Plomo causa estragos en los niños de México

México enfrenta una grave crisis de intoxicación por plomo, afectando de manera alarmante a su población infantil. Los niños mexicanos presentan niveles de plomo en la sangre que son aproximadamente el doble del nivel medio geométrico de los niños en Estados Unidos. Un menor de edad que ha crecido en México tiene ocho veces más probabilidades de tener niveles de plomo en sangre superiores a 5,0 ?g/dl, el límite considerado alto, en comparación con un niño estadounidense. Esta situación es especialmente preocupante, ya que el plomo inhibe el desarrollo de la inteligencia y los niños absorben hasta cinco veces más plomo que los adultos, con los menores con deficiencias alimentarias absorbiendo este metal de manera aún más rápida.

El Centro de Cultura y Educación Ambiental (Casa Cem) ha realizado un informe sobre esta crisis, adelantado por EL PAÍS, titulado «Toxicidad mexicana. La cadena de suministros de los compuestos de plomo para las industrias de alfarería, plásticos y pinturas». Este documento revela que la alfarería, la pintura y los plásticos son las principales fuentes de plomo en México. Los platos, vasos y tazas producidos en el país contienen plomo, y miles de hogares adquieren objetos artesanales con plomo cada año, exponiéndose al ingerir alimentos y bebidas preparados en estos recipientes. Además, la pintura puede liberar plomo como polvo al astillarse o descarapelarse, y los juguetes infantiles, especialmente aquellos de PVC, pueden contener plomo en su producción o en los pigmentos y pinturas utilizados, representando un peligro constante para los niños. La información fue publicada por la agencia El País.

Los esfuerzos de las autoridades mexicanas para regular y controlar este problema han sido insuficientes. México no cuenta con un registro nacional de sustancias químicas industriales, y aunque existe un catálogo de 5,852 sustancias identificadas en el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes, este inventario no implica un análisis de riesgo ni una autorización de uso. Las sustancias químicas en México pueden usarse libremente porque ninguna secretaría federal tiene atribuciones para regular su uso. La normatividad que regula el contenido de plomo en plásticos, pinturas y alfarería en México es deficiente, y el cumplimiento de esta normatividad no está siendo controlado ni vigilado por la autoridad responsable.

El informe de Casa Cem entrevistó a 48 productores de alfarería tradicional en varios estados de México, revelando que solo el 14% de los talleres participan del programa Barro Aprobado, que promueve el uso de esmaltes sin plomo. La mayoría de los alfareros no tienen recursos para mejorar sus hornos e instalaciones, y compran el óxido de plomo a través de tiendas minoristas y proveedores informales, muchos de los cuales operan sin una ubicación fija. Esta industria mueve unos 2,000 millones de pesos al año, pero el daño no se queda en el ciclo de producción, afectando también a las familias y vecinos de los productores que usan hornos de leña ubicados en patios compartidos con sus viviendas.

La crisis de intoxicación por plomo en México requiere una acción urgente y coordinada. Las políticas públicas deben fortalecerse para controlar el uso del plomo, y los programas de salud pública deben enfocarse en reducir la exposición al plomo. La educación y concienciación sobre los riesgos del plomo son cruciales, y las campañas de concienciación pueden ayudar a reducir el uso de productos con plomo. La cooperación internacional podría ser fundamental para ayudar a México a reducir la exposición al plomo, y las investigaciones deben continuar para encontrar alternativas al uso de este metal en productos.

La contaminación por plomo es un problema de salud pública que afecta de manera desproporcionada a las comunidades rurales y a los niños, el grupo más vulnerable. Las pruebas de plomo en sangre pueden ayudar a identificar y tratar la exposición, y la monitorización de los niveles de plomo en comunidades es esencial para la salud pública. Los esfuerzos de mitigación deben ser integrales y abarcar varias industrias, con la colaboración entre el gobierno, las ONGs y el sector privado siendo vital para enfrentar esta crisis. Las comunidades afectadas deben recibir apoyo para transitar hacia alternativas sin plomo, y las industrias deben ser responsables en la reducción del uso de plomo en sus productos.

Con información de Massinformación.