En todo México, la gente alza la voz por su barrio, su tierra, sus bosques, lagos, montañas, playas, cerros y desiertos. Debido a los estragos del extractivismo económico disfrazado de "progreso," los derechos humanos fundamentales, entre ellos el derecho a un medio ambiente sano y el derecho al agua, se ven cuestionados por un modelo económico caduco que privatiza las ganancias pero le pasa la factura a la humanidad entera.
La crisis climática, la pérdida de la biodiversidad, el colapso de los ecosistemas forestales y de la producción campesina, familiar y comunitaria, son las voces de alarma de un peligro mayor que amenaza con cimbrar la forma de vida de la población. La amenaza a la salud y a los ciclos naturales es latente, y esto es bien sabido tanto por comunidades científicas como indígenas. Existe un consenso: es el momento de hacer algo.
Por esta razón, diversas personas y organizaciones de varios estados del país, entre ellos Jalisco, Ciudad de México, Chihuahua, Michoacán, Veracruz y otros, decidieron ir un paso más allá y conformarse como una unión de voluntades para enfrentar los retos y desafíos de la realidad que vivimos, ofreciendo un referente y una alternativa apartidista.
La Asamblea Nacional Comunitaria no busca agotarse en las quejas y denuncias, sino que trabaja para encontrar soluciones y propuestas. Además de las reuniones mensuales entre las organizaciones, se están programando talleres tanto para la salud familiar como para la defensa de los derechos humanos, y se publican comunicados de solidaridad con los distintos pueblos y comunidades que luchan por justicia y respeto, como el caso de Totalco, Veracruz.
Es así que organizaciones como Salvemos los Cerros de Chihuahua, Biodiversidad del Río Blanco, Por Amor a los Bosques de Jalisco, Reforestemos, Movimiento en Defensa de la Loma de Santa María de Morelia, Michoacán, y personas a título individual están trabajando a favor de una unión que permita fortalecernos y cuidar del agua, la vida y los derechos de la gente ante las distintas amenazas que enfrentamos. Estas amenazas seguramente se agudizarán conforme las crisis múltiples ocasionadas por el extractivismo y la explotación capitalista de la tierra y de la gente avancen.