Hemos leído en los memes de toda hispanoamérica el siguiente mensaje: No es sequía, es saqueo. Y también: No es calor, es desmonte. Ambos mensajes nos dejan ver que la escasez de agua no es algo exclusivo de nuestro norteño, desértico y hermoso Estado de Chihuahua, sino que incluso en zonas donde las lluvias torrenciales son comunes, como el centro y sur del país por ejemplo, también hay ciudades que se acercan de forma acelerada al día 0 del agua, como es el caso de la CDMX.
¿Por qué si allá llueve mucho de todos modos están llegando a una situación crítica con respecto a la extracción de agua de las cuencas, acuíferos y cuerpos superficiales de agua? La respuesta se encuentra en el primer meme: No vivimos una sequía generada por condiciones meramente naturales, sino que la actual condición de crisis hídrica es producto de la acción humana, más concretamente es un efecto de la política y la economía extractivista y capitalista que reina por encima de la ley y de los derechos humanos.
Veamos, la zona de captación de agua para el sistema Cutzamala, el principal proveedor del vital líquido para la ciudad más grande del país se encuentra en los bosques de Michoacán, que funcionan como los cerros, sierras y bosques de Chihuahua: almacenan y purifican el agua de lluvia, encauzándola a ríos, arroyos, presas y mantos acuíferos. Si estos cerros y bosques son desmontados, aunque llueva, la captación de agua se verá afectada y por lo tanto la disponibilidad del recurso más importante se verá en riesgo.
Ahora hay que preguntarnos: ¿Puede existir desarrollo y progreso sin agua? La respuesta es no. En el municipio de Chihuahua se utilizan millones de litros de agua en actividades industriales, agroindustriales y urbanas, muchísima más agua que la que utiliza la población, a la cual le piden las autoridades que se bañe en 5 minutos, cuando hay zonas enteras que no reciben agua más que unos minutos al día, en contraste con áreas residenciales que superan por mucho el gasto de un hogar normal de clase trabajadora, destinando el agua en el riego de jardines, albercas y otras actividaes.
Vemos mucha desigualdad en el tema del agua, pero poca consciencia en las instituciones y empresas con respecto a la situación que guardan nuestros acuíferos. En la capital del Estado Grande dependemos casi por completo de tres acuíferos: Sacramento, Encinillas y Tabalaopa, de los cuáles se extrae más de 3000 litros de agua por segundo, aproximadamente, siendo que los tres se encuentran experimentando desde hace años un déficit, es decir, se les extrae más agua de la que alcanzan a recargar con las lluvias anuales. De seguir en esta situación, llegaremos a un punto de no retorno con el abatimiento de las fuentes subterráneas de agua.
Mientras esto sucede las cuencas hidrológicas, formadas por cerros, sierras, ríos y arroyos, están siendo contaminadas con basureros, destruídas con bancos de materiales, desmontadas y cubiertas de cemento con un montón de fraccionamientos, y todo esto para que una clase social en específica acumule grandes ganancias económicas, al mismo tiempo que el paisaje, los derechos humanos y las condiciones de vida digna para las futuras generaciones desaparecen y se erosionan a un ritmo acelerado. No tiene sentido planear una ciudad para que su población crezca al mismo tiempo que se sacrifican las zonas de recarga de agua en una región semi-desértica, es un plan absurdo o suicida. Más bien ambos.
Por eso vemos con mucha preocupación lo que está sucediendo en el territorio que nos da vida y que amamos. No necesitamos carreteras como el poniente 5 que anuncian la afectación de más de 40 cauces de agua, por el contrario necesitamos proteger esos causes de agua. De nada servirá tanto dinero, tanta industria, si no podemos cuidar de lo más pequeño y esencial, si no podemos coexistir en equilibrio con los ciclos de la naturaleza, ya que el agua tiene memoria y tarde o temprano las fuerzas naturales nos pasarán factura. Un desarrollo que no tome en cuenta esto no es un progreso, es una decadencia.
Para consultar algunas fuentes, revisemos las declaraciones hechas por la Junta Central de Aguas, sobre la posibilidad de que el día 0 del agua llegue a nuestra ciudad en menos de dos décadas. También los análisis del académico Gilberto Aquino, que desglosa el consumo de agua del ciclo agrícola del año 2021, revelando tremendos datos como por ejemplo los billones de litros que se exportan en forma de algodón o forraje. Siempre hay que promover que cada quién tenga su propio criterio y buscar corroborar y confrontar datos y evidencias.
Hay que recordar que la historia se repite, en Chihuahua hace cientos de años las actividades económicas coloniales como la minería ocasionaron la contaminación del agua, provocando escasez y necesidad de explotar fuentes cada vez más lejanas, esto trajo descontento e incluso rebeliones. El contexto histórico que vivimos a nivel mundial está marcado por la perdida generalizada de la biodiversidad y el cambio climático, por lo que nuestra acción decidida y contundente en defensa del territorio se vuelve más urgente.
Como Salvemos los Cerros hemos realizado las siguientes propuestas: Educación ambiental a gran escala, declaración de áreas naturales protegidas en cerros y ríos, reforma radical de las leyes ambientales de Chihuahua para erradicar el enfoque extractivista y en general, activar a la ciudadanía con limpiezas, reforestaciones, manifestaciones, caminatas, todo para poder conocer, amar y proteger el medio ambiente y el territorio que nos sostiene y nos brinda todo lo necesario para vivir dignamente, pero que no podrá nunca satisfacer las ambiciones y la voracidad de unos cuántos.
En conclusión, para hablar de verdadero progreso hay que desmontar las mentiras y los mitos con los que el poder político y económico nos ha adoctrinado con el fin de que no conozcamos, no amemos y no cuidemos del patrimonio ambiental, cultural e histórico que define nuestra identidad, por lo que se vuelve urgente que cada persona nos pongamos desde ya a sembrar semillas de consciencia y sensibilización con el fin de detener y revertir las tendencias negativas que amenazan el futuro de las próximas generaciones. Hagamoslo por amor, por justicia y por dignidad. Por quienes ya se fueron, por nosotros mismos, y por quienes aún no llegan.