De acuerdo con el "Panorama Epidemiológico del Dengue" que recopiló la Secretaría de Salud, se confirmaron 18 mil 631 casos en lo que va de 2023-2024; en la última semana de junio se contabilizaron 9 mil 619 contagios y 26 defunciones; 56% de los contagios se concentraron en Guerrero, Tabasco, Veracruz, Michoacán y Chiapas.
Los grupos de edad entre los 10 y 14 años son los que más se infectaron de dengue, además 54% corresponde a mujeres y 46% a hombres. El rubro con signos de alarma y dengue grave representó 53% al género femenino y 47% al masculino.
Asimismo, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica explicó que los primeros meses de 2024 documentaron un incremento de 260% en comparación al mismo periodo de 2023 que representó 448%, más con respecto al promedio de los últimos cinco años.
Durante los últimos años se presentó un incremento de infecciones, en 2009 se confirmaron 55 mil 961 transmisiones, con una incidencia de 51 casos por 100 mil habitantes. Durante 2012 y 2013 documentaron 52 mil casos y para 2019 detectaron 43 mil contagios.
El dengue es una infección vírica que se transmite de los mosquitos a las personas, por la picadura de insectos hembra denominado Aedes aegypti. Existen otras especies del género Aedes que también pueden ser transmisoras.
En 2023 en Europa se observó un aumento de la transmisión local del dengue vía el Aedes albopictus, conocido como mosquito tigre.
Cuando dicha especie ataca a una persona infectada, el virus se replica en el intestino del mosquito antes de diseminarse a tejidos secundarios, como las glándulas salivales.
Un dato importante es que la mayoría de las personas que contraen dengue no presentan síntomas; cuando aparecen, suelen ser fiebre alta, dolor de cabeza, náuseas y erupciones en la piel. En algunos casos se requiere atención hospitalaria, por lo que puede ser mortal.
El riesgo de contraer dengue se puede reducir protegiéndose de las picaduras y los medicamentos son útiles para aliviar el dolor.
Los síntomas del dengue grave son dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias en las encías o la nariz, cansancio, agitación, heces con sangre, sed intensa, piel pálida y debilidad general.
En las últimas décadas, aumentó la incidencia del dengue en el mundo: los casos notificados a la Organización Mundial de la Salud (OMS), pasaron de 505 mil 430 en el año 2000 a 5. 2 millones en 2019.
Cabe destacar que el mayor número de transmisiones se registró en 2023, al afectar a más de 80 países de todas las regiones. La infección persistente, combinada con un pico inesperado de casos, resultó en la notificación de un máximo histórico de más de 6.5 millones y más de 7 mil 300 muertes relacionadas con esta enfermedad.
La urbanización está asociada a la transmisión del dengue en factores sociales y ambientales, como densidad de población, movilidad humana, acceso a fuentes de agua fiables y almacenamiento de agua.
Los riesgos comunitarios frente a dicha enfermedad también dependen de conocimientos, actitudes y prácticas de la población con respecto al dengue; la exposición se relaciona con el almacenamiento de agua, el mantenimiento de plantas y la autoprotección frente a las picaduras de mosquitos.
Los factores pueden adaptarse a nuevos entornos y climas, ya que esto sucede por la interacción entre el virus del dengue, el huésped y el medio ambiente, que es dinámica.
Por lo tanto, los riesgos pueden cambiar y extenderse geográficamente por el cambio climático y la creciente urbanización.
La Organización Mundial de la Salud recalcó que apoya a los países que confirmen los brotes; también proporciona apoyo técnico y orientación con el objetivo de frenar su expansión.
Con información de Informador.mx