El día de ayer la ciudadanía se dio cita a las afueras del INE, para manifestar su inconformidad ante una posible asignación desproporcional de cargos de representación proporcional, logrando de esta manera que Morena y sus partidos satélites tengan el 75% del total de la Cámara de Diputados.
El presidente López Obrador, así como la secretaria de gobernación Luisa María Alcalde, han fijado una postura jurídica y mediática que platea básicamente una interpretación a modo del artículo 54 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Este señala dos supuestos para limitar la sobrerrepresentación, el primero, que ningún partido político tendrá más de 300 diputaciones por ambos principios, el segundo es que no podrá contar con una proporción de la Cámara mayor a los 8 puntos porcentuales respecto a la votación válida emitida.
La proyección de la Secretaría de Gobernación estima que MORENA cuente con 248 diputaciones (161 de MR y 87 de RP), equivalente al 49.6% del total de la Cámara, no obstante, obtuvo una votación válida del 43.54%, es decir, está sobrerrepresentada en 6 puntos. El PT con 50 diputaciones (38 de MR y 12 de RP), con una votación de 5.83%, una sobrerrepresentada en 4 puntos. El Partido Verde tendría 75 curules (57 de MR y 18 de RP), cuando solo obtuvo el 8.95% de la votación, una sobrerrepresentación igual de 6 puntos.
La sobrerrepresentación se presenta cuando una fuerza política tiene más curules que el porcentaje de votos obtenidos en la jornada electoral. Para ello, la postura del INE, ha sido que la asignación de diputaciones plurinominales se hará conforme a la Constitución, la misma línea argumentativa del Presidente de México, que a todas luces pretende beneficiar, reitero, a Morena y sus aliados.
Que lamentable que, ante una democracia débil, las instituciones que solían ser cimientos de protección al estado de derecho hoy agachen la cabeza ante el oficialismo. Desde luego que, esta sumisión de poder es resultado de saber que si no haces lo que ordena el tlatoani el organismo seguro desaparece.
El sistema electoral está diseñado para generar pesos y contra pesos, para darle confianza a la ciudadanía, para limitar el poder político, para el sano equilibrio de las decisiones de la política pública, para generar confianza en el mercado y proliferen las inversiones nacionales e internacionales.
Todo lo anterior, se verá frustrado, se convertirá en un poder público de simulación, que aceptará cualquier reforma para congraciarse con la presidenta, que no cuestionará si le hace bien o mal al país, la oposición prácticamente desdibujada con un poder solo de voz en la tribuna, más no de definición en la toma de decisiones.
¡Esta sumisión y control de poder no le hace bien a México!
Jahzziel Aguirre