dejado ir" oportunidades. Pero este enfoque no solo es poco constructivo, sino que parece una táctica para evitar reconocer que la Conade ha sido criticada por recortes presupuestarios y una gestión deficiente del apoyo a los atletas. Los recortes en becas y el escaso respaldo a los deportistas, como el equipo de natación artística que financió su participación en competencias internacionales por su cuenta, evidencian un fallo en el sistema de apoyo.
La narrativa defensiva de Guevara y su crítica a los atletas reflejan una gestión desarticulada que, en lugar de construir un sistema sólido de apoyo y desarrollo, ha optado por una estrategia de confrontación y negación. Los recortes presupuestarios del 45% durante la administración actual han impactado negativamente en el rendimiento y la moral de los atletas.
El llamado es claro: el apoyo a los atletas debe mejorar. Más allá de las medallas, el verdadero problema radica en una administración que ha fallado en crear un entorno propicio para el éxito. La crítica de Guevara a la falta de medallas es un reflejo de su incapacidad para gestionar de manera efectiva el deporte en México, y su actitud defensiva solo subraya la falta de liderazgo y visión en la Conade.
Es crucial entender que la inversión en deporte es fundamental para la construcción de políticas públicas eficientes. El deporte no debe considerarse un gasto, sino una inversión estratégica en el desarrollo y éxito de los atletas.
México requiere una transformación radical en la gestión deportiva. Con una población cercana a los 130 millones de habitantes, el país tiene el potencial para competir en las disciplinas olímpicas y desarrollar programas que beneficien tanto a nuestros atletas como a la sociedad en general. El deporte nunca será un gasto, sino una inversión.