José Saramago, (1922-2010) premio Nobel de literatura, fue un gran escritor y novelista portugués que logró imprimir su estilo único, icónico por el uso masivo de "comas", en un gran número de obras que actualmente pueden ser consideradas como "clásicos" de la literatura moderna: El Hombre duplicado (2002), sobre un sujeto que descubre la existencia de otro hombre idéntico a él, las intermitencias de la muerte, sobre una insólita huelga por parte de la "flaca", La barca de piedra (1986), sobre el desprendimiento de la peninsula ibérica del resto de Europa, en donde resalto la escena en la que se forma un "frente de salvación nacional" y todas las personas ocupan los hoteles para convertirlos en casas colectivas, entre otras.
Para nadie que conozca a este autor es un secreto el hecho de que su tendencia política e ideológica siempre estuvo a la izquierda. De hecho, él mismo confesó en México su gran simpatía al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, organización indígena de ultra-izquierda. Y es imposible soslayar la gran polémica ocasionada por su libros "Caín" y "El Evangelio según Jesucristo", condenado por sectores conservadores de la sociedad y de la iglesia al retratar de forma humana a Jesús, como alguien con errores y debilidades.
Sin embargo, en esta ocasión quiero hablar de dos libros en específico: "Ensayo sobre la ceguera" y "Ensayo sobre la Lucidez". Advierto que esto tiene "spoilers", es decir, si no has leído estos libros te recomiendo mejor leerlos primero antes de seguir adelante con esta lectura, ya que vale mucho la pena "consumir" estos productos culturales, sobre todo con el objetivo de formar criterios propios e independientes como ciudadanos.
Ambos libros son impactantes y forman parte de una no muy conocida saga. En el primero, conocemos un magnífico relato con toda la crudeza de la realidad acerca de una ficción en la que todos los habitantes de un país empiezan a perder la vista al mismo tiempo: Todo se vuelve caos, violencia, suciedad. Solo una persona, que con la fuerza de la empatía y el amor, puede conservar la vista, deberá guiar a toda la sociedad a aprender estos valores, lo cuál logran después de atravesar todo tipo de dificultades y obstáculos.
En la segunda parte, este mismo país presencia un fenómeno tal vez aún más fantástico: En plena jornada electoral y de la noche a la mañana, el voto en blanco supera significativamente los votos de todos los demás partidos juntos. Atónitos, los políticos deciden repetir el ejercicio de votación pues "tal vez se trata de un error" pero no, en la segunda vuelta el voto en blanco arrasa aún con más fuerza, por lo que los poderes políticos y económicos deciden preparar su contraofensiva violenta, en la cual incluso es asesinada la mujer protagonista del primer libro pues "tal vez ella tuvo la culpa".
Gracias a un voto en blanco masivo, la sociedad entera fue trastocada. La gente pudo expresar claramente su sentir con respecto a la clase política, parafraseando la revuelta argentina del 2001: Que se vayan todos. El hartazgo, la decepción, el coraje en contra de la clase política que subsiste como un parásito no sirvió para llevar a falsos mesías al poder, como en el triste caso de la Argentina de Milei (El triste vendedor de humo que será recordado por clonar a sus perros) sino para alzar la voz con contundencia y en contra de todos los responsables y cómplices de la precaria situación en la que vive el pueblo.
Considero que pudiéramos hacer algo así en México: Decirle a todos los partidos que ya nos cansamos de tantas mentiras, que por algo en las calles se escucha desde hace décadas que "todos son iguales", y así dejar de contribuir al enriquecimiento ilícito de las cúpulas, que dicen ser de izquierda o de derecha, que dicen ser conservadores o liberales, pero que en el fondo no son más que una sarta de bandidos y corruptos.
Está bien si ya te decidiste por algún partido o candidata o candidato, es tu derecho como ciudadano y nadie te lo puede quitar. Pero si tú, como yo, crees que ninguna opción electoral representa el cuidado de la naturaleza, el respeto por los derechos humanos y libertades básicas, la protección de las familias, de la clase trabajadora, de las mujeres, si crees que todas las opciones electorales representan los mismos intereses políticos y económicos de la cúpula que gobierna el país, entonces tienes otra opción: Anular el voto.
Puedes acudir este 2 de junio a tu casilla y tachar todas las opciones, escribir "Salvemos los Cerros de Chihuahua" en la boleta electoral y así decirle a todos los políticos, como en la novela de Saramago, que no los queremos y que vamos a luchar, no nomás un día cada seis años, sino en cada momento y en cada lugar, por cuidar la vida que nos merecemos, por defender nuestros derechos y por romper con las mentiras y los engaños de una clase política que ya no tiene absolutamente nada que ofrecer.