Cuenta la historia de la creación del pueblo Hopi que su espíritu guardián, el gran "Masau" tiene dos identidades opuestas: uno es el verdadero y el otro es el falso, uno es el campesino pobre y otro es el ladrón rico, uno cuida a todos los seres de la tierra, el otro no. Con esto nos enseñan que no todo es lo que parece y que las palabras pueden tener dos significados opuestos.
Una de las palabras con significados contrarios entre sí es la famosa "democracia". Por un lado, las comunidades indígenas zapatistas en Chiapas mencionan que un buen gobierno democrático es aquel que manda obedeciendo, es decir, que el pueblo manda y el gobierno obedece, pero no siempre el concepto tuvo el mismo significado.
Por ejemplo, la democracia en la antigua Grecia no era "el gobierno del pueblo", ya que los esclavos no tenían derecho a voto, así como sucedió con las mujeres hasta la década de 1950 en México, o con los pueblos discriminados por el color de su piel en el régimen apartheid de Sudáfrica (predecesor del zionista israel que actualmente también replica el genocidio nazi).
En la actualidad sucede algo similar en todo el país, ya que es necesario contar con grandes sumas de dinero para poder llevar a cabo campañas electorales, lo que excluye a la mayoría absoluta de la clase trabajadora mexicana, por lo que las opciones políticas y partidistas se reducen a la representación de intereses empresariales y de poder fáctico.
También hay voces que aseguran que la democracia se encuentra depositada en ciertas instituciones del Estado nacional, como por ejemplo, el instituto de transparencia (INAI) u otras dependencias, sin embargo resalta el hecho de que no se defiende el derecho de acceso a la información pública, sino a los funcionarios, altos salarios y demás prerrogativas.
Hago énfasis en este punto ya que en todos los niveles hemos visto como los gobiernos, sean del partido que sean, buscan ocultar información, violar derechos humanos, brincarse las leyes y reglamentos y todo para salirse con la suya: obtener beneficios económicos y políticos para una "casta" o una minoría privilegiada que se aferra a las ganancias turbias de su "democracia".
Una verdadera democracia requiere de la participación de la ciudadanía y del respeto al estado de derecho, ambas situaciones ausentes en nuestro territorio chihuahuense, y para muestra hay que ver qué ha pasado con las consultas públicas y los cambios de uso de suelo: pese a que una mayoría absoluta avala la protección de las 3 presas, hoy el rejón se encuentra privatizada en los hechos.
La privatización no puede ser la base de ninguna democracia, salvo de una hecha al estilo de la antigua grecia: una donde solo los esclavistas tengan derecho al voto. Si consideran que exagero los invito a debatir el porqué pese a que toda la zona de las 3 presas cuenta con zonificación forestal desde hace décadas vemos cambios ilegales de uso de suelo (delito federal) proliferar.
En fin, como conclusión vemos que si un Estado no respeta los derechos de su población y de su territorio entonces está muy lejos de poder llamarse democracia. Para lograr una verdadera democracia política necesitamos primero sentar las bases de una democracia económica: que la salud, el agua, el aire limpio, la alimentación y la vivienda sean derechos y no privilegios.
Sin las bases socio-ambientales de una democracia participativa y horizontal simplemente y sencillamente seguiremos viviendo en la dictadura del dinero. Quienes son responsables de negar el acceso a la democracia y al estado de derecho a las mayorías son la clase política y económica de siempre, que está muy interesada en seguir gozando de las injusticias impuestas por medio de la violencia.
Por eso la batalla por una democracia de verdad no se da en las urnas, se da en la vida cotidiana y en las calles, por medio de la organización ciudadana y comunitaria y a través de la movilización de resistencia civil en todas sus formas. Votes o no votes, votes por quien votes, nuestra tarea como gente que ama esta tierra mexicana, sus ríos, mares, cielos y cerros, seguirá siendo la misma.