Fiona Harvey fue entrevistada por Piers Morgan para su programa Unvensored de la televisión británica. Durante casi una hora, la persona en quien está basada Martha la polémica y exitosa protagonista de "Bebé reno" de Netflix explicó qué ha significado para su vida el estreno de la serie, cómo ha llevado la presión mediática y la atención a su persona, y el sufrimiento que ha provocado el hecho de que se etiquete al producto audiovisual como "historia real".
Poco tiempo después del estreno de "Bebé reno", Richard Gadd, escritor, protagonista y presunta víctima de Fiona Harvey mencionó en sus redes sociales que el hecho de que estuvieran acosando a la "Martha de la vida real" estaba mal y que resultaba en una pésima lectura de lo que plantea la miniserie. Harvey, afectada, amenazó con demandar al creador y a la productora por el daño producido. Sin embargo, esta es la primera entrevista que acepta abiertamente, tomando las riendas de su historia.
Una vez publicada la entrevista en el canal de YouTube del presentador de Tv, varios usuarios comenzaron a hacer un análisis de las posturas argumentativas de la entrevistada y de las gestualidades repetitivas que encontraron. Para personas hispanohablantes, Franco Pisso y Claudia Nicolasa Psicología, publicaron, cada uno, un video de poco más de veinte minutos repasando ciertos gestos repetitivos y algunas fallas ilógicas en la discusión.
Si bien mencionaron que no hay forma de saber si Fiona Harvey está diciendo la verdad o no, sí concluyeron que durante gran parte de la entrevista, ella se mantuvo incómoda y mostró signos de nervios y ansiedad. Esto no necesariamente quiere decir que ella esté mintiendo, pero sí parece que la entrevista la puso en jaque, sea por lo que fuere. En donde sí coincidieron que había algo extraño fue en las respuestas formales. Por ejemplo, cuando el entrevistador le preguntó acerca de la cantidad de mensajes enviados, en momentos dice que ella no lo hizo, después que si envió algunos y al último es evasiva y arguye que en realidad no fueron muchos. Esta serie de ambigüedades contradictorias hacen pensar a los expertos que Fiona Harvey oculta algo.
No obstante, no es tan sencillo dictaminar quién es el culpable de una situación tan grave cómo esta. La lectura de gestos no es una ciencia exacta y hay partes de la historia que embonan mejor de un lado o del otro, según se mire una distinta perspectiva. Así que esta obra nos hace preguntarnos: ¿Cuál es la verdad? ¿A quién creerle? Y, lejos de ello, ¿Cuáles son los límites de una historia de este tipo? ¿Qué tanto se puede convertir en entretenimiento y, por tanto, en ganancia económica? ¿Cómo funciona el tema de derechos? ¿De quién es más esta historia?
Con información de Informador.mx