Leonora Carrington (Inglaterra, 1917- México, 2011) no sólo se ocupó de hablar sobre la destrucción del medio ambiente y de la mujer como protagonista en todas las expresiones artísticas y políticas, también incursionó en diversas de técnicas como el bordado y el papel picado, piezas que por primera vez se muestran en la exposición La Acústica de Leonora Carrington. Arte, escritura y feminismos.
Dicha exhibición que estará hasta el 22 de noviembre en la Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ubicada en Medellín 28, Roma Norte, Ciudad de México, de 10:00 a 18:00 horas, reúne cerca de 90 obras, entre éstas una decena de inéditas.
“Nos interesa explorar las influencias del pensamiento de Leonora Carrington en términos artísticos como políticos, qué personajes establecieron algún tipo de conexión con ella en distintos periodos de su vida en México para pensar temas como el feminismo, la ecología y para transitar por distintos formatos que atraviesan a su obra más allá de la pintura que es el elemento más conocido de su trabajo”, indica David Sánchez Kidwell, director académico y cultural de la UAM.
La exposición también se enmarca en el 50 aniversario de la Universidad y, por tanto, con una intención de mostrar parte de su acervo artístico sobre esta pintora nacionalizada mexicana.
“Buscamos recuperarla desde la mirada contemporánea, es decir, por qué las nuevas generaciones y los nuevos públicos de arte contemporáneo siguen apelando a la figura de Leonora Carrington para indagar sobre temas como el feminismo y medio ambiente”, detalla el académico.
En ese sentido, la UAM recupera textos donde la artista, desde los años 60 y 70 del siglo pasado, establece preocupaciones por el estado de la Tierra, la devastación y hace llamados a corregir prácticas extractivistas.
¿En los inéditos existe una continuidad de su estética?
Sí, vemos una continuidad en el tipo de figuras que están en la obra pictórica y escultórica, se replican en estos otros formatos (bordado y papel picado), pero en menores dimensiones con algunos otros guiños a figuras (tradicionales) y recuperando técnicas de las que ella se hace estando en México.
¿En qué soportes hizo los bordados?
Son telas, hay algunos que incluso todavía tienen la aguja colocada en el instante en que Carrington dejó el proceso de producción. Ella trabajó con distintos colores, la paleta es amplia, y también las figuras son alusiones a animales o seres antropomórficos que caracterizan su obra, pero hay algunos que intentan ser bordados más tradicionales, pensemos en el bordado mexicano y algunas figuras que vemos en manteles y servilletas.
Sánchez Kidwell especifica que les interesa mostrar los bordados inacabados para decirle a los visitantes que los productos artísticos pasan por distintos procesos.
“En las galerías de arte y en las exposiciones solemos ver la obra terminada y pocas veces observamos los procesos que las configuran. Hay bordados que están en el 50 por ciento del proceso y otros apenas son un bosquejo con un 10 por ciento”, indica.
Sobre el papel picado, ¿es el que estamos acostumbrados a ver?
Sí, pero con otras figuras, hay alusión a un tipo de guajolote, de perro, es decir, es un animal no bien definido. Otros son sus personajes que vemos en esculturas, combina elementos de su propia historia y de su obra. Hay algunos muy detallados que incluso abrirlos es una complicación porque están frágiles y es un ejercicio experimental que ella planteó.
La exposición se divide en tres núcleos, en el primero se reúne esculturas de pequeño formato, en el siguiente hay escultura de mediano formato como La Elefanta y postales, cartas y libros que aluden a su cercanía con movimientos artísticos y políticos. En el tercer eje hay esculturas de gran formato, papel picado y bordados.
Sobre la figura de la mujer, Sánchez Kidwell menciona que Carrington siempre se desmarcó de ser la sombra de algún hombre, por ejemplo, de Marx Ernst.
“Ella se desmarcó de la idea de la musa, la mujer que inspira a los varones que están trabajando en la avanzada del arte, en las vanguardias artísticas. Leonora siempre trabajó su propia obra y siguió su camino”, comenta.
No podemos decir que Carrington fue un activista en estricto sentido porque no había un activismo feminista, pero sí un involucramiento desde el arte sobre la importancia de la mujer, señalando que no había un lugar específico en el mundo para ellas, al ser miradas como una especie de agregado de otros artistas o de otros movimientos, añade el académico.
La exhibición muestra la comunicación epistolar que sostuvo la artista, en sus viajes a Nueva York, con mujeres feministas de la época y algunas ilustraciones que hizo para determinados movimientos políticos pensados para la mujer.
“Además, verán cartas, postales e intercambios escritos con Octavio Paz, Elena Poniatowska, Alan Glass y Wifredo Lam”, destaca.
Con información de Crónica.