Vienen las olimpiadas, estamos listos para impresionarnos con lo que pueden hacer los cuerpos más trabajados del mundo, los más rápidos, los más fuertes, los más altos, se romperán records, recordaremos a los super humanos que han cambiado el deporte y con ello la historia, los olímpicos de este año nos harán soñar, sufrir, disfrutar, nos motivarán sus historias, hará que abramos conversaciones, sentaremos a nuestros hijos, y más a los que hacen deporte, a ver las competencias, les inyectaremos ilusiones y metas al ver a los atletas coronados mientras tocan sus himnos nacionales….
Las olimpiadas se tratan de la capacidad del cuerpo y la mente humana, del poder de dominio propio, de la fuerza de voluntad, la disciplina y el esfuerzo.
Actualmente la generación de cristal también ha tocado a los atletas, dicen estar en forma pero sus mentes no se ejercitan a la par de sus cuerpos, han sido absorbidos por los likes de las redes sociales y los comentarios de quienes ni siquiera practican un deporte y al parecer, la psicología del deporte no esta resolviendo la publicidad y el alcance social de los atletas en el mundo virtual, hablan de que les ponen cargas muy duras, de que tienen los ojos del mundo sobre ellos y que eso los altera, que deberíamos de dejar de presionarlos…bueno, pues eso es lo que viene con el territorio, no puedes querer beneficios de anónimo cuando tu mismo te haces público, les gusta recibir el aplauso, el trofeo, el reconocimiento, los apodos de grandeza y la admiración cuando ganan, los premios y patrocinios, pero quieren justificar sus derrotas con el peso que les ponemos los que los seguimos en su carrera deportiva, cuando el titulo de “Mejor” implica no solo el potencial de su cuerpo, sino, y más importante, el potencial de su mente, y eso es aprender a dominar la presión, porque ¿qué es un atleta sin poder dominar la presión?, ¿qué es un atleta sin dominar su mente?
En Tokio el tema fue la “salud mental”, el Covid nos mostró lo frágiles que son nuestras mentes, la poca capacidad de enfrentar la vida cuando las cosas se salen de lo normal, ver atletas declinando, deprimidos, asustados, desenfocados, nos debió enseñar que estamos muy necesitados de verdaderos objetivos en la vida, de un verdadero sentido de pertenencia, y de un verdadero entrenamiento mental y espiritual, porque subir de nivel , implica subir de presión, y esa es la parte que nuestras nuevas generaciones no están aprendiendo a enfrentar, y que tenemos que atender urgentemente.
Los juegos olímpicos se tratan de mostrarle a la humanidad que puede con todo cuando se entrena, cuando se disciplina, cuando se enfoca, y eso es lo que esperamos ver en París 2024.
Si, que ganan los más fuertes, los más rápidos, los más altos, como decían los griegos, pero sobre todo que ganen los que logren dominar sus mentes.
A los atletas mexicanos que participan, les deseamos éxito, y como siempre deseamos poderlos ver en el pódium y que hagan sonar nuestro glorioso himno nacional para el mundo.
A todos los atletas olímpicos, recuerden que no solo se trata de ser el mejor en su disciplina, sino enseñarle al mundo que el ser humano puede ser mejor. Están diseñados y entrenados para eso, vayan y demuéstrenlo.
Vamos México, eres el águila que devora serpientes.