Dentro de los muchos descalificativos e insultos que el presidente AMLO vierte en sus mañaneras, existe una terminología que es empleada especialmente para referirse a sus contrincantes -que confunde con enemigos- y que le ha copiado la candidata presidencial de Morena y los seguidores de este partido.
Esta terminología es "PRIAN". Utilizan frases como "Los del PRIAN" o "La candidata del PRIAN", o “la mafia del poder” con un tono que denota desprecio, como si estuvieran menospreciando a un grupo. Esto, en razón de la configuración PAN y PRI (dejando de lado al PRD).
En ese sentido, me gustaría tomar un momento para reflexionar sobre el trasfondo de aquellos que están compitiendo por Morena en las diversas gubernaturas del país durante este proceso electoral, sobre todo: de su origen político.
Norma Rocío Nahle García, quien ahora busca la gubernatura de Veracruz, fue miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde 1999.
Clara Brugada, candidata para la Ciudad de México, ha sido una ferviente afiliada y defensora del PRD durante prácticamente toda su vida, desde 1995 hasta 2012.
Joaquín Díaz, postulante para Yucatán, perteneció al Partido Acción Nacional (PAN) desde el año 2001 hasta 2018.
Javier May, aspirante para Tabasco, fue miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde 1989 hasta 2015.
Carlos Lomelí, candidato para Jalisco, tuvo su afiliación política tanto en Movimiento Ciudadano (2012-2017) como en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde 2006 hasta 2012.
Alejandro Armenta, contendiente para Puebla, estuvo afiliado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde 1985 hasta 2017.
Ricardo Sheffield, postulante para Guanajuato, fue miembro del Partido Acción Nacional (PAN) desde 1993 hasta 2018.
Eduardo Ramírez, aspirante para Chiapas, estuvo vinculado al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) desde 2009 hasta 2018, un partido que fue satélite incondicional del PRI.
Margarita González, quien busca la gubernatura de Morelos, fue miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde 1989 hasta 2014.
Vaya tropa de conversos/as tenemos en Morena. Ninguno de las y los aspirantes a las gubernaturas es precisamente un novato en el mundo político.
No, señor, estos señores y señoras decidieron unirse al partido de moda cuando olfatearon la oportunidad, dejando atrás años de lealtad partidista y, ¿convicciones? Bueno, esas parecen haber quedado en el camino.
¿Renunciar a tu partido de toda la vida solo porque ya no es el lugar más lucrativo en el momento? Pues eso no te absuelve de los errores del pasado ni te garantiza una nueva página en blanco. En sus hojas de vida, seguirán siendo parte del paisaje que tanto critican para dividir.
Sí, en todos los partidos hay algunos que se ganan el respeto y la admiración, pero denigrar constantemente a otros por su afiliación, eso sí que es hipocresía.
El presidente pasó toda su vida en el PRI; ese partido lo creó y lo moldeó. No pueden ocultar la verdad ni tapar el sol con un dedo. No, no son angelitos inocentes con el derecho de señalar a otros por su elección política. Cambiar de bando no cambia tu historia, solo revela que has abandonado barcos.
Eso sí, Morena ha reunido a la peor calaña para competir en esta elección, y la verdad es que no hace falta escarbar demasiado, ni siquiera en su historial político, para darse cuenta de lo sinvergüenzas que son.
Por eso y más, la elección no está siendo para Claudia un mero trámite como mencionó. Hoy habla de un posible fraude electoral, pues tanto a nivel federal, como en la Ciudad de México se han encontrado con un escenario no medido, así como en Veracruz y Morelos donde prácticamente la oposición ya rebasó.
Demos tiempo al tiempo. Morena demostrará su ineficiencia y con ello, vendrán tiempos mejores.
Lic. Mario Sías Aguilera