La campaña electoral rumbo al 2024 comenzó desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Los Servidores de la Nación recorrieron sin pausas cada rincón de nuestro país de forma permanente, con el supuesto objetivo de brindar a la población más vulnerable apoyos que, por derecho, merecen. A todas luces esto no tenía un fin social, sino electoral; lo hicieron bien, les funcionó, lograron establecer cercanía y generaron lazos de lealtad, pero en los últimos meses sembraron miedo.
NO ganó MORENA. Ganó el miedo a perder los apoyos sociales, estos apoyos tan cuestionados, llenos de irregularidades en su distribución y tiempos de entrega.
En la escena pública, no solo fueron 90 o 35 días de campaña, los mexicanos estuvimos inmersos en el relevo presidencial hace más de un año. MORENA, violentando la Ley Electoral, inició con la promoción de sus “corcholatas” desde principios del 2023, lo que nos llevó a vivir un proceso de sucesión adelantada. La hoy Presidenta Electa de México se posicionó como la ungida de AMLO con su lema “Es Claudia” e invadió el país con espectaculares, lonas y todo tipo de publicidad con su imagen acompañada de AMLO.
Recuerdo muchos procesos electorales, mi primera participación en una campaña política fue en 1997 y nunca observe en ninguno de los siguientes procesos electorales federales una intromisión tan activa de un Presidente de la República. Vivimos de nuevo una elección de Estado, con una cabeza del Gobierno Federal que metió las manos y el cuerpo completo en la elección.
Con recursos públicos cada mañana AMLO hizo campaña por su candidata, denostó e insulto a sus opositores, jamás asumió algún costo por el mal gobierno que encabeza, se dedicó a repartir culpas y a sembrar la división y el odio entre mexicanos.
Sigo afirmando que NO ganó MORENA, porque sé que los mexicanos estamos consientes de lo mal que gobiernan, de su hipócrita discurso de austeridad, de su opacidad en la administración de los recursos públicos, de la falta de medicamentos, del pacto con el crimen organizado, de los miles de desaparecidos, de las miles de muertes sin precedentes, de la eliminación de programas en favor de los emprendedores y de las mujeres; pero en contra sentido, la oposición no logro convencer. Todos los partidos le fallamos a la ciudadanía, que lo único seguro que siente es el apoyo que les llega, ese dinero, que da la seguridad de que el Gobierno te da algo, aunque te lo quite todo.
MORENA lucró con la necesidad de los que menos tienen, lucró con el hambre y la pobreza. Hoy no se pueden decir ganadores porque, repito, ganó el miedo, ganó la apatía, ganó el “todos son iguales, pero por lo menos estos nos dan dinero”.
La gran pregunta sigue en el aire: por cuánto tiempo se podrán dar estos apoyos sin una política económica que nos permita crecer, sin que se amplié la base tributaria, sin endeudar más a nuestro país.
El 2 de junio volvimos al pasado. Se repite la historia en donde un partido y aliados tiene el control total del poder legislativo, lo que pone en riesgo la construcción democrática de nuestro país, la división real de Poderes, la supervivencia de los órganos autónomos y un largo etcétera.
Pero, a pesar de la derrota electoral del Frente en gran parte del país, en Chihuahua seguimos en pie de lucha, parafraseando al fundador del Partido Acción Nacional Manuel Gómez Morín: seguimos continuando en esta brega de eternidad, tenemos un gran compromiso con las y los chihuahuenses que nos brindaron su confianza en las principales ciudades del estado y que confían en el buen gobierno de Maru Campos.
Yo, desde mi humilde trinchera, trabajaré a lado de Marco Bonilla para seguir poniendo a la persona en el centro, para enaltecer la figura de la familia como la célula principal de la sociedad y generar políticas publicas que mejoren la calidad de vida de todas y todos, entregando buenos resultados a las y los chihuahuenses.
Los triunfos se construyen, no se decretan. Los ánimos triunfalistas de algunos son anticipados, ya que dos proyectos de gobernanza estarán ante el escrutinio de los chihuahuenses. Ojalá quienes hablan muy bonito en las redes sociales, ahora sí trabajen por Chihuahua, porque aquí estamos muchos que amamos a nuestro estado y que no permitiremos que crezca la sumisión ante los apoyos sociales, ni que se pisotee la dignidad de los chihuahuenses.
Isela Martínez Díaz