La situación de la democracia en el mundo fue uno de los temas a los que el papa Francisco hizo referencia durante un acto que encabezó en la ciudad de Trieste, en el norte de Italia. "Es evidente que la democracia no goza de buena salud en el mundo actual", dijo el domingo 7 de julio, y agregó que le preocupan los bajos porcentajes de votantes en distintas elecciones. También manifestó su inquietud por las "tentaciones ideológicas y populistas".
Al participar de la 50.º Semana Social de los Católicos en Italia, que reunió a unas 8.500 personas en el Centro de Convenciones de Trieste, el pontífice aseguró que "la propia palabra 'democracia' no coincide simplemente con el voto del pueblo, sino que exige que se creen las condiciones para que todos puedan expresarse y participar". "La crisis de la democracia es transversal a las distintas realidades y naciones", continuó.
En ese sentido, se refirió a la "indiferencia" que generan las elecciones, lo que se manifiesta en la baja participación ciudadana, y la definió como "el cáncer de la democracia", a la vez que aseguró que la crisis que atraviesa el sistema democrático es como "un corazón herido". Por eso, manifestó que "la participación no se improvisa", sino que debe ser "adiestrada".
"Esto nos interesa y nos preocupa porque está en juego el bien del hombre y nada de lo que es humano nos puede ser extraño", expresó.
Contra la "cultura del descarte"
En otro tramo del discurso que brindó en Trieste, Francisco habló sobre la marginalidad y sostuvo que cada vez que una persona es dejada de lado "todo el cuerpo social sufre", por lo que llamó a ponerle "atención a la gente que queda afuera o al margen de los procesos".
"La cultura del descarte dibuja una ciudad donde no hay lugar para los pobres, los no nacidos, los frágiles, los enfermos, los niños, las mujeres, los jóvenes", enumeró.
"Esta es la cultura del descarte. El poder se hace autorreferencial. Esta es una enfermedad incapaz de escuchar y dar servicio a las personas", dijo y agregó: "Todos deben sentirse parte de un proyecto de comunidad: nadie debe sentirse inútil".
Respecto de las ideologías, sostuvo que son "seductoras", aunque "algunos las comparan con el flautista de Hamelin". "Son seductoras, pero te llevan a negarte a ti mismo", expresó.
Otra de las críticas que ensayó el papa fue dirigida al "asistencialismo", al que definió como "enemigo de la democracia", y aseguró que aquellas "formas que no reconocen la dignidad de las personas son hipocresía social". Por último, sostuvo que "detrás de tomar distancias con la realidad social está la indiferencia, que es un cáncer de la democracia, un no participar".
Con información de actualidad.rt.com