• Carola García Calderón refirió que la promoción se ha movido hacia las plataformas digitales, debido a que los jóvenes no escuchan radio y tampoco ven televisión
• En este rubro todo gobierno debe colocar a la niñez por encima de cualquier interés superior: Anabel Fiorella Espinosa
La publicidad es una fuerza vital en las economías, ya que los anunciantes necesitan difusión amplia y los medios requieren de ella para vivir; es la base del consumo, de que se “muevan” los capitales y su importancia económica es central. No obstante, el problema de la comida chatarra nos compete a todos.
La directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Carola García Calderón, señaló lo anterior y dijo que la promoción de alimentos y bebidas de bajo valor nutritivo ha tenido intentos de autorregulación, al tiempo que organizaciones de publicistas pugnaron porque se eliminaran restricciones “rígidas y discrecionales” del Estado.
Al participar en el IX Congreso Nacional de Ciencias Sociales, “Las ciencias sociales y los retos para la democracia mexicana”, organizado por el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (Comecso) y el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional, aseveró:
Aun a inicio del milenio jamás se consideró que los alimentos de bajo valor nutritivo y las bebidas no alcohólicas fueran un riesgo para la salud, expuso en el acto realizado en el auditorio Pablo González Casanova del IIS.
La universitaria recordó que en 2013 se promulgó una estrategia para erradicar la venta de productos chatarra en escuelas, y se grabaron fiscalmente bebidas azucaradas y productos procesados altos en sodio y grasas.
Se emprendió un plan para la prevención y el control de sobrepeso, obesidad y diabetes, con rubros principales, entre ellos terminar con la venta de esos insumos en las instituciones educativas; establecer un horario infantil donde no se permitiera su anuncio; y el etiquetado. A partir de 2020 cuentan con sellos negros y leyendas, y se dispuso no incluir en sus envolturas o publicidad personajes que fueran atractivos para los menores de edad.
García Calderón expuso que la industria de alimentos tiene un gran poder económico, y siempre que se quería avanzar, en términos de publicidad, se “descafeinaba” la ley para quitarle varias de las cuestiones más restrictivas, y se llegaba a acuerdos con los intereses de los anunciantes. En tanto, las organizaciones civiles han sido un elemento clave para supervisar y tomar medidas contra aquel poder.
Recordó que el horario infantil está establecido en la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión. Pero hoy hay nuevas tecnologías, todo lo que tiene que ver con medios digitales, con internet, y las mercancías que circulan en la red; y no sólo eso, también los influencers.
Los jóvenes, acotó, no escuchan radio y tampoco ven televisión, sino plataformas digitales, por lo que la publicidad se ha movido hacia ellas, por lo que debemos pensar en su importancia en la comunicación, pero también en la propia salud, refirió.
Gran pendiente
Todo gobierno debe colocar el interés superior de la niñez en primer lugar y por encima de cualquier otro, incluidos los de tipo comercial, como es el caso de la publicidad de alimentos, afirmó la oficial de Nutrición en UNICEF México, Anabel Fiorella Espinosa de Candido.
Es necesario regular esas estrategias de mercadotecnia en sus canales y a través de sus técnicas. Si bien ya está incluido internet en la regulación mexicana, aún no se cubren ciertos espacios, como parques temáticos, o la calle, donde en ocasiones se regalan productos, añadió.
En la mesa Regulación, autorregulación y consumidores: la publicidad de alimentos en México, la experta calificó como acierto en nuestro país la restricción de la publicidad en los empaques. Ahora es necesario avanzar en los lineamientos que marcan criterios específicos en televisión, cine, internet y otros espacios.
Al respecto recordó que en 2020 se incluyó el etiquetado, pero hasta junio de 2021 se reguló el uso de personajes en los empaques; en septiembre de 2022 se modificó el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Publicidad, que incluyó a internet, además de la televisión y el cine.
No obstante, hay un gran pendiente: idealmente esos productos no deberían publicitarse en ningún horario de la televisión. Sin embargo, “la industria de alimentos tiene mucho poder y no va a permitir que eso suceda”. Sólo se ha logrado en un documento-borrador que sea en una franja horaria en la que están más expuestos los infantes, pero esos lineamientos no se han puesto a consulta pública ni publicado.
En UNICEF, dijo, hemos tenido la oportunidad de trabajar de cerca con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, y uno de los desafíos es convencer a los tomadores de decisión de distintos niveles y poderes, sobre la importancia de regular esta publicidad.